Tron: Ares es la tercera entrega de una saga de Disney que más bien es de culto, pues nunca ha destacado a pesar de sus intentos; aún así, esta entrega llega con ambición renovada y una estética deslumbrante.

Si bien Tron: Ares es un gran espectáculo visual, su narrativa queda un poco a deber, a pesar de que trata de explorar el alma digital de la inteligencia artificial.

En nuestra reseña de 5 puntos te damos más detalles al respecto:

  1. La premisa de Tron: Ares es interesante en un inicio
  2. Los temas de Tron: Ares son bastante actuales aunque no se profundiza
  3. La estética es lo mejor de Tron: Ares
  4. Las actuaciones de Tron: Ares cumplen
  5. La narrativa es irregular en Tron: Ares
Tron: Ares

La premisa de Tron: Ares es interesante en un inicio

La premisa de Tron: Ares es interesante en un inicio, siendo la evolución lógica de la franquicia tras sus dos anteriores entregas.

La historia se sitúa años después de los eventos de Tron: Legacy, en un mundo donde las corporaciones tecnológicas han alcanzado niveles de poder casi gubernamentales.

Donde compiten por el control del “Código de Permanencia”; una fórmula que permitiría a las inteligencias artificiales manifestarse físicamente en el mundo real.

Ares es la IA más avanzada del mundo, capaz de infiltrarse en cualquier sistema, incluso de manifestarse en el mundo real.

Pero, lo que comienza como una misión de espionaje, evoluciona en una búsqueda existencial.

Como en otras obras de ciencia ficción, Ares empieza a experimentar emociones, cuestionar su propósito y desear una vida auténtica. Lo cual hace que, por lo menos al principio, te comprometas con la trama.

Disney lanza primer tráiler de Tron: Ares con Jared Leto

Los temas de Tron: Ares son bastante actuales, aunque no se profundiza

Dado el ascenso de la inteligencia artificial actualmente, los temas de Tron: Ares son bastante actuales; aunque no se profundiza en ellos, dejando todo en la mera superficialidad.

De entrada tenemos el clásico dilema de la identidad digital contra la humanidad, donde se nos cuestiona si una máquina puede desarrollar emociones, y la confusión de lo real en un mundo que cada vez es más “artificial”.

Además, a la manera de otras como Blade Runner y Alien, se pone en tela de juicio el poder empresarial y la ética de negocios. La película plantea un dilema sobre el uso de la tecnología como herramienta de liberación o de opresión.

Lamentablemente todos estos elementos no se llegan a abordar del todo, son meros medios para que la historia siga avanzando, sin dejar una impresión real en la trama como tal.

Jared Leto en Tron: Ares de Disney

La estética es lo mejor de Tron: Ares

Donde no hay ninguna duda es que la estética es lo mejor de Tron: Ares. El diseño ya no es solo un espacio de neón y geometría, sino un entorno más orgánico, con texturas que recuerdan a circuitos vivos.

El CGI es perfecto, trayendo secuencias de las clásicas motocicletas de luz, así como batallas a gran escala entre naves digitales, mezclando todo con entornos reales retrofuturistas.

Prácticamente toda la película es un deleite visual, solo por el nivel de producción es que vale verla en una pantalla grande, para apreciar todos los detalles de la misma.

Y claro, lo anterior viene reforzado por la excelente música de Nine Inch Nails, con fuerte presencia de synth pop que refuerza el tono melancólico y nostálgico.

Tron: Ares, película de Disney

Las actuaciones de Tron: Ares cumplen

En general las actuaciones de Tron: Ares cumplen, no son nada del otro mundo; pero cumplen muy bien su objetivo de entregarte personajes con los que te puedas relacionar.

Jared Leto ofrece su mejor interpretación en años. Su Ares es vulnerable, curioso y, en momentos clave, aterrador. Leto logra humanizar a una IA sin caer en clichés robóticos.

Greta Lee como Eve, aporta carisma y profundidad. Su relación con Ares es el corazón emocional de la película, donde se aborda la relación entre humanos y máquinas.

Evan Peters como Julian Dillinger, nos presenta un antagonista carismático, el cual cuenta con un humor ácido y moral bastante laxa; siendo la representación de “el fin justifica los medios”.

Mientras que Jodie Turner-Smith encarna a Athena, una “compañera” de Ares, implacable y totalmente artificial; mostrando lo diametralmente opuesto a su líder.

Tron: Ares, película de Disney

La narrativa es irregular en Tron: Ares

Finalmente, podemos decir que la narrativa es irregular en Tron: Ares, pues la película brinca entre mundos de manera indiscriminada; hablamos de la Red y la realidad.

Esta alternancia permite explorar cómo los conflictos digitales repercuten en la vida tangible.

Aunque el guion incluye momentos de humor y diálogos inteligentes, el problema viene con el tercer acto.

El desenlace de la película se siente demasiado largo, retrasando en varias ocasiones la resolución de todo el conflicto, el cual podría haberse terminado unos 15 o 20 minutos antes de que salgan los créditos.

Además ese mismo final no se siente muy bien armado, quedando un poco a deber, e incluso se podría sentir algo abrupto; lo cual puede dejar a los espectadores un tanto insatisfechos.

Tron: Ares, película de Disney

¿Vale la pena Tron: Ares?

Tron: Ares es una obra ambiciosa que busca honrar el legado de la saga mientras trata de explorar nuevos territorios.

Sin lugar a dudas todo el mundo que Tron: Ares construye es sumamente atractivo, con una estética que se mantiene a la altura de la franquicia, con uno de los mejores usos de efectos especiales en la actualidad.

Lamentablemente la narrativa no está tan bien armada, sin profundizar en varios aspectos y extendiendo de manera artificial el tercer acto, que nos da un final un tanto anticlimático.

No es un desastre, pues los actores y actrices cargan muy bien con la obra; pero se queda algo lejos de lo que se pudiera esperar, así como de la expectativa generada a su alrededor.