Si a mí me pidieran que explique el funcionamiento de un carro de bomberos, o una ambulancia, lo más probable es cometa algún error, o por lo menos mi exposición estaría plagada de imprecisiones. Sin embargo, si tuviera que escribir una nota sobre alguno de esos dos vehículos, haría mi mejor esfuerzo por redactarlo con información clara y puntual, y dejaría fuera todas las especulaciones y conjeturas que mi lógica dictara.

Uno de los ejes rectores de esta columna diaria, es poder acercar a Ustedes, fieles lectores, información útil y necesaria que les permita conocer más a fondo el maravilloso y apasionante mundo de la industria aeronáutica. Como sobrecargo de Mexicana de Aviación tuve la oportunidad de ver, en primera fila, que resulta común, y casi normal, que los pasajeros -de todas partes del mundo, y México no es la excepción- desconocen el funcionamiento de la operación de un vuelo.

Y eso no es pecado, ni motivo de vergüenza. Lo que definitivamente me desbalancea y francamente me pone de mal humor, es que aparezcan notas solo con la visión del pasajero como “Terror en el aire: Viva Aerobús dejó sin oxígeno a pasajeros durante un despegue del AICM.

Y al final de la historia, el evento reportado fue una falla de la UPA/APU (Unidad de Potencia Auxiliar/ Auxiliary Power Unit), el dispositivo que va montado en un vehículo diverso del avión, cuya función es proporcionar energía eléctrica a los aviones. Una falla de este tipo es más común de lo que parece. Y debemos aclarar, los pasajeros nunca se quedaron sin oxígeno, porque además sucedió en plataforma, y no en carrera de despegue. Lo demás, son exageraciones y una franca ignorancia del tema aeronáutico.

Usaré esta nota a manera de ejemplo sobre cómo los pasajeros magnifican una falla de la UPA/APU; no los censuro, ya dije que no están “obligados” a conocer a detalle la operación de un vuelo. Al que sí quiero jalarle las orejas, es al Gobierno, que a través del AIFA toma las mismas actitudes de los pasajeros ante un evento como este, y lo magnifica.

Y hay que decirlo con todas sus letras: el peor vendedor del proyecto ha sido el mismo Andrés Manuel, y sus irrefrenables ganas de llamarlo “el mejor aeropuerto del mundo”; nada más le falta rematar con “mundial”. Coloquemos este asunto del aeropuerto en su justa dimensión, así como la falla que se tuvo en tierra y que se magnificó hasta llegar al absurdo, pues los pasajeros nunca estuvieron en peligro en el caso del vuelo de VivaAerobus.

El AIFA es un excelente aeropuerto, si lo vemos como parte de un proyecto metropolitano de aeropuertos, y no como un caso aislado; ese es un grave error que comete el Ejecutivo. Y lo traigo a colación porque el flamante subsecretario de Infraestructura Comunicaciones y Transportes, Rogelio Jiménez Pons insiste en una política de “cielos abiertos” para el AIFA.

Quienes tenemos ya varias décadas dentro de la industria aeronáutica sabemos que abrir los cielos sería el peor error (del mundo mundial) que se pueda cometer, porque terminaría acabando con nuestra escueta “aviación nacional”.

Bajo el falaz argumento de que “El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles requiere apoyo para consolidarse, por ello se busca que tenga una política de cielos abiertos; varias aerolíneas, sobre todo de Europa y algunas de bajo costo de Estados Unidos “ya tocaron la puerta”, de acuerdo con declaración recogida por el diario La Jornada. Y es que no se termina de entender que el AIFA no es la generadora de la aviación nacional.

Lo que en lo particular me molesta es la narrativa falsa que están utilizando -desde el Estado- para bajar el tema con la población y encontrar el apoyo de la ciudadanía, utilizando figuras estratégicas dentro los medios de comunicación.

Me etiquetaron en un tuit de Juncal Solano, conductora de un programa quien se autodenomina influencer, con casi 400 mil seguidores en la red social del ave azul. Nadie lo niega, sus palabras tienen eco. El tuit dice:

“Urge una regulación a las aerolíneas en México ¡los vuelos están carísimos y el servicio es pésimo! Esta temporada navideña a nuestros hermanos paisanos les sale más barato volar a Europa LITERAL”

Juncal Solano

No necesitamos una lupa para entender el mensaje. Se busca generar la creencia de que abrir los cielos traerá como consecuencia la baja en los precios de los boletos de avión, y desde ahora les digo que eso es una mentira. Los precios de los boletos de avión dependen de muchos factores, no de uno solo; además del precio de la turbosina, el costo del arrendamiento de los equipos y el gasto que implica operar un vuelo, en México son más caros por el hecho de que las opciones son menos dentro de la aviación nacional.

Desde que volaba como sobrecargo en Mexicana de Aviación el tema del costo de los boletos en el país era una constante, pues salía más barato comprar el vuelo en los Estados Unidos o en Europa. ¡Claro!, siempre y cuando sea en aerolíneas extranjeras, ¿por qué? uno de los factores es el número de flota. Pondré otro ejemplo, ahora que Qatar está de moda.

Este emirato árabe tiene el tamaño -más o menos- del estado de Querétaro y su aviación estatal, Qatar Airways tiene poco más de 250 aviones. México, que somos un país mucho más grande, con todas las aerolíneas comerciales, charteras y ejecutivas a duras penas sumamos 300 equipos.

Es cierto, la falta de una política aeronáutica real, seria y transexenal ha provocado que en la industria solo se vayan dando tumbos sin ton ni son, tapando hoyos y parchando sobre la marcha, pero no se ha trabajado en un proyecto de crecimiento de la aviación nacional a largo plazo. No, no voy a ilusionarlos, esto no se arregla con una nueva aerolínea; se tiene que hacer un trabajo de fondo en materia de aviación comercial.

Lo digo y lo sostengo, el AIFA es un excelente aeropuerto para las aerolíneas de bajo costo que quieran venir, cuyas operaciones carecen de conexiones, a diferencia de las aerolíneas tradicionales. Por supuesto que para que el AIFA se consolide faltan varias cosas: una mejor conectividad vía terrestre, mejor promoción para las líneas extranjeras, sobre todo las bajo costeras y lo primordial, regresar a Categoría 1.

Estos son los temas de verdad importantes y de gran trascendencia para la soberanía aérea del país, y es en estos tópicos donde la oposición está ausente. Están más entretenidos peleando contra los molinos de viento, como su defensa al INE. ¿Qué no ven que están por entregar un área estratégica del país? El desconocimiento del tema no los excluye de responsabilidad.

Me parece terrible indolencia por parte de la oposición dejar estos temas fuera de su agenda. Pare ellos la aviación -tristemente- significa trabajar, y no deja votos, que es lo único que persiguen. Peor aún, es notorio que a los actuales legisladores de la 4T les vendría bien una pequeña empapadita de la importancia que significa la aviación comercial para el país.

Ha sido el sindicato de pilotos (ASPA) y la CANAERO quienes se han manifestado en contra de la aberración que significa la apertura de los cielos, pero ningún otro actor político ha dicho “esta boca es mía”.

Como país, nuestra flota no puede competir; no llegamos a 300 aviones, y de ellos 100 equipos realmente son de Delta, pues Aeroméxico es un apéndice de dicha aerolínea norteamericana. Nuestra aviación nacional se encuentra extremadamente mermada, y es que nadie ha querido arreglar el desorden existente.

Tenemos un desastre en las concesiones otorgadas por la SICT aerolíneas que siguen vivas en el papel, pero que no operan. Algunos de los slots y rutas de Mexicana de Aviación y de AeroCalifornia fueron comprados por Interjet, y hoy están en el limbo. Agreguemos que cuando Mexicana fue bajada de vuelo, el entonces Secretario de Comunicaciones y Transportes, Juan Francisco Molinar Horcasitas repartió rutas y slots a Volaris, VivaAerobus, Aeroméxico, Aeromar e Interjet.

¡No señores!, abriendo los cielos no van a bajar los costos de los boletos; lo que sí va a ocurrir es que se va a depredar la aviación nacional hasta acabar con ella, y el país quedará a merced de las líneas extranjeras, dejando en sus manos la potestad de decidir si quieren cubrir las rutas y slots que ahora manejan nuestra aviación comercial.

No es que me lo imagine, tenemos un ejemplo: cuando bajaron de vuelo a Mexicana, Zacatecas se quedó por mucho tiempo incomunicada por vía aérea, porque nadie más volaba a dicho destino. Fue hasta que se le otorgó el slot a Interjet que volvieron a tener conexión. ¿Y que creen? Cuando dejó de operar Interjet, otra vez volvió a quedarse incomunicada, hasta que entró Aerolitoral al quite. Al día de hoy hay otro vuelo, pero es con escala en Tijuana y lo hace Volaris.

Ese es el verdadero riesgo, además de la pérdida de empleos que conllevaría. No podemos permitir que la soberanía aérea se vulnere porque “hay que llenar de vuelos el AIFA”. ¡No!, así no funciona la aviación; el crecimiento del AIFA va bien acorde a lo que es: un aeropuerto de apoyo dentro de un proyecto de aeropuertos metropolitanos. Dejen de venderle la idea a Andrés Manuel que es el mejor aeropuerto del mundo, y que debe estar “atascado” de operaciones.

La lista de acciones necesarias, antes que tener un AIFA con mil operaciones diarias, es enorme: hay que combatir toda la corrupción que impera en la AFAC, en Medicina de Aviación y en Licencias; apenas vamos a ver cómo nos va cuando se acabe la prórroga decretada como parche temporal, ya hay mucho personal de las aerolíneas (tanto de vuelo como de tierra) con los documentos vencidos.

Antes que otra cosa, se debe reordenar el espacio aéreo y sobre todo, recuperar la Categoría 1. Se debe fortalecer lo que nos queda de aviación comercial, impulsando -por ejemplo- a la “Cooperativa de Aviación Mexicana” que sigue en la espera del banderazo de salida por parte del Gobierno Federal; o en buen castellano, requiere de apoyos económicos para lanzar el proyecto de la chartera y de carga.

México es pionero en materia aeronáutica. No es casualidad que tuvimos al primer presidente en volar sobre un avión: Francisco I. Madero, el 30 de noviembre de 1911 sobrevoló los llanos de Balbuena. Tampoco es irrelevante que tenemos viva la concesión de la línea aérea más antigua del país, con 101 años a sus espaldas, y que esta misma es la cuarta más antigua del mundo.

Urge que dentro del Gobierno hagan caso a las voces que sí conocen a fondo la industria. Pero lo más importante, fortalezcamos e incentivemos el crecimiento de las aerolíneas nacionales, para que una vez que logremos incrementar la flota de aviones, en efecto, los boletos de avión puedan costar menos. Temas pendientes e importantes tenemos muchísimos.