Para muchos el futbol y la religión son temas que no se llevan, sin embargo desde hace unos días jugadores de distintas partes del mundo nos han regalado imágenes que demuestran que sí se pueden combinar.
Los recientes partidos de la Champions League han dado imágenes que le han dado la vuelta al mundo ya que los futbolistas comen durante los juegos por un tema religioso.
Y es que en estos días no solo se conmemora la Cuaresma para la religión católica sino que también el Islam cuenta con un periodo de reflexión y ayuno.




A este período se le conoce como Ramadán y debido a que hay varios futbolistas musulmanes en distintas partes del mundo, éstos deben cumplir con la celebración religiosa aquí te contamos de qué se trata.
¿Qué es el Ramadán? La tradición religiosa que hace que los futbolistas coman durante los partidos
Para los musulmanes el Ramadán es un mes sagrado dentro del Islam, mismo que consiste en un período de reflexión, oración y ayuno al que varios futbolistas también se apegan.
El Ramadán es una de las celebraciones más importantes para los musulmanes y está marcado por un estricto ayuno diario que va desde el amanecer hasta el anochecer durante un mes.
Durante este tiempo, los musulmanes practican el sawm (ayuno), absteniéndose de comer, beber, fumar y tener relaciones, este sacrificio simboliza la purificación del alma, el autocontrol y la empatía además de que es en agradecimiento a Dios por su revelación final.
Distintos futbolistas del mundo comen durante los partidos por el Ramadán
Debido a que los futbolistas deben mantener el ayuno durante el Ramadán, en día de partido justo a la hora del atardecer algunos de ellos se acercan a la banca para comer algo o hidratarse.
En la jornada de octavos de final de la Champions League el Barcelona vs Benfica se detuvo por unos segundos justo a la hora de la puesta del sol para que los futbolistas rompieran el ayuno.
En la Liga MX también tenemos el caso de Oussama Idrissi que en el último partido de Pachuca justo cuando “caía el sol” rompió el ayuno al comer un plátano e hincarse mientras lo hacía.