El contraste de la tragedia en la Sierra Norte de Puebla surge en la capital donde la transformación comienza a echar raíces. Lo que ocurrió en el Auditorio de la Reforma durante el Primer Informe de Gobierno del presidente municipal de Puebla, José “Pepe” Chedraui Budib, fue un mensaje de orden, reconciliación y eficacia pública en una ciudad que, hace apenas unos años, parecía desdibujarse entre el abandono y la desconfianza.

El respaldo político evidenció que algo más se está gestando en la Ciudad de la talavera. Ahí estuvieron Ricardo Monreal, Pedro Haces, Arturo Escobar, Maiella Gómez, Ernesto Villarreal, y una parte significativa del Comité Ejecutivo Nacional de Morena. Pero también lo acompañaron voces académicas, activistas, religiosas y sindicales —la rectora Lilia Cedillo, el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa, líderes de la CTM, FROC CROC, IMSS, CATEM, y los alcaldes de la zona metropolitana—, configurando un escenario poco común en la política municipal: la suma de actores diversos alrededor de un proyecto que ha decidido poner en el centro a la ciudadanía.

La presencia del gobernador Alejandro Armenta Mier, pese a su agenda en la Sierra Norte, fue el símbolo más significativo del respaldo institucional al trabajo de Chedraui. Todavía se sufren los estragos por el paso de las tormentas y la solidaridad por ayudar tanto en víveres como en apoyo al rescate y limpia comenzó desde la capital y se ha expandido a todo el país pero eso ha implicado la necesidad precisa de la atención constante de gobernador. En política, los gestos cuentan, y ese gesto —en medio de una emergencia— confirma una premisa que a veces olvidamos: cuando hay resultados, la política se reconcilia con el servicio público.

Un gobierno que recupera la ciudad

Los números no mienten. En materia de seguridad, Puebla dejó de ser un territorio en crisis y se convirtió en ejemplo de coordinación. La reducción de delitos de alto impacto —16.8% en robo a casa habitación, 27.6% en robo a transportistas y hasta 47.3% menos denuncias de narcomenudeo— refleja una estrategia con planeación y, sobre todo, con enfoque humano. Porque no hay seguridad real sin justicia ni respeto a los derechos humanos. Con la mente empresarial que comanda al gobierno municipal, el impulso al empoderamiento económico de las mujeres para erradicar la dependencia económica ha sido la pieza clave para combatir la violencia de género.

En temas de mujeres y diversidades, la capacitación policial con perspectiva de género, los senderos de paz inspirados en la política de Claudia Sheinbaum y la incorporación de “bodycams” son señales de un cambio institucional que entiende la seguridad como un derecho, no como un privilegio anclado de la tecnología.

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El “Big Brother” ha funcionado en la Ciudad de México y el modelo ejemplar de Clara Brugada con la misión de tener la ciudad más vigilada latinoamericana ha logrado combatir la impunidad mediante el seguimiento puntual de los autores criminales, como el caso de la terrible muerte por atentado criminal contra el abogado David Cohen. Fue gracias al sistema de cámaras que en menos de 48 horas se detuvo a quien detonó el arma fatídica.

Economía, bienestar y cultura: feminismo con cara del orden

El orden también se traduce en economía. Los programas “Tu crédito mujer”, “Tu negocio Sí Plus” y “Tu crédito individual” han permitido que mujeres y hombres encuentren en el gobierno local un aliado para emprender con dignidad. Las 12 mil personas vinculadas a empleos y el crecimiento turístico de más del 40% revelan que la recuperación económica no es casualidad, sino el resultado de un gobierno que planifica y ejecuta. Especialmente se ha enfocado a impulsar que las mujeres accedan a recursos y adquieran autosuficiencia. Ciertamente, en los contextos de la dependencia económica, la necesidad es un factor de violencia que impide a las mujeres abandonar hogares donde son maltratadas. La Dra. Marcela Lagarde y de los Ríos ha escrito en Los cautiverios de las mujeres, que la autonomía económica es condición de posibilidad de la libertad de las mujeres. Por ello resulta relevante que esta perspectiva de apoyo se enfoque en brindar recursos a modo de inversión para negocios frente a otras tendencias de entrega de apoyos y programas sociales directos, periódicos y menores.

En el eje de bienestar: comedores comunitarios, jornadas médicas, programas para jóvenes y mujeres, y una agenda cultural imparable que ha devuelto a Puebla su brillo. No es menor que la ciudad haya sido designada Capital Cultural de América 2026. La cultura, como el bienestar, también es una forma de seguridad.

El discurso de Pepe Chedraui dedicó bastante tiempo a la construcción de paz y lo hizo en lenguaje de la no-violencia. Hay algo profundamente simbólico en que un alcalde hable de senderos de paz, de mujeres imparables y de acciones con perspectiva de género en cada dependencia. Es el tipo de lenguaje que rompe inercias, que devuelve humanidad al ejercicio del poder.

En tiempos donde la política se banaliza, Pepe Chedraui apostó por la gestión eficiente y la empatía como forma de gobierno.

Y, sin embargo, el reto apenas comienza. La transformación verdadera implica sostener los logros sin perder la sensibilidad. La política necesita más gestos de reconciliación, más gobiernos que entiendan que la seguridad empieza en casa, en la escuela, en el trabajo; que los derechos humanos no son un discurso, sino una práctica diaria.

Puebla vuelve a brillar, sí, pero lo hace desde una visión de orden con mujeres emprendedoras, seguridad, paz, propósito y autoridad con sentido humano. Ese es el mensaje que dejó el primer informe de Pepe Chedraui: gobernar, como decía Andrés Manuel, es obedecer al pueblo y obedecer implica que los poblanos vuelvan a sentirse en casa.