Juzgan a la 4T por su proyecto, mas no por sus logros.

El discurso se sustenta en una falacia de falso dilema. Se está con el oficialismo en su contra; o en su defecto, los cimientos de la ideología se encuentran en el argumento contrafactual imaginario de que se estaría peor con la oposición. El famoso: "Pero el PRI robaba más" o "Con los neoliberales estaríamos más jodidos."

Toda la demagogia lopezobradorista radica en la intangibilidad de sus logros. Es la administración de las buenas intenciones y sobre eso se le reputa. Los pejistas aplauden al bienintencionado gobierno, pero ignoran los errores o las promesas incumplidas. Es decir, juzgan a la 4T por su proyecto, mas no por sus logros.

Por eso hoy los detractores del oficialismo cuentan con los elementos para argumentar: lo único que actualmente es real, es que bajo este gobierno han muerto cientos de miles, tanto por la ineptitud en materia de salud como por la incompetencia en materia de procuración de justicia; se han perdido millones de empleos; se han suscitado tragedias provocadas por la negligencia criminal de múltiples y diversos funcionarios del gobierno en turno; se ha ponderado a la austeridad sobre las vidas humanas; se ha perseguido a los detractores; se ha vilipendiado a a la prensa; se ha atentado contra la libertad.

El conservadurismo populista del presidente es una realidad tan grande como su fracaso. Sin embargo, la ignorancia galopante e imperiosa también lo es. Por eso funciona la verborrea pejista. Porque se cree. Por eso la mentira es su bandera. Porque no han resultado ni de izquierda ni liberales ni progresistas. Al contrario: han robado, traicionado, mentido al pueblo de México. Han sido el oxímoron de ellos mismos.