Dos hermanas que fueron separadas de bebés al ser dadas en adopción por sus padres, se reencontraron 30 años después.
Las hermanas Laurinda y Ashleigh no pudieron vivir su infancia juntas porque fueron dadas en adopción por sus padres biológicos cuando tenían apenas algunos meses de edad.
Laurinda y Ashleigh sabían que sus respectivas familias las habían adoptado desde bebés y por eso tenían intención de reencontrarse, saber sí en alguna parte tendrían más hermanas o hermanos.
¿Cómo se reencontraron las hermanas Laurinda y Ashleigh?
Las hermanas Laurinda y Ashleigh nacieron en República Dominicana hace poco más de 30 años, pero fueron separadas por sus padres biológicos al darlas en adopción con dos años de diferencia.
De acuerdo con medios locales Laurinda fue adoptada cuando tenía cinco meses de edad por una familia de Connecticut, Estados Unidos, quienes la criaron como hija única y así creció.
Dos años después de la adopción de Laurinda, sus padres biológicos tuvieron a Ashleigh quien fue dada en adopción cuando tenía seis semanas de edad a una familia en Barbados.
Ambas hermanas crecieron en sus nuevos países: Laurinda en Estados Unidos y se dedicó al área de la salud, mientras que Ashleigh, madre soltera, salió de Barbados ya adulta para comenzar una su vida en Canadá.
Debido al interés que siempre tuvieron al saber que eran adoptadas desde que eran bebés y porque tenían fotos de sus padres biológicos, se comenzaron a buscar.
Una prueba de ADN acercó a las hermanas
Fue Ashleigh quien solicitó una prueba de ADN en una página web y el resultado la acercó a Laurinda, a quien le envió un correo diciendo que sería su supuesta hermana, por lo que obtuvo rápidamente una respuesta.
Las hermanas realizaron una llamada telefónica para conocerse y dos semanas después Laurinda viajó hasta Canadá para reencontrarse con su hermana Ashleigh.
Laurinda ya había viajado a República Dominicana a conocer a su padre biológico y ahí se enteró sobre que la madre de ambas había fallecido 6 meses antes de su reunión. Además, tenían un hermano que murió cuando tenía 23 años.
“Fue increíble. Reunirnos después de muchos años de esperar y orar fue una experiencia muy emotiva. Al principio, estaba en shock. No podía creer que eso estaba sucediendo finalmente”, dijo Laurinda.
Ashleigh dijo que tenía algunos temores porque cuando una persona adoptada busca a su familia biológica porque no sabe si la familia querrá conocerles pero que con su hermana, todo resultó bien.