"Somos intersexuales, no hermafroditas. Se da por hecho que el hombre es XY y mujer XX, pero no en todos los casos", señala Claudia, de 18 años.
Ella nació con el síndrome de "insensibilidad parcial a los andrógenos", uno de los tipos de intersexualidad más comunes. Tenía las características físicas de una mujer, pero los códigos genéticos de un hombre.
"Hay muchas posibilidades, la intersexualidad se produce cuando hay una discrepancia entre el sexo genético, el de la gónada y el de los genitales", explica la doctora Laura Audí, investigadora del grupo de Endocrinología Pediátrica del Vall d’Hebron.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen únicamente 1 por ciento de personas intersexuales en el mundo.
"Podemos hacer estimaciones trasladando las estadísticas americanas, aunque no es del todo exacto. Estaríamos hablando de que cada año nacen 250 personas intersexuales en España", comenta el jurista Daniel J. García.
Los padres de Claudia la sometieron a una operación de reasignación de género cuando era bebé, pero las cirugías cuando eres tan pequeño se te quedan en el cuerpo, no pasan por tu mente. No están procesados cognitivamente.
Para comprender lo que le pasaba tuvo que recurrir a terapia, donde encontró, por ejemplo, recuerdos que estaban alojados en algún lugar de su mente:
"Descubrí un montón de dibujos de manos atadas. En su momento no supe por qué eran, pero luego lo asocié a que en el posoperatorio de la segunda intervención me ataron para que no me tocara los puntos", explica.
En cuanto a si es bueno operar a los bebés: "no hay una decisión correcta sobre qué hacer, sólo existe lo que es correcto para usted y para su hijo", asegura la Asociación Española de Hiperplasia Suprarrenal Congénita.
Con información de El País.