¿Espionaje? El Gobierno de México acusó a Ecuador de intervenir sus comunicaciones, previo a la irrupción en la cancillería para detener a Jorge Glas.
En la denuncia contra Ecuador, trascendió que la administración de Daniel Noboa también fue acusada de acosar a los empleados de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
En su informe, Alejandro Celorio Alcántara, consultor jurídico de la SRE, explicó en la conferencia mañanera que Ecuador intervino en las comunicaciones de la embajada de México en Quito.
Gobierno de México acusa a Ecuador de atentar contra sus funcionarios e interceder en las comunicaciones
La noche del 5 de abril la policía de Ecuador irrumpió en la Embajada de México en Quito para realizar la detención de Jorge Glas, quien estaba tramitando su asilo político y que está acusado de cometer actos de corrupción.
Casi una semana después, Alejandro Celorio Alcántara, consultor jurídico de la SRE, indicó que Ecuador violó la Convención de Viena por irrumpir en la embajada e “intervenir en nuestras comunicaciones”.
En su mensaje, también denunció los actos arbitrarios que atentaron contra la vida e integridad hacía funcionarios mexicanos, destacando el papel de Roberto Canseco, jefe de la Cancillería, quien fue sometido por elementos de Ecuador.
“Viola Ecuador la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas al intervenir en nuestras comunicaciones”
Alejandro Celorio Alcántara
La demanda presentada por la canciller Alicia Bárcena ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) detalla que las autoridades ecuatorianas comenzaron a tener mayor presencia cerca de la embajada luego de declarar persona non grata a la embajadora de México, Raquel Serur.
El documento sostiene que las fuerzas del orden ecuatorianas comenzaron a rodear la Embajada de México, incrementando así la vigilancia y hostigamiento hacia los miembros de la misión.
Un vehículo militar habría sido utilizado por Ecuador para interceptar las comunicaciones en la Embajada de México
Roberto Canseco, jefe de Cancillería de México en Ecuador, denunció que un día antes del asalto observó un vehículo sospechoso que lo siguió por varias calles.
El canciller decidió confrontarlo para saber cual era el motivo de dicha persecución, lo que provocó que el vehículo sospechoso se alejara precipitadamente del lugar.
Ese mismo día, Roberto Canseco denunció la presencia de un vehículo militar táctico que estaba aparcado justo enfrente de la embajada, por lo que le tomó foto y lo compartió con los miembros de la misión.
De acuerdo con los otros miembros, se trataba de un vehículo militar que fue utilizado para intervenir las comunicaciones por teléfono móvil.