Creen que no nos acordaremos, o hacen como que creen, pero ahora resulta que la derecha mediática en México, esa que aplaudió la fallida y sangrienta (y falsa) guerra contra el narco de Felipe Calderón y su mano derecha, el narcotraficante convicto “Genarco” García Luna, y que en su momento firmó un pacto de silencio con el gobierno del espurio para no reportar hechos de violencia, ahora defiende la “libertad de expresión” de la apología del delito de los narcocorridos.
Dice un escribidor bufonesco que la decisión de algunos estados de prohibir esta basura propagandística financiada por corporaciones estadounidenses en recintos públicos es “el tentáculo censor” y que los corridos revolucionarios que hablaban de “héroes y bandidos” son lo mismo a los bodrios de actualidad, en donde simple y sencillamente se hace una vulgar apología del crimen.
Es decir: los gringos ponen el dinero, las armas, las disqueras y las corporaciones que distribuyen ese tipo de música. México, como siempre, pone los jóvenes muertos.
Que no vengan estos personajes que rayan en lo payasesco con que los corridos bélicos, tumbados y anexas son reflejo de “nuestra” cultura. Porque la amplia mayoría de los mexicanos de todas las edades y estratos, difícilmente se la pasan hablando en su vida de vender “ICE” y otras drogas sintéticas que tantas vidas han destruido dentro y fuera del país.
Escribo esto desde Baja California, en donde desde hace décadas no se transmiten este tipo de corridos en estaciones de radio. Y no es el fin del mundo. Siempre existirá un núcleo de personas despolitizadas y consumidoras de material de este tipo. Pero no es obligación del gobierno defender la “libertad” de las grandes corporaciones a lucrar con la apología del delito, ni el ayudarles a ellos ni a las autoridades estadounidenses, a estigmatizar a México como un país lleno de sicarios babeantes y drogadictos dispuestos a asesinarte a la menor provocación. Eso es lo que “defiende” la derecha mediática nefasta en nuestro país. Son una vergüenza.