“El agua es un recurso finito, frágil, complejo y multifacético, que se ha convertido en una fuente de poder que da lugar a posibles conflictos por los desequilibrios entre la elevada población mundial y la escasa disponibilidad del recurso en algunos países, y por su desigual distribución entre el consumo humano, su uso industrial y el agroalimentario.”

UNESCO

El 22 de marzo pasado se celebró el Día Mundial del Agua. Según el World Resources Institute, México se encuentra entre los países con mayor riesgo de escasez de agua a nivel mundial, por una demanda nacional que excede su disponibilidad. Es un asunto que, en especial, la candidata con mayores probabilidades de ser la próxima presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha señalado que atenderá de manera prioritaria.

Claudia ha presentado una serie de propuestas que implementaría en su gobierno y destaca como estrategia principal para garantizar el acceso al agua, la tecnificación del campo (“el 77% del agua que se consume en el país es para riego y la mayor parte del campo mexicano no está tecnificado”). Sus principales propuestas se resumen en lo siguiente:

  • Se exigirá el respeto al medio ambiente en todo emprendimiento energético público, social o privado; se garantizará la conservación de los recursos hídricos, se garantizará el derecho humano al agua y se establecerán medidas obligatorias para el tratamiento de aguas y la utilización de agua de lluvia en los grandes establecimientos industriales, mercantiles y de servicios.
  • A propósito de la soberanía energética se alentará la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías para el cuidado del medio ambiente: desalinización de agua, energías renovables, transportes ecológicos, etc.
  • Se garantizará el derecho humano al agua y se priorizará el consumo humano directo por sobre la comercialización para actividades industriales u orientadas al extractivismo; se evitará la sobreexplotación de fuentes superficiales y subterráneas y se asegurará la calidad del abasto.

Hay una especial preocupación de las empresas por la escasez de agua, sobre todo en regiones donde es más fuerte el fenómeno del nearshoring. Se considera que una nueva gestión del agua en el país significará una inversión de 80 mil millones de pesos anuales, que deben reflejarse desde el presupuesto anual 2025.

Se señala que en el caso del sector privado se tiene que incrementar la reutilización del agua tratada ya que el porcentaje que se usa es de menos de 10 por ciento en las empresas del país. También se planea una regeneración completa de las plantas tratadoras de agua porque de las 3 mil que existen en este momento, más de 2 mil 500 no tienen un uso eficiente y adecuado, sino que están prácticamente paralizadas.

Un tema del que se tiene que empezar a hablar: el uso intensivo del agua de la IA

Con los grandes avances del siglo XXI, en la era digital, por la innovación tecnológica a partir de, entre otros, los grandes centros de data y la inteligencia artificial (IA), así como la minería de criptomonedas, el problema de escasez de agua se está agravando a pasos acelerados. Estos procesos tecnológicos son de uso intensivo de recursos naturales como energía, y en forma preocupante, del agua.

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El agua se está agotando debido a su elevado consumo y desperdicio, y por los efectos del cambio climático. Aunque 70% de la superficie de la Tierra es agua, según Statista, el 97.5% está en océanos y mares, y es agua salada, mientras que solamente 2.5% es agua dulce.

Según datos de la UNESCO, en 2022 aproximadamente la mitad de los habitantes en el mundo experimentaron una grave escasez de agua durante al menos parte del año, mientras que una cuarta parte enfrentó niveles “extremadamente altos” de estrés hídrico, utilizando más del 80% de su suministro anual de agua dulce renovable.

Se estima que con un aumento de 2 .0 grados de la temperatura de la Tierra, las sequías serían un 65% más frecuentes, y crece la posibilidad de eventos climáticos que afecten todos los aspectos de la vida de los pueblos, globalmente.

¿Por qué la IA consume tanta agua?

Según una investigación publicada esta semana en la revista Newsweek, del especialista Jeff Young, titulada “Porqué la IA tiene tanta sed: Los centros de datos utilizan enormes cantidades de agua”, la IA se está convirtiendo en un grave riesgo de stress hídrico, por el excesivo uso de agua.

En la medida en que los operadores de centros de datos encienden los servidores que mantienen Internet en funcionamiento y hacen posible la IA, también necesitan grandes volúmenes de agua para enfriar esos servidores y evitar que se sobrecalienten. El creciente consumo del vital líquido en los centros de datos se está convirtiendo en un desafío para las comunidades que albergan la infraestructura de datos de las empresas tecnológicas.

El auge de la IA se está sumando a la demanda tradicional de agua. Esta situación está tensando las decisiones sobre el mejor uso que se le daba dar al agua, junto con los usos tradicionales que el Estado debe equilibrar, como la agricultura, la industria y los sistemas residenciales. Investigaciones recientes muestran que la enorme potencia informática, los chips más grandes y los servidores adicionales necesarios para la IA no sólo aumentan significativamente la demanda de electricidad, sino que también hacen que muchos de esos centros de datos “tengan mucha más sed”. Las proyecciones para los próximos años muestran que “el crecimiento global de la IA podría requerir más agua de la que consumen algunas pequeñas naciones”.

¿Qué hace que la IA tenga “tanta sed”?

Además de hablar de las emisiones de carbono cuando se estudia informática sostenible, ahora “el agua también es una métrica fundamental”. La IA está aumentando el uso del agua.

Por ejemplo, un modelo de lenguaje grande como ChatGPT-3 de OpenAI, es un proceso que requiere un uso intensivo de datos y energía, y que impulsa un mayor uso del agua. “Entrenar GPT-3 en los centros de datos de alta gama de Microsoft puede evaporar directamente 700.000 litros, o alrededor de 185.000 galones, de agua”. Una vez que el modelo de IA está en uso, cada inferencia o respuesta a consultas también requiere energía y enfriamiento, y eso también requiere mucho trabajo. Se estima que “GPT-3 necesita ´beber´ una botella de agua de 16 onzas por aproximadamente cada 10 a 50 respuestas que da, y cuando el modelo responde miles de millones de consultas, eso se suma”. La IA está aumentando considerablemente la energía que necesitan los centros de datos.

Cuando generamos electricidad mediante centrales eléctricas de carbón o centrales nucleares, en realidad también consumimos mucha agua”. Para obtener una medida completa del uso del agua, debe analizarse tanto el agua utilizada directamente para enfriar los servidores en un centro de datos, como el agua utilizada en la generación de electricidad que requieren los centros de datos.

La demanda global de IA podría generar hasta 6,6 mil millones de metros cúbicos, o 8,6 mil millones de yardas cúbicas, de extracción de agua para 2027. Para poner eso en perspectiva, lo comparó con la cantidad de agua que usan algunos países. “Si se suman toda esa agua y la aplicamos al crecimiento proyectado de la IA en los próximos años, el total alcanza rápidamente un nivel asombroso”. El análisis de Young se concluye que esto equivaldrá “aproximadamente a cuatro o seis Dinamarca de extracción nacional de agua.”

El uso intensivo del agua de la IA es representativo de lo fundamental que es atender el problema de la escasez de agua a nivel mundial, regional y local. En los gobiernos recae una gran responsabilidad para establecer lineamientos y reglas claras sobre la utilización de los recursos energéticos de parte de todos los conglomerados industriales, tecnológicos, comerciales y de servicios para su resarcimiento y mitigación del impacto ambiental.

Se deben promulgar políticas y métricas en torno al acceso al agua y de gestión compartida que sean justas y equitativas, y debe procurarse que las empresas, incluyendo las tecnológicas, retribuyan a las comunidades en las que participan. Lo prioritario es garantizar el consumo humano.

El stress hídrico es una realidad a nivel global, y en México es de especial gravedad. Claudia, como científica especializada en temas del medio ambiente, señala que hay que evitar una crisis en varias regiones del país a partir de los proyectos que delinea su programa para que se garantice el abastecimiento del agua.

En la próxima administración es evidente que en el tema del agua se requiere que se aplique “la ciencia con conciencia”, que es uno de los signos distintivos de Claudia en la carrera hacia la presidencia de la República.

IA aumenta el stress hídrico a nivel mundial