Este año tardó en llegar la temporada de huracanes, que normalmente va desde el mes de mayo hasta noviembre, y en nuestro país genera muchas demoras y cancelaciones dentro de la industria aérea.
Por lo tanto, es obvio que los usuarios de transporte aéreo comiencen a preocuparse por sus vuelos. Los más afectados serán los que tengan como destino el lugar por donde vaya a pasar el huracán; en estos momentos los aeropuertos de la península de Yucatán, y los tres estados de la república comprendidos en ella.
En el caso del Aeropuerto de Cancún, por ejemplo, se están tomando medidas ante la posible llegada del fenómeno meteorológico. Grupo Aeroportuario del Sureste (ASUR), quienes gestionan dicha terminal, han informado que junto con el gobierno del estado de Quintana Roo, y el área de Protección Civil han activado todos y cada uno de los procedimientos y protocolos diseñados para estos casos.
Si usted tiene programado un vuelo durante esta semana, es importante tener en cuenta que las probabilidades de que le sea cancelado son muy altas, por eso es de vital relevancia mantener comunicación con la línea aérea correspondiente para conocer cuáles son las opciones que ofrecen, que pueden ir desde un reembolso del costo del boleto, un cambio de fecha para la utilización del viaje o algún otro tipo de compensación.
Otro consejo muy importante es: si ya les tocó estar por la trayectoria del huracán, lo mejor es seguir las indicaciones de las autoridades, y acudir a un refugio si es el caso, o bien, mantenerse en las áreas seguras habilitadas en los hoteles; hay gente que estaba de vacaciones y tenían programado su vuelo de regreso para este fin de semana, justamente cuando se tiene prevista la llegada de Beryl; o bien, porque los vuelos que han podido salir en estos días van completamente llenos.
Lo mejor es no perder la calma y seguir todas las instrucciones del personal de protección civil del estado; ellos saben lo que hacen. Esto no solamente va a afectar a la península de Yucatán, sino también a otros estados como Tabasco, Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Puebla, San Luis Potosí, Tamaulipas, Querétaro e Hidalgo.
También deben tomar en consideración que aunque sus vuelos programados no son a ninguno de los estados indicados, muy probablemente serán afectados por el fenómeno meteorológico; contemplen que las aerolíneas se pueden ver desbordadas.
Mucha gente me ha preguntado: “oye, pero mi vuelo es a Tijuana, ¿por qué me lo demoraron o cancelaron?”. No existe una sola respuesta, y ninguna es sencilla, pero trataré de explicarlo. Las aerolíneas programan -con meses de anticipación- los aviones que cubrirán ciertas rutas, junto con las tripulaciones; y lo común y corriente es que dejen una especie de “margen” que les permita solventar imprevistos.
Esto es, ya sea que la tripulación no llega completa al vuelo y hay que sacar a “otro tripulante” de la reserva, o bien que el avión no funciona y no hay manera de echarlo a andar, y en consecuencia se cancelan los diferentes vuelos que estaban asignados a ese equipo y se reasignan.
Todo lo anterior está contemplado dentro de las operaciones normales de una línea aérea; son “pequeños tropiezos” por llamarlos de algún modo, que se pueden solventar como lo dije líneas arriba, ya sea sacando a un tripulante de la “reserva”. Para más claridad, pilotos y sobrecargos deben cumplir con estas “reservas” cada cierto tiempo, y que no es otra cosa más que estar disponible para el caso de que se requiera.
Hay pilotos que hacen reservas en su casa, o bien en alguna instalación dentro del aeropuerto, donde deben permanecer una jornada laboral completa esperando a que sean requeridos. En caso de que no fueran necesarios, terminan su día laboral y se van a su casa.
Pero el asunto se complica mucho más cuando se trata de una aeronave que no se mueve “ni pa´atrás, ni pa´delante”, pues el área de operaciones tendrá que resolver que los vuelos asignados al equipo descompuesto se asignen a otros aviones, haciendo malabares para no generar demoras ni cancelaciones.
Ahora bien, en tratándose de eventos climáticos y fenómenos meteorológicos, aunque tengas el avión y a la tripulación, si el clima no permite operar la aeronave de manera segura, no habrá poder alguno que cambie una cancelación o demora.
Las conclusiones de los pasajeros afectados son variopintas. Hay gente que suele decir “pero si nada más está lloviendo un poco, no creo que un avión con tanta tecnología no pueda volar bajo esas condiciones”.
Y no es que los aviones no cuenten con la tecnología suficiente, pero por algo la industria aérea es el transporte más seguro del mundo, porque no se van a arriesgar a volar con malas condiciones climáticas, y verse de pronto sorprendidos por rachas de viento y lluvia que terminen por causar un accidente.
Así que si en estos días vuelan, tengan mucha paciencia; aunque su destino no tenga nada que ver con los estados afectados por el huracán, es muy probable que los cambios de último minuto afecten al resto de los vuelos.
Es importante que sepan que las aerolíneas trabajan a marchas forzadas para limitar lo más que se pueda los cambios en los vuelos, que son programados con anterioridad. De algo pueden estar seguros: la aerolíneas no “improvisan” ni salen con soluciones mágicas, y por ende riesgosas.
Recordemos los puntos clave: si tienen un vuelo a los destinos por donde va a pasar el huracán, lo más probable es que se enfrenten a una cancelación de su vuelo, y si corren con suerte, puede ser que solo se trate de una demora.
En caso de tener un vuelo a otro destino por donde el fenómeno meteorológico no pase, pero encuentra su vuelo demorado, tenga paciencia, lo más seguro es que la gente a cargo de las operaciones de las aerolíneas está pasando las de Caín, buscando la mejor solución.
Muchas veces las tripulaciones llevan ya varias horas de jornada, y son ellos quienes más odian las demoras, pues terminan arruinándoles su rol de vuelo mensual, quitándoles la mínima certidumbre que tenían sobre su vida. Sin duda, este tipo de eventos deja a las tripulaciones a merced de las “necesidades del servicio de la aerolínea”, una frase que hace temblar a los sobrecargos y pilotos por las consecuencias en su vida diaria.
Lo sabemos, los huracanes y otros eventos climáticos son cada vez más potentes, y eso es gracias al cambio climático. Es por ello que la industria aérea está comprometida en combatirlo, ya sea utilizando motores más eficientes que quemen menos combustible y emitan menos gases de efecto invernadero a la atmósfera, o bien con la utilización de combustibles amigables con el medio ambiente, como el SAF (“combustible sostenible”, por sus siglas en inglés).
De cualquier manera, recuerden que comienza la temporada alta de verano, así que ármense de paciencia infinita, porque serán unos meses problemáticos para volar.