El Senado de México aprobó este viernes 20 de noviembre la legalización y despenalización de la marihuana para el uso medicinal y recreativo, cuya utilización para estos fines estará legislada con la nueva Ley Federal para la Regulación del Cannabis. Esta nueva legislación fue criticada por algunos colectivos ya que favorece el negocio de empresas privadas y se sigue criminalizando a los consumidores, una “ley neoliberal”.
La iniciativa aprobada por una mayoría de legisladores busca “mejorar las condiciones de vida” de los ciudadanos, así como “contribuir a la reducción de la incidencia delictiva vinculada al narcotráfico”. El problema es que no es solo esta droga la causante de violencia en el país. Hay otras que también deben ser liberadas y que están asociadas a la incidencia delictiva como es el caso del cultivo de la amapola que es base de varios opioides ilegales, pero también se puede producir un fármaco medicinal como es el caso de la morfina.
La nueva Ley regulatoria de la “mota” estipula que las personas mayores de 18 años podrán cultivar, portar y consumir marihuana y sus derivados, pero con un permiso del Instituto Mexicano para la Regulación y Control del Cannabis. Además, se permitirán hasta 27 gramos de posesión, a partir de 28 gramos y hasta los 200, la legislación contempla sanciones económicas y será por encima de los 200 gramos que las sanciones ya ameritarán la cárcel.
Estará permitido a los usuarios de la droga tener entre seis y ocho plantas en las viviendas y podrán consumirla en sus hogares siempre y cuando no haya menores de edad presentes, pero está prohibido en áreas de trabajo, ya sean públicas o privadas.
En cuanto a la comercialización, la recientemente aprobada legislación permite a las personas y empresas vender cannabis a mayores de edad en establecimientos autorizados. El Instituto establecerá los niveles máximos de THC (sustancia psicoactiva de la marihuana) y CBD (cannabidiol).
La iniciativa que encabezaron los senadores de Morena que legaliza el consumo de la marihuana con fines lúdicos y establece la forma de comercialización legal de la droga, no es nada novedosa, ni de izquierda, ya que el pionero de la liberalización del mercado de las drogas fue el mismísimo Milton Friedman, premio Nobel de Economía, quizá el máximo referente de la escuela neoliberal de Chicago.
Para el economista estadounidense, la prohibición sólo había logrado subir los precios de las drogas, incrementando el dinero necesario para consumirlas por parte de las personas que lo deseaban, con el consecuente aumento en la delincuencia para procurar esos fondos y la generación de un oligopolio de los cárteles de narcotraficantes, por lo que era necesario liberar el mercado de esas sustancias, con lo que el precio de las drogas caería drásticamente y su comercialización dejaría de ser un negocio para las mafias, reduciéndose fuertemente el delito.
El modelo económico neoliberal que se llevó en México por más de 30 años favoreció la actividad delincuencial del país, en un magnífico texto de Salvador Medina publicado en la revista Nexos, en enero del 2015 y que lleva por título “Neoliberalismo mexicano: ambiente perfecto para el narco” en donde el autor apunta lo siguiente:
“El problema del narco y sus actividades criminales asociadas, que generan un severo problema de violencia e inseguridad, se encuentran íntimamente ligados al modelo económico y político de México. No es un fenómeno contingente, como tampoco tan sólo es un problema de políticas de seguridad o de salud (que sería un enfoque reduccionista), sino es principalmente uno de orden económico y pro sistémico. En otras palabras, su florecimiento en los últimos años se ha nutrido de la lógica del modelo económico y contribuye en parte a su continuidad.”
La nueva Ley que regulariza el consumo y comercialización del cannabis en México adolece de muchas fallas y entrega a las farmacéuticas nacionales y extranjeras el mercado de esta droga. En mi opinión la ley aprobada por la Cámara de Senadores debió adaptar algunas ideas del modelo uruguayo que permite el consumo del enervante, pero es el gobierno del país sudamericano el que controla la comercialización del producto y no las empresas privadas como se contempla en la nación azteca.
Otro tema que no contempla la reciente legislación son programas para prevenir el consumo de marihuana en menores y dar atención a los adictos a esta yerba y otras drogas, además de no prever ni dotar recursos para la investigación de uso del cannabis con fines medicinales.
Los parlamentarios también deberían de legislar para permitir el cultivo de amapola en el país, ya que esta planta es la base de la heroína, que es una droga de las llamadas “duras” que provoca daños a la salud de los consumidores, pero por otro lado de la goma de la amapola también sirve para producir morfina que se utiliza como un fármaco para dolores moderado e intensos y sobre todo es usado en pacientes terminales.
Los familiares de los enfermos que requieren morfina tienen muchos problemas para obtenerla, aun con la receta correspondiente expedida por la Secretaría de Salud. La gente se muere de dolor y se muere con dolor.
En el país se tiene uno de los consumos de opioides per cápita más bajos del mundo y se estima que hay más de 4 millones de pacientes que requieren este tipo de medicamentos para aliviar el dolor. Se necesitan 20 toneladas de opioides para atenderlos adecuadamente y actualmente solo se importa del extranjero un poco más de 500 kilos anuales.
Los parlamentarios federales deben de crear a la brevedad posible una ley que permita el cultivo de la amapola para uso medicinal teniendo como objetivo frenar la violencia ya que hoy en día el mercado negro de la goma de la planta ha generado inseguridad por parte de grupos delictivos que controlan territorios del país sobre todo en el estado de Guerrero, además la siembra de esta flor va asociado también a otros delitos, entre ellos la producción de varios narcóticos y su tránsito ilegal a otros países.
Por otro lado, es necesaria la legislación que permita el cultivo de la amapola ya que hay desabasto de medicamentos contra el dolor, además es también un tema de derechos humanos porque gran parte de las desapariciones forzosas han estado asociadas con este tema, ya que el crimen organizado secuestra a campesinos para que trabajen en el cultivo y cosecha de la planta.
En resumen, la nueva ley que permite el consumo lúdico de la mota es de corte “neoliberal” y no frenará la violencia que ejercen los grupos de la delincuencia organizada, pero eso sí será un gran negocio para las farmacéuticas tanto nacionales y extranjeras. Esta legislación todavía le falta la aprobación de la Cámara de Diputados, esperemos que los parlamentarios de la Cámara bajan hagan los cambios necesarios para que se le quite a la legislación lo neoliberal y la criminalización para los consumidores.
Por otro lado, los senadores y diputados deberían de legislar la despenalización del cultivo de la amapola y su comercialización con fines medicinales, no es posible que se exporte ilegalmente miles de toneladas de goma de la planta y heroína, pero se tengan que importar morfina para los enfermos terminales.