The Last of Us es una franquicia compleja, no por el juego en sí mismo, sino por todo lo que ha pasado en su desarrollo.
El primer título se convirtió en un clásico instantáneo; aunque fue criticado porque se centraba más en la experiencia cinemática que en entregar un gameplay pulido.
La segunda entrega de The Last of Us es tal vez el juego más divisivo de la historia, donde no existen puntos medios; fans lo atacan y defienden por igual, con argumentos cuestionables.
Después llegó el remake del original en 2022, el cual fue considerado como innecesario, pues en realidad no agregaba nada relevante a la experiencia de hace 10 años.
Ahora tenemos la adaptación en una serie por parte de HBO, que ya pudimos ver y en nuestra interpretación, como show de televisión es bastante bueno; pero adaptación tiene muchos problemas.
¿De qué trata The Last of Us?
The Last of Us nos pone en un 2023 donde el mundo se encuentra al borde del colapso, luego de la pandemia de cordyceps, un hongo que convirtió en zombies a una gran cantidad de la población.
Aquí conocemos a Joel, un contrabandista que logró sobrevivir al brote inicial; pero perdió a su familia en el proceso, lo cual lo ha vuelto un ser frío y apático.
Sin embargo todo cambia cuando, al tratar de ir en búsqueda de su hermano, se encuentra con el grupo rebelde de Las Luciérnagas, donde la líder, Marlene, le pide que se haga cargo de Ellie, una adolescente de 14 años.
Así Joel y Ellie deberán de encontrar la manera de convivir, ya que enfrentarán un viaje de varios meses a lo largo de un Estados Unidos post-apocalíptico.
Más que centrarse en el apocalipsis zombie o la destrucción de la sociedad, The Last of Us opta por presentarnos una historia íntima sobre cómo vive la gente en este nuevo mundo.
Nos narra cómo es que las personas pueden volver a conectarse luego que de un día para otro, todo lo que conocían murió y la vida perdió sentido, literalmente.
Si bien no se hace a un lado el aspecto de los infectados y la acción, esta llega a ser mínima, apelando más a las emociones de los personajes.
Y hay que decirlo, The Last of Us lo hace muy bien en ese sentido, pues llegas a conectar con lo que ves en pantalla, no sólo con los protagonistas, también con ciertos secundarios carismáticos.
El problema que muchos podrían tener con la serie, es que este tono contemplativo puede ser muy pesado; con escenas o capítulos que si bien amplían nuestra visión de ese mundo, se sienten de relleno, donde la trama parece que no avanza.
¿The Last of Us es una buena adaptación?
Aunque peca de un ritmo pausado y algo de relleno, The Last of Us funciona bastante bien como serie; sin embargo, en el campo de la adaptación deja qué desear.
Y es que The Last of Us no sabe cómo manejarse en cuanto a su material y público de origen.
Por un lado, la serie llega a ser una calca del juego: mismos diálogos, escenas, tomas, ambientación; que irónicamente matan toda sorpresa, pues te dan más ganas de poner el juego que de seguir viendo el show.
Esto debido al germen cinemático del título, que ha sido catalogado de película interactiva, y te involucra más en la historia que el show de HBO (además de que el ritmo está mejor llevado).
Pero por por otra parte, The Last of Us llega a distanciarse demasiado de la obra de Naughty Dog, precisamente en las secuencias extendidas, que por momentos te hacen pensar que estás viendo otra serie y no la adaptación del videojuego.
Algunas cosas funcionan y expanden perfectamente la mitología de la franquicia; pero otras se sienten metidas con calzador en una narrativa que ya funcionaba.
Y no, no estamos hablando de la falta de acción, sino de secuencias o interacciones completas con personajes, que en el drama de HBO son omitidas o cambiadas radicalmente.
The Last of Us no encuentra un equilibrio en este sentido, no sabe si ser muy apegada a la obra original o una reinterpretación de la misma, quedando en un híbrido que no permite que el fan se comprometa de lleno.
La muestra más clara de esta ambivalencia son los protagonistas, el Joel de Pedro Pascal y la Ellie de Bella Ramsey.
Pedro Pascal hace un excelente trabajo, dándonos a este hombre roto, que poco a poco se va abriendo con la joven, lo cual le vuelve a dar sentido a su vida en este mundo atroz; muy parecido a lo que vemos en PlayStation.
Lamentablemente la Ellie de Bella Ramsey rompe con la adolescente del juego; en HBO decidieron llevar al extremo su personalidad sarcástica e irreverente.
Al grado que más que sentir empatía, termina por parecernos odiosa, por lo menos en la mitad del show. Perdiendo todo el carisma que tenía en el interactivo.
Además de que es bastante unidimensional, al grado que repite frases como “Holy Shit”, “Fuck” o “What The Fuck”, de manera reiterativa, lo cual llega a ser molesto.
Lo cual es desafortunado, porque Bella Ramsey es una gran actriz; pero en The Last of Us está desperdiciada la mayoría del tiempo.
Lo peor del caso es que Sarah, interpretada por Nico Parker, tiene un mejor desarrollo en la serie y conectas más fácil con ella, llenando con su presencia todos y cada uno de los minutos que aparece en pantalla.
Es de aplaudir lo que hizo HBO con un personaje que ha sido reducido a una sola función en la franquicia.
¿The Last of Us vale la pena?
The Last of Us tiene dos vertientes, dependiendo desde cuál la veas le darás un valor diferente.
The Last of Us como serie es buena, no lo mejor que ha hecho HBO; pero es un gran proyecto que logra exponer cómo sería la vida en medio de un punto de quiebre.
Apela muy bien a los sentimientos, demostrando lo que pasa cuando el ser humano se aísla (literal o figurativamente) y cómo es que reorganiza su relación social a partir de una gran pérdida.
En este sentido lo único que se le puede achacar es la falta de acción y el ritmo pausado en extremo; pero fuera de ello es bastante disfrutable.
Ahora que si ves The Last of Us desde la óptica de la adaptación, con conocimiento del juego; lamentamos decir que hace agua por varios lados.
No definir si es 100% fiel o va más allá afecta toda la experiencia, pues siempre estarás cuestionando el por qué de ciertas decisiones.
Pasas de un copia y pega descarado, a una excelente reinterpretación y expansión de la historia, para terminar con un relleno innecesario.
Aunque deberíamos de valorarla únicamente como serie, esta estructura accidentada, hace que necesariamente te redirijas al juego en más de una ocasión.
Es posible que disfrutes más The Last of Us si nunca has tocado la franquicia de Sony, que si has jugado el original aunque sea una vez; y eso podría no ser tan bueno.