La panista Xóchitl Gálvez lo admitió ayer o antier: que debe mejorar mucho para dar la pelea en los debates. Y en este caso mucho significa, precisamente, mucho. Ella es pésima tratando de expresar ideas porque, ni hablar, no tiene muchas y las pocas que puede encontrar son malas. Por lo demás, Xóchitl no luce sin sus acostumbradas leperadas, que en eventos serios no vienen al caso.

La aspirante a la que apoya la derecha empresarial se vio muy mal —poco preparada, ingenua, inculta, sin ideas relevantes— al enfrentarse a la priista Beatriz Paredes en los foros organizados por la oposición.

Pero, como el dedazo de Claudio X. González no lo para nadie, a Beatriz la van a eliminar en la contienda opositora aunque haya superado en todo a Xóchitl.

No hay duda: Xóchitl Gálvez será la candidata del frente PRI, PAN, PRD. Es lo mejor que le podía pasar a Morena y a la candidata de izquierda, Claudia Sheinbaum. Lo expresó con sentido del humor la Rayuela, de La Jornada: “Después del revolcón que le puso la priísta, ¿cómo conseguirán volver a inflar a la señora X?”.

Jorge El Güero Castañeda cree conocer la fórmula para inflar de nuevo a Xóchitl: que ella no deje de contar que alguna vez vendió gelatinas para pagar sus estudios.

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Según El Güero, “el mexicano es profundamente aspiracionista” y, por lo tanto, se entregará a alguien con la biografía de Gálvez. Creo que Jorge no analizó adecuadamente las cosas. Veamos.

Si es verdad lo que Castañeda dice —que la gente en México es aspiracionista—, entonces la mayoría preferirá a Claudia Sheinbaum por la muy superior trayectoria de la aspirante de Morena.

Veamos el currículum de Xóchitl:

  • Vendió gelatinas.
  • Estudio ingeniería.
  • Estableció una empresa.
  • Tiene contratos con el gobierno.
  • Trabajó en un cargo menor con Vicente Fox —el tipo que decía de las mujeres que son ‘lavadoras de dos patas’ y que piensa que los pobres son huevones—.
  • Fue delegada en una demarcación de la Ciudad de México.
  • Es senadora.

En la historia personal de Xóchitl no hay referencias a ningún proyecto de gran magnitud que ella hubiese encabezado. Lo que sea, el de la aspirante de la derecha es un buen curriculum, hay que reconocerlo, pero poca cosa comparado con el de Claudia Sheinbaum:

  • Durante años, mientras estudiaba, fue bailarina de ballet en un nivel bastante aceptable para alguien no profesional.
  • Compitió en el duro deporte del remo.
  • Sheinbaum participó como dirigente en movimientos universitarios que ya forman parte, de manera destacada, de la historia reciente de México.
  • Estudió una licenciatura en física.
  • Hizo un doctorado en ingeniería en energía.
  • Pasó cuatro años como investigadora en una de las grandes universidades del mundo.
  • Participó en un grupo de expertos en el cambio climático que obtuvo el Premio Nobel.
  • En el gobierno de la capital del país, cuando lo encabezaba Andrés Manuel López Obrador, fue la responsable de la construcción del original segundo piso del periférico; el único gratuito, por cierto.
  • Fue delegada en una demarcación de la Ciudad de México.
  • Colaboró con AMLO en la fundación de Morena.
  • Gobernó con eficacia la CDMX.

Castañeda debería saber que la gente aspiracionista se identifica no con quien viene de abajo, sino con las personas de gran éxito, y en la comparación de biografías entre Xóchitl y Claudia, es mucho más sobresaliente la de Sheinbaum que la de Gálvez.

Y bueno, a la hora de los debates en campaña, la gente aspiracionista comprobará que Claudia está muchísimo más preparada que Xóchitl.

La verdad de las cosas es que si Xóchitl Gálvez no pudo con Beatriz Paredes, menos podrá con Claudia Sheinbaum, dado que esta, además de experiencia política, tiene formación científica, y ya se sabe que en lo relacionado con la argumentación racional nadie lo hace mejor que las personas educadas en la ciencia.

Ebrard, saboteador

Increíble lo que está haciendo Marcelo Ebrard. Cito un tuit suyo de este miércoles 30 de agosto de 2023:

Ebrard está saboteando las encuestas aplicadas por Morena y cuatro empresas demoscópicas. No se vale. Malú Micher y Martha Delgado son dos señoras respetables que más o menos la han hecho en la política, pero que de encuestas no saben nada. Absolutamente nada.

Wikipedia informa que Martha y Malú estudiaron pedagogía, así que de probabilidad y estadística no tienen la menor idea. Entonces, nada pueden aportar en el análisis de las muestras que hayan elaborado las personas expertas del partido de izquierda. Tampoco han trabajado jamás en compañías especializadas en estudios demoscópicos.

Con nada positivo pueden ellas contribuir en el desarrollo de una encuesta nacional. Lo que sí pueden hacer Martha Delgado y Malú Micher es estorbar y me parece que es lo que están haciendo para:

  • Darle a Marcelo Ebrard pretextos para no aceptar su derrota —Claudia Sheinbaum lo superará por mucho más de 10 puntos de diferencia—.
  • Justificar a Ebrard si decidiera abandonar Morena para irse a la oposición.
  • Denunciar ante las autoridades electorales el proceso interno del partido de izquierda buscando su anulación.

Dicen que dijo Antonio Machado : “En el análisis psicológico de las grandes traiciones se encuentra siempre la mentecatez de Judas Iscariote”. AMLO necesitaba un Judas de primer orden para terminar de consolidar su leyenda: lo encontró en Ebrard.