Proceso

El semanario del que es (en parte” propietario el consejero jurídico de AMLO, Julio Scherer Ibarra, le dedica cuatro notas simple y sencillamente terribles a la boda de César Yáñez; desde luego, terribles para el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador:

1. “Un desliz aristocrático en el entorno jurista” (la reseña de la boda que ¡Hola! no publicó, es decir, básicamente el recuento de las traiciones al comportamiento ético exigido por AMLO a todos sus colaboradores)

2. “Ni los morenistas se atreven a defenderlo” (a César; la gota que derramó el vaso no fue la boda en sí misma, sino su difusión en 19 paginas de la revista ¡Hola! más la portada)

3. “La novia, un compendio de escándalos y contradicciones” (si se lee con cuidado la nota, Dulce María Silva se concluye que fue una perseguida política que estuvo injustamente en la cárcel; pero, ni hablar: Proceso tienen que ser fiel a su naturaleza y jode por joder en la cabeza del escrito firmado por Gabriela Hernández)

4. “Delicioso festín para la prensa internacional” (y yo que pensaba que solo The Guardian y El País se habían ocupado del asunto fuera de México; también lo hicieron el New York Times, Washington Post, BBC Mundo, las agencias AP, Reuters y EFE y hasta Russia Today.

Mi opinión sobre las notas y la portada de Proceso

Qué maravilla que alguien tan ligado a la revista que será absolutamente crítica con Andrés Manuel —el mencionado Scherer Ibarra, hijo y heredero de uno de los fundadores del semanario— trabaje tan cerca del presidente electo. La prensa debe ser jodona inclusive con los amigos.

Templo Mayor

El diario Reforma sigue duro y chingue a AMLO por cualquier cosa que haga. Si ayer los editores de este periódico se pasaron de fifís al cuestionar al presidente electo por haber comido en Las Mañanitas, de Cuernavaca, hoy vuelven al tema de la boda, en estos términos:

1. Que quizá el presidente López Obrador ya no conseidera a las redes sociales tan “benditas” como las veía antes.

2. “Y es que los usuarios —detractores y simpatizantes— estallaron tras la portada de la revista ¡Hola! que presentó la boda de su colaborador César Yáñez y Dulce Silva, así como con la presencia en el fiestón del tabasqueño y su esposa, Beatriz Gutiérrez”.

3. Que, además de eso, el deslinde de AMLO —dijo para eludir las críticas: “no me casé yo”— “enojó más a los tuiteros que le recordaron sus spots de campaña, en los que criticaba ‘el derroche, la ostentación y el mal ejemplo’...”.

4. Que la cosa se puso tan fea para Andrés Manuel que el “influyente periódico británico The Guardian” criticó la “frivolidad y exceso” de la boda y “recordó que López Obrador solía llamar ‘fifís’ a sus rivales por eventos así, término que el diario traduce a sus lectores como ‘snobs’. Rubbish!”.

Mi opinión sobre el comentario de Templo Mayor

Que ni hablar, la boda fue un evento privado pagado con recursos privados de la novia, que es empresaria —según Proceso el gasto total del evento debió estar entre 10 y 13 millones de pesos—, pero lamentablemente se ha convertido en una seria crisis para Andrés Manuel, que no contaba con que iba a ser a causa de fuego amigo —involuntario, desde luego, pero dañino— el primer gran golpe que iba a recibir. El presidente electo necesita llevar el control de daños bastante más allá de simplemente decir que el no fue el novio. 

Álvaro Cueva

El columnista especializado en telenovelas de Milenio de plano dice que “la boda que acabó con la imagen de López Obrador”. Sus argumentos quizá son exagerados, pero de cualquier forma Andrés Manuel deberá leerlos con cuidado:

1. “El que a ¡Hola! mata, a ¡Hola! muere”. 

2. “Es una vergüenza mundial. Si no me cree, lo invito a navegar por los portales de noticias más importantes del planeta”.

3. “La humanidad entera se está burlando de nosotros porque se suponía que El Peje y que sus compañeros iban a ser los rostros de la austeridad republicana”.

4. “¡Y perdón! Ninguno de los archivos históricos que existen en nuestra nación tiene registros de que Benito Juárez y sus colaboradores se hayan comportado con semejante cinismo, derroche y presunción”.

5. “Hasta parece que ‘la mafia en el poder’ le pagó a César Yáñez para que desprestigiara a López Obrador y a su grupo a unas cuantas semanas de tomar posesión. Esto no se hace”.

6. “No solo es una incongruencia bárbara, es algo mil veces más delicado: una prueba de que o Andrés Manuel López Obrador no tiene control sobre su gente, lo cual lo mata como líder, o de que el señor le mintió al pueblo de México”.

7. “Que El Peje haya prometido austeridad y que sus colaboradores salgan haciendo alarde de su fortuna en ¡Hola! es tan decepcionante”

8. “El impacto es brutal porque atenta contra la idealización que muchos tenían hacia el presidente electo y sus seguidores”.

9. “Yo no sé si usted lo alcance a percibir pero a menos que López Obrador tome una acción definitiva contra Yáñez y utilice eso como advertencia para el resto de su equipo, estaremos ante una de las situaciones más tristes de la historia reciente de México”.

10. Estaremos “ante la muerte de la esperanza, de la diferencia, del ‘cambio verdadero’. ¿Por qué? Porque no existe nadie más allá de El Peje”.

11. “Una vez más, el acabose de nuestros presidentes no surgió de la fuente política, surgió de la fuente del corazón”.

12. Tal es “la fuerza de la frivolidad, del chisme”.

13. “¡Hola! ha provocado asuntos mil veces más peligrosos que 18 revistas de análisis político juntas. Pregúntele a nuestra primera dama que hasta tuvo que dar la cara por la Casa Blanca”.

14. “¿Dónde está el video de Yáñez explicando públicamente de dónde salió el dinero para pagar su boda?”.

15. “No, esto no es ‘tanto escándalo por una boda’. Esto es algo serio”.

Mi opinión sobre la columna de Álvaro Cueva

Pues, de plano, que si Juárez no hubiera muerto ya habría aparecido no pocas veces en la revista ¡Hola! que también llega a dar espacio a los verdaderos héroes. En nuestros tiempos de la frivolidad nadie se salva.

Vianey Esquinca

La colaboradora de Excélsior da a conocer el “Manual del perfecto morenista”, que después de la boda deberá ser perfectamente aplicado por todos los colaboradores de AMLO: 

1. “Hay que guardar los relojes Patek Philipp, AP (Audemars Piguet), Vacheron Constantin, o los Rolex y que ni por equivocación asomen los Richard Mille”.

2. “Aunque algún miembro del gabinete lo tenga, no debe caer en la tentación de utilizar aviones privados”. 

3. “No deben ocupar los salones VIP (de los aeropuertos), sino ir a las salas donde los minutos se convierten en horas y las horas en días; ésas donde no hay ni bocadillos ni bebidas que hacen menos amarga la demora”.

4. “Hay que evitar aparecer en las revistas del corazón y en las de life style. Aunque la esposa, esposo o hijos lo supliquen porque organizaron el mejor bautizo, baby shower o graduación posible; aunque tengan una casa digna de que el mundo la conozca o quieran presumir la clase de amigos con los que se rodean, digan no”.

5. “Si llegan a tomar, háganlo con moderación para evitar escándalos. Además, prefieran bebidas nacionales”. 

6. “En las comidas prefieran las cocinas económicas o cafeterías… la mejor opción es llevar el tupperware y comer en sus escritorios”.

7. “No se estacione donde no se pueda y pague su multa si se pasaron de tiempo y le ponen la araña. No patalee ni charolee”.

8. “La ropa y los zapatos cuyas marcas tengan nombre de persona (Salvatore Ferragamo, Carolina Herrera, Ermenegildo Zegna, Enzo D’Orsi, etcétera) deben ser escondidos en lo más profundo de su clóset o de plano quítenle la etiqueta”.

9. “Con todo el dolor que eso implica, deben olvidar sus Mercedes, sus BMWs y sus Suburbans blindadas. Un Tsuru no será tan cómodo, pero véanlo por el lado amable, gasta menos gasolina y es más fácil estacionar, y si se lo roban, duele menos”.

Mi opinión sobre el manual presentado por Vianey Esquinca

Concluyo lo mismo que la columnista de Excélsior: que estas reglas de comportamiento deben hacerse extensivas a “a los familiares cercanos, sobre todo, cónyuge, hijos e hijas” de todos los que trabajan cerca del presidente López Obrador. “Hoy más que nunca, la forma es fondo y debe hacerse todo lo necesario para honrar el discurso de cambio de López Obrador”.