Así es, la fabricante norteamericana Boeing está -literalmente- trabajando a marchas forzadas, de la mano de la Agencia Federal de Aviación de dicho país (FAA por sus siglas en inglés), con la finalidad de reforzar sus procedimientos de seguridad, así como la calidad de sus aviones.
Y es que está corriendo contra reloj, pues está por fenecer el plazo otorgado por la FAA para que solucione todos sus problemas de fabricación, incluidos los que son responsabilidad de Spirit Aerosystems.
Cuentan que la labor en los últimos días ha sido titánica. Y aclaremos, ¿específicamente qué es lo que la FAA pide a Boeing? Requiere que esta compañía armadora de aviones resuelva los problemas de su “Sistema de Gestión de la Seguridad”, el cual quedó al descubierto tras los accidentes fatales de dos de sus aviones de la familia MAX, comprometiendo la seguridad aérea, y quedando obligado a introducir un nuevo “Sistema de Gestión de Calidad”.
Ya les he comentado que en la fabricación y armado de algunos equipos, resulta que las piezas “no encajaban”, y había agujeros donde no debía de haberlos, además de mencionar que fue filtrada información, donde se señala el uso de jabón de trastes de la marca “Down” como lubricante para los empaques de las puertas, entre otros detalles.
Hasta sabemos que uno de los cambios que han implementado con sus trabajadores es la creación de una plataforma digital para reforzar el aprendizaje en materia de seguridad aérea.
También viene aparejado a este tema la salida del mercado del B767F, un avión que en su momento se volvió un verdadero “caballito de batalla” en los aviones de doble cabina o cabina ancha como también se le conocen. Un viejo conocido, diría yo, que Boeing tiene planeado dejar de producirlo para el año 2027.
¿Las razones? Pues resulta que la Agencia de Protección Ambiental gringa (EPA por sus siglas en inglés) y otros organismos como la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), el Comité de Protección Ambiental de la Aviación (CAEP) y el Grupo Internacional de Acción contra las Cambios Climáticos (GIACC) han desarrollado un programa para mitigar la emisión de gases de efecto invernadero. Y resulta que este modelo de aeronave supera los estándares permitidos.
Este avión se utiliza mucho en la aviación de transporte de carga, por lo que Boeing tendría que estar trabajando en diseñar su reemplazo. Y no solo de este equipo, la pifia y dolor de cabeza que han sido los aviones de la familia MAX también siguen estando bajo la lupa.
A Boeing le urge diseñar un nuevo avión que cumpla con los actuales requisitos del mercado, que sea sostenible con el medio ambiente, eficaz en el ahorro de combustible y que supla a sus icónicos aviones B737.
El modelo de avión B737 llegó para suplir al B727, que en su momento fue el avión más popular para muchas líneas aéreas. Pero al pasar de los años, su capacidad quedó rebasada, y entró en escena el B737, avión que vino a tomar el lugar del entonces rey de los cielos en vuelos de corto y mediano alcance.
Uno de los errores que más se le reprocha a Boeing fue el no seguir desarrollando nuevos modelos de avión. Para optimizar costos, solamente buscaron modificar sobre lo que ya tenían, y es así como surgen los aviones de la familia MAX.
Para ello tomaron como base el B737, que se empezaba a quedar corto en los requerimientos solicitados por las líneas aéreas. Se trabajó con él alargando el fuselaje con la finalidad de tener una mayor oferta de asientos; eso implicó el uso de nuevos motores, y luego hubo que ver cómo y dónde colocarlos para no romper el equilibrio de la aeronave.
Hasta que llegamos al tema -ya tan conocido- del software nuevo equipo, del cual no avisaron, para que las líneas aéreas se “ahorraran un adiestramiento”. Las cosas como son, y es por tal motivo que terminaron dos aviones estrellándose y acabando con la vida de cientos de pasajeros.
A Boeing además de trabajar en mejorar todos y cada uno de sus procedimientos, le urge crear una nueva aeronave que satisfaga la demanda que existe actualmente por parte de las líneas aéreas.
Como se dice de manera coloquial, “hay que saber reinventarse” y en este caso en particular Boeing y su CEO, Dave Calhoun, siguen como diría mí abuela “dando pie con bola”.
Ya que dentro de los planes a corto plazo de esta fabricante no está introducir un nuevo modelo de avión. La excusa que pone Boeing es que “la tecnología para un cambio radical en la eficiencia del combustible no estaría lista hasta entonces” tal y como declaró Dave Calhoun al medio Forbes.
Por lo tanto les urge trabajar en la creación de un nuevo avión, esto según lo declarado por Ron Epstein, del Bank of America, también al medio Forbes.
Entonces como vemos Boeing se encuentra en medio de una encrucijada, pues entre que tiene que mejorar todos y cada uno de sus procesos, pero también de sus maquiladoras en torno al tema de la seguridad aérea, tiene el pendiente el sacar del mercado aviones que ya no cumplen con los requisitos que necesita la industria aeronáutica.
Seguiremos viendo a Boeing trabajando a marchas forzadas. Ojalá y este revulsivo sirva para sentar las bases de una mejor industria. Ya lo saben, aquí estamos atentos a la información que surja sobre este gran fabricante de aviones.