El plan de la Cuarta Transformación, en sí mismo, representa un vasto abanico de prioridades que permiten a la sociedad acceder a numerosas oportunidades. Por supuesto, los programas sociales establecieron un hito significativo en la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos; en otras palabras, fue crucial establecer un marco constitucional para cerrar la brecha de la desigualdad. Indudablemente, toda esa perspectiva, por convicción y congruencia, la comparte Claudia Sheinbaum, la presidenta constitucional de México. Ella ha demostrado un notable interés en profundizar las acciones que, a partir del 2018, empezaron a tomar forma en la administración de Andrés Manuel López Obrador.
Eso, por su importancia, continuará en el mandato de Claudia Sheinbaum. Dado que el gobierno federal asumió esa responsabilidad, podemos decir —con fundamento sólido— que la educación es otra de las prioridades de la jefa de Estado. El propio Mario Delgado, secretario de educación, ha ido esbozando algunas concepciones que, de manera clara, visualizan una educación integral, pero sobre todo de calidad. De entrada, me pareció muy importante revisar, entre muchos aspectos más, la alimentación sana de cada una de las instituciones del nivel básico. Eso, evidentemente, traerá repercusiones positivas a partir de una orientación clara de los buenos hábitos alimenticios. Y no solamente será ese tema inherente, sino el mismo diseño curricular y, de paso, la multiplicación de ambientes de educación media superior y superior. Por lo pronto, la misma Sheinbaum, con uno de los programas más exitosos de la Ciudad de México, arrancará con la construcción de las universidades Rosario Castellanos a lo largo y ancho del territorio nacional.
En lo que respecta a la educación, efectivamente, las universidades Rosario Castellanos han sido reconocidas por la excelencia educativa, en particular por la formación de profesionales que se ajustan de manera ideal al universo al tomar decisiones acertadas en cada disciplina. En realidad, estos lugares han logrado aportar para mejorar no solo el nivel académico, sino también en el rendimiento práctico. En términos de experiencia, el equipo administrativo, adaptándose a las recientes innovaciones tecnológicas e innovadoras, tiene un rol crucial en sus tareas que, desde nuestra perspectiva, son de gran relevancia en un proceso de enseñanza y aprendizaje integral.
La misma Claudia Sheinbaum, a través de los compromisos que firmó, se comprometió a llevar más educación con el modelo integral de la Universidad Rosario Castellanos. Ayer, de hecho, nos dimos cuenta que Chiapas, por el enorme reto de romper con la brecha del rezago, edificará la primera institución de educación superior en ese territorio. El mismo gobernador electo, Eduardo Ramírez, informó la noticia en sus redes sociales. Desde luego, influyó mucho la capacidad de gestión de Ramírez Aguilar. Él, a propósito de ello, ha ido identificando áreas de oportunidad y, con ello, posibles alternativas de atención a los sectores más vulnerables del sur del país. La propia planeación permanente y previa, en concreto, nos ha dado una idea muy clara del proceso de transformación que se avecina en Chiapas.
Tras poco más de tres semanas de la toma de protesta de Claudia Sheinbaum, se siente, además de la continuidad de las políticas públicas, una estrategia de expansión para enfocarse en la construcción de más espacios de educación. Chiapas, por ejemplo, será pionero en la puesta en marcha de la Universidad Rosario Castellanos. Su oferta académica, sabemos, se ajusta perfectamente a las necesidades para la profesionalización. Con ello, resulta evidente los buenos oficios del gobernador electo, Eduardo Ramírez. Y, por si eso fuese poco, Ramírez, luego de fortalecer algunas experiencias en Cuba, responderá a las situaciones que aquejan a la población con un programa de alfabetización. Por lo mismo, visualizamos uno de los arranques más prometedores en aquel punto de México, sobre todo al abrir la puerta para que las tecnologías, como punta de lanza, lleguen a más rincones, pues, no está de más decirlo, uno de los principios básicos de la Cuarta Transformación es la reconstrucción del tejido social.
En relación con el asunto, tenemos que reconocer a Claudia Sheinbaum el espíritu de la educación como uno de los instrumentos esenciales para acceder al mundo de las oportunidades. Desde esa perspectiva, Chiapas, debido a su riqueza cultural y al impacto económico que puede generar como entidad fronteriza, será dotado de recursos y sistemas. Es excelente que se fomenten estas universidades, eso sí, orientadas a educar a profesionales y ciudadanos que sean el presente y el porvenir. En realidad, este entorno educativo, con un enfoque integrador, contribuirá a la pacificación del sur de la nación. En definitiva, una escuela representa una oportunidad para aportar al avance social.
Esto evidencia el compromiso de Claudia, así como la perspectiva del gobernador electo de Chiapas, Eduardo Ramírez. Lo mencionamos anteriormente, él será uno de los mandatarios con mayor rendimiento en las políticas de la gestión pública. No lo digo yo, sino la organización, administración y planificación para impulsar el progreso en ese lugar del país, principalmente al poner el foco de atención en la educación, considerando la demanda, incluyendo a las áreas rurales de acceso complicado. Será factible, ya que la Universidad Rosario Castellanos, en un periodo breve, comenzará su construcción en Chiapas.