La Fórmula Uno viaja año con año y temporada tras temporada por todo el mundo; así será el año que viene cuando seguramente regrese al calendario el Gran Premio de Sudáfrica en el mítico circuito de Kyalami; así se concretará el paso del Gran Circo por todos los continentes del planeta.

La temporada 2023 también tendrá un GP adicional en el Estado de Nevada; el Gran Premio de Las Vegas, se unirá al Gran Premio de los Estados Unidos en el COTA y al recién estrenado Gran Premio de Miami, para completar un trío de eventos de la máxima categoría en un solo país.

A este respecto, el director del Circuito de las Américas, en Austin, Texas, ha declarado recientemente que el país de las barras y las estrellas todavía podría recibir más eventos de la máxima categoría en su territorio. Es cierto que la pasión por la Fórmula Uno ha crecido exponencialmente, no solamente en territorio gringo, sino en todo el mundo desde que la competición fue adquirida por Liberty Media - empresa estadounidense -, que le ha dado un impulso mediático importante que se ha traducido en una mejor comercialización de los GP’s y, por ende, en una mayor recaudación económica para toda la estructura del Gran Circo.

Si lo analizamos desde ese punto de vista, es innegable que el negocio va viento en popa en términos de rentabilidad económica. La Fórmula Uno es un deporte, es el rey del deporte motor a nivel mundial, pero también es un gran negocio, que en los últimos diez años está viviendo una época de bonanza financiera, que se incrementó aún más cuando el conglomerado norteamericano compró a la categoría en el 2016.

Sin embargo, desde el punto de vista de los más puritanos aficionados de la Fórmula Uno, esta ha perdido su esencia europea desde hace ya décadas; sin embargo, ahora se piensa que la categoría se está haciendo cada vez más gringa. Hay que tomar en cuenta que ante la ya oficialización de Las Vegas como tercer sede de un GP para la siguiente temporada en los Estados Unidos, desde finales del mes de mayo de este año, Nueva York también se ha apuntado para fungir como un cuarto GP en el país.

La gran manzana sin duda es una sede más que atractiva para la Fórmula Uno, más aún en el sentido de que se planea hacer de ese hipotético GP, una carrera en un circuito callejero y eso le da a la ciudad un mayor empuje para que el Gran Circo se estacione ahí en unos pocos años. Los dólares son los dólares y Liberty Media está jugando muy bien con sus activos para hacer este negocio todavía más rentable de lo que ya es.

Acá el problema es: ¿A costa de qué sacrificio en cuanto a sedes icónicas?

Tal parece que Paul Ricard en Francia, ya no estará más en el calendario a partir de la próxima temporada; además, y aunque parece que Spa Francorchamps sí seguirá en él, vimos con mucha incertidumbre su continuidad y nos ha quedado claro que Liberty Media puede prescindir de pistas tan históricas como Spa, para darle su lugar a sedes que en ocasiones pudieran ser más exóticas que funcionales en cuanto a espectáculo se refiere.

Como ejemplo, tenemos el caso del Gran Premio de Miami que con todo y las altas expectativas que generó, quedó a deber muchísimo en cuanto a emociones en pista se refiere. No se duda de lo atractivo que pudiera ser el anunciado GP de Las Vegas por la misma naturaleza del atractivo del glamour nocturno de la ciudad, pero sí crea bajas expectativas de las prestaciones que nos pudiera dar el trazado en cuanto a espectáculo de carrera.

En nuestro país, se “visorea” un probable Gran Premio en Cancún, Quintana Roo; sin embargo, este y los anteriormente mencionados tienen algo en común, sus atractivos turísticos como sedes. Queda claro que lo que Liberty Media busca es hacer más dinero en el tema de lo vistosas que puedan ser las ciudades, que en lo atractivas que puedan ser las carreras en dichas ciudades.

Spa Francorchamps, quizás no tenga un atractivo turístico importante, pero lo importante sí que lo tiene y de sobra, la emoción de ver una carrera en una pista sublime, como en Monza, Imola o Silverstone, por mencionar algunos. Mismo caso de Paul Ricard, un circuito que quizás no sea de los consentidos de los aficionados, pero que sí deja muchas más emociones que Miami, por ejemplo.

Estamos en una transición en cuanto a la gestión de los circuitos que Liberty Media está haciendo para la Fórmula Uno. Quizás el Gran Circo cambie por completo en los siguientes diez años y veamos una Fórmula Uno más parecida a la manera de hacer deporte en los Estados Unidos, que a lo que históricamente nos ha tenido acostumbrados en sus trazados icónicos y emblemáticos.

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