Amanecimos con una terrible noticia, de esas que no nos gustan: un avión modelo Boeing 787-8 Dreamliner, de la aerolínea Air India se estrelló momentos después de haber despegado. Todos nos preguntamos: ¿qué pasó? Por supuesto lo más prudente es esperar el resultado de las investigaciones que las autoridades aéreas correspondientes realicen, pero eso no nos impide que revisemos varios puntos y los tomemos en cuenta.
Lo primero que resalta, es que la fabricante norteamericana de aviones -de la que hemos escrito ríos de tinta- enfrenta una gran cantidad de problemas y que viene arrastrando dos accidentes fatales de sus aviones modelo B737MAX. Ahora se suma este, el primer accidente fatal de una aeronave modelo B787-8 Dreamliner.
El vuelo 171, que partió del Aeropuerto de Ahmedabad, en India, tenía como destino aterrizar en el aeropuerto de Gatwik, en Londres. En el equipo viajaban 242 personas, y sí, ocurrió algo excepcional: hubo un sobreviviente, del que hablaremos más adelante.
Y procedo a explicarme, la aviación es una industria que maneja altísimos estándares de seguridad. Para que suceda un accidente, se deben juntar muchos factores al mismo tiempo; empecemos con el avión.
El modelo de avión B787 Dreamliner llegó para reemplazar comercialmente al B747, usado para vuelos de largo alcance. Se trata de un avión diseñado para ser eloiciente y cómodo, y en los hechos quienes operan con este modelo de avión, están encantados por todo lo que les ofrece, desde ahorros importantes de combustible, hasta una mejor gestión de comodidad dentro de la cabina de pasajeros.
Sin embargo, a pesar de todo esto, el turbio historial de Boeing en su manejo de controles de calidad y seguridad aérea, ha dejado mucho que desear; para ser más exactos, el 9 de abril del año pasado el medio de comunicación norteamericano NBC News, publicó un reportaje sobre los trabajos de investigación que estaba realizando la Agencia Federal de Aviación estadounidense (FAA, por sus siglas en inglés), esto posteriormente a la denuncia hecha por John Barnett, quien curiosamente “se suicidó” un mes antes, en marzo de 2024.
Él advirtió a las autoridades norteamericanas de los graves problemas que tenían algunas secciones del fuselaje de los B787, que no embonaban correctamente y corrían el riesgo de hacer fallar a la aeronave por “agotamiento del material”, Por supuesto en esa ocasión Boeing, entonces con Dave Calhoun como CEO, afirmó que la aeronave “era muy segura y que había sido sometida a intensas pruebas de estrés”, para contrarrestar lo dicho por el ingeniero y ex empleado de Boeing, John Barnett.
Esto es muy delicado, y adquiere relevancia porque en el reciente accidente de Air India, un usuario en Twitter (hoy “X”), grabó al mismo avión siniestrado desde dentro, como pasajero, pues él había arribado aproximadamente dos horas antes del Aeropuerto Internacional Indira Gandhi, y planeaba hacer un video de queja para mostrárselo a Air India.
El usuario @akku92, de nombre Akash Vatsa, venía en el vuelo 423, y grabó varios videos que subió a esta red social porque notó varias cosas: durante el abordaje el aire acondicionado no funcionaba; y en ningún momento del vuelo funcionó el sistema de entretenimiento a bordo, por eso quería la evidencia, para mandarle una queja sobre esto a Air India.
Y por eso ahora traigo a cuento las advertencias que John Barnett hizo, y que la investigación que se realice no puede pasar por alto. El ingeniero advirtió a las autoridades aeronáuticas norteamericanas que uno de los principales problemas de Boeing fue que eliminó las inspecciones de control de calidad en la fabricación de las aeronaves modelo B787 Dreamliner.
Si a todo este caldo de cultivo le sumamos el historial propio de Air India, la cosa se pone aún más fea. Y es que esta línea aérea lleva años tratando de sobrevivir; es una aerolínea de modelo tradicional, esto significa que en sus vuelos ofrece varias clases: primera, ejecutiva y turista. Si son curiosos, descubrirán que en redes sociales hay miles de videos de quejas del mal estado de los aviones, sobre todo los blogueros de viajes que suelen comparar las primeras clases de las aerolíneas, y en este rubro la verdad es que Air India salía muy mal parada.
En cuanto a cuestiones de seguridad aérea, Air India tiene en su haber varios accidentes fatales, aunque no tan recientes. Uno de su filial Air India Express en 2010. Otro, fue un incidente, cuando una aeronave en pleno vuelo se quedó sin supervisión alguna por un altercado entre los pilotos y la tripulación de cabina. Un ejemplo más fue una demora de más de 11 horas porque estaban buscando ratas que se habían colado en la aeronave, y sabemos que un roedor puede generar un accidente si no resuelve antes de despegar. Finalmente, en 2020 tuvieron un accidente fatal con su filial Air India Express, en el que lamentablemente perdieron la vida 17 personas.
En este último accidente fallecieron 241, y milagrosamente una persona sobrevivió. Existe material donde se ve que llegó a la ambulancia cojeando, en un visible estado de shock, y enojado por lo que acababa de vivir. Hasta donde se sabe este ciudadano británico, Ramesh Vishwashkuma, estaba buscando a su hermano, y refiere que después del despegue se escuchó un estallido, y después despertó rodeado de cuerpos inertes.
Este hombre de 48 años de edad iba sentado en el la fila 11 asiento A. Había ido a la India junto a su hermano Ajay Kumar Ramesh, de 45 años de edad a visitar a su familia y ya iban de regreso.
Por ahora la pregunta es: ¿qué pasará con Boeing? De entrada, después de que se diera a conocer este fatal accidente, las acciones de la fabricante de aviones norteamericana se desplomaron en la bolsa de valores.
Pero no solo es eso, la pérdida de confianza es lo peor; imaginen cómo está el asunto, apenas hace un mes Boeing celebraba por todo lo alto el hito de haber transportado en su modelo B787 Dreamliner a mil millones de pasajeros, desde que salió comercialmente esta aeronave, hace 14 años.
Robert Kelly Ortberg, quien hoy lleva las riendas de Boeing, tiene un reto enorme. Recordemos que la razón de su llegada fue para “apagar” todos los fuegos que tenía encendida la fabricante, que no había podido gestionar de manera óptima sus procesos de control de calidad. Y es que siguen vigentes las terribles consecuencias del incidente del vuelo de Alaska Airlines, que fue lo que puso de nueva cuenta los reflectores en Boeing.
¿Qué lección podemos aprender de todo esto? Que la excelencia no debe estar peleada con las ganancias. En aras de sacar más aviones en menos tiempo, se relajó la vigilancia de los controles de calidad y seguridad aérea. Lo deseable es que los directivos de Boeing pongan su mejor empeño, y apliquen la máxima: más vale tarde, que nunca.
Estoy consciente de que no debe ser fácil. Sabemos que la confianza en la empresa se ha visto mermada por muchos motivos: una huelga, dos accidentes fatales previos, el incidente de Alaska y los denunciantes en su contra, y todo ello es una lástima, porque son buenos aviones.
“Solamente” (y las comillas son irónicas) necesitan dejar de pensar con la lógica del capital: tener ganancias sin importar a quién pisan; en este caso sí importa y mucho. Ya de por sí Air India estaba pasando por una severa crisis; honestamente no creo que se recupere después de este accidente. Es un hecho, la aviación está migrando lentamente al modelo bajo costero, por eso no fue ninguna casualidad que el anfitrión de este año de la Asamblea General Anual de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés) haya sido IndiGo, una aerolínea de bajo costo fundada en 2006.
Insisto, y es la idea que quiero dejar en sus mentes, para que se dé un accidente como el sufrido por Air India se deben juntar muchos factores. La aerolínea asiática está atravesando una severa crisis económica, y eso se nota en el mantenimiento de las aeronaves. Si a esto le sumamos fatiga del material del avión, que era evidente incluso para los pasajeros, podemos darnos una idea.
Importante: no sabemos qué pasó en cabina de pilotos; habrá que esperar a las investigaciones y a la recuperación de los datos de las cajas negras, para tener certeza de qué pasó exactamente; por el momento es evidente que los reflectores están bien enfilados en Boeing y eso va a traer consecuencias... otra vez.
De verdad, espero que Kelly Ortberg pueda poner orden en Boeing y retomar la antigua filosofía que tenían: primero y ante todo la seguridad; ya después las ganancias económicas.
X: @xime_garmendia