El presidente de Ucrania ya está declarando en distintos foros que “Ucrania no será parte de la OTAN”. Magnífico punto de partida para avanzar en la terminación de la guerra y del conflicto geopolítico con Rusia.
Hoy la “expulsión de Rusia del Sistema Internacional” que ya tiene propietario (Estados Unidos-OTAN) va a ser mucho más costosa, porque Rusia ya está reaccionando: los $1,400 millones de euros diarios que Europa paga a Rusia por el suministro de gas, Putin los está exigiendo en rublos rusos, no en dólares ni en euros, con lo cual en pocos días el rublo se va a revaluar y a recuperar el valor de antes de la ofensiva económica contra Rusia (perdió 50% de su valor), lo cual ha sido un duro golpe para la economía rusa y para los activos (ahorros, inversiones financieras), inversiones (dentro de Rusia) y el patrimonio (inmobiliario) de la sociedad (tasado su valor en rublos). El rublo aparecerá como una moneda con importante demanda en los mercados de divisas. Aunque Italia ha respondido que los contratos están en euros. Además nada impedirá a especuladores rusos y en otros mercados, voltear a las criptomonedas como opción de inversión y riqueza ante el desorden monetario global. Podemos llegar a ver verdaderos gap de algunas principales criptomonedas.
Putin ha amenazado con confiscar los activos de las empresas de la zona atlántica si deciden retirarse de Rusia y afectar el suministro de bienes y servicios en el país. Hay 16,000 combatientes de Oriente Medio dispuestos a unirse a Rusia, expertos en guerra urbana contra las tropas de EU y Gran Bretaña, principalmente. Putin ha respondido que en su caso, sería sin recibir pago alguno. La guerra se está internacionalizando. El presidente de Ucrania debe verse en el espejo de Siria: una guerra regionalizada o internacionalizada larga le va a destruir el país en pocos meses o años, lo que costó decenas edificar. Tiene que reaccionar en forma contundente contra la estrategia atlántica de prolongar el conflicto para desgastar al ejército ruso y la economía rusa, e incluso, como indicó el subconsciente del presidente Biden, provocar el derrocamiento de Putin. Una estrategia demencial.
Y por supuesto que la economía rusa empezó a crujir en poco tiempo por todos los ataques económicos de los que está siendo objeto desde las economías de la alianza atlántica, pero no crujirá sola, Europa y EU lo harán con ella, luego Asia y América Latina, luego África, porque la torpeza y soberbia occidental-japonesa está detonando una crisis monetaria internacional (no es lo mismo que crisis financiera, aunque la una pude derivar en la otra), que tiene los ingredientes necesarios para llevar al mundo a una nueva gran recesión como la vivida a raíz de la quiebra bancaria hipotecaria de 2008-2009, con una agravante adicional: ésta nueva gran recesión estaría acompañada de una severa crisis del Orden Político-Institucional internacional, es decir, del Orden Global, de las relaciones geopolíticas, geoeconómicas, de las relaciones de poder y de fuerza.
Uno de los graves problemas en Occidente hoy es que no emergen los grandes líderes que vean el mundo más allá de la experiencia dejada por la guerra fría (“la amenaza rusa”), por el Orden Bipolar y el Unipolar. Los actuales, empezando por el presidente de EU no trascienden en su concepción política y filosófica el Orden precedente, no comprenden que la unipolaridad y la hegemonía atlántica indiscutida están siendo cuestionadas con mucha fuerza por los nuevos actores internacionales que son potencias en expansión: China, Rusia, India y otras potencias regionales, como Irán, Brasil, Israel, Turquía e Indonesia que buscan nuevos acomodos en el concierto global de las fuerzas estatales. Es fundamental reconocer este cambio.
Un boomerang es un objeto que tras ser lanzado regresa a su punto de origen debido a su perfil y forma de lanzamiento especiales. Cualquier material es válido para construir un boomerang: madera, plástico, cartón, fibra de carbono, aluminio, etc. El boomerang de las “sanciones económicas y de la expulsión de Rusia del sistema económico internacional” es la más grande ofensiva política-económica contra una República independiente lanzada por la alianza atlántica, y cuya respuesta de la Federación de Rusia para des-dolarizar todas sus transacciones económicas, comerciales y financieras y exigir pagos en rublos o en oro, está abriendo la puerta de una crisis monetaria internacional de consecuencias incalculables, y abre también la perspectiva de una gran recesión económica internacional porque produce impactos importantes en el comercio internacional y en el mercado de divisas, y por tanto, en los mercados bursátiles. Todo ello está en proceso de desarrollo.
En el caso que nos ocupa hoy, la crisis monetaria internacional no estará determinada por cambios en los flujos de la inversión extranjera, o de la pérdida de competitividad de unas economías frente a otras expresada en altos déficits comerciales que provocan devaluaciones y revaluaciones monetarias en áreas geográficas más o menos amplias de la economía mundial, sino por la modificación abrupta (no planificada) de los medios de pago o monedas en el comercio internacional de una parte importante del volumen de las transacciones comerciales en un sector de actividad industrial (petróleo y gas) o en varios, entre dos (Rusia-EU) o más países (Rusia con sus clientes de Europa Occidental), como es el caso actualmente con lo que sucede por las “sanciones económicas” de la alianza atlántica a Rusia y la respuesta de des-dolarizar sus transacciones por parte del Estado “sancionado”. Son los términos de la crisis monetaria internacional actual. Puede agudizarse, contenerse o retroceder.
Angela Merker declaró que si Rusia suspende el suministro de gas a Europa provocaría una recesión económica; no lo va a hacer, pero en pago Rusia exige rublos, no quiere ni dólares ni euros, está rompiendo con las monedas de las potencias atlánticas sus transacciones comerciales en monedas convencionales y esto va a repercutir en cierto desorden en los mercados monetarios, deslizando hacia abajo o devaluando unas monedas, y ascendiendo o apreciando otras (según su régimen cambiario), y fortaleciendo al rublo en forma muy importante porque será demandado en grandes cantidades para liquidar deudas comerciales. Habrá entonces un realineamiento monetario general que dependerá como vaya reaccionando China si se hará muy grande o se mantendrá más o menos limitado. El canciller de Alemania ya declaró también que su país no participará en ninguna forma en la guerra de Rusia-Ucrania. En la OTAN no hay unanimidad con Biden.
La pasada crisis monetaria internacional por el quebranto de los Acuerdos de Bretton Woods (1944) por parte del Presidente Richard Nixon en agosto de 1973, que lanzó al dólar a devaluaciones progresivas pasando de $36 USD la onza troy de oro, hasta $1,000 USD la onza troy, además, se adoptaron tipos de cambio flotantes. Este desastre monetario (“el caos monetario internacional”) de lo que había sido la moneda nacional eje del sistema monetario internacional, basada en un valor de cambio USD/oro, fue reemplazado por el acuerdo del Hotel Plaza en Nueva York en septiembre de 1985, en donde se planificó un realineamiento en el valor de las principales monedas (marco alemán, franco francés, lira italiana, libra esterlina inglesa y el propio USD) con lo cual el USD se mantuvo como moneda de cambio y de reserva de valor internacional al ser aquella en la cual se cotizara el precio internacional del petróleo y el gas, que por aquellos meses iniciaba un nuevo ciclo al alza de su precio que concluiría en agosto de 198I, pero la inflación provocada por el alza de los precios de la energía estaba presente en todo el mundo. El déficit comercial de EU crecía y generaba muchos problemas
La enorme demanda de USD en los mercados monetarios internacionales, cambió la tendencia monetaria y el USD se apreció hasta en 50%. Este acuerdo del naciente G-7, entonces G-5, reposicionó al USD y lo ha mantenido como la moneda de mayor aceptación internacional en el comercio y las finanzas mundiales, a pesar del surgimiento del euro y luego el yuan. Pero le sigue otorgando un gran privilegio a la economía de EUA sin que ésta sea más que la mitad de lo que fue en agosto de 1944 al término de la 2ª G.M.
Este gran desfase de la economía estadounidense respecto de la fortaleza del USD es una grave anomalía mundial, acompañada en nuestros días de un fuerte shock de los precios internacionales de la energía y de una fuerte conmoción en el sistema monetario internacional (el yen se ha desplomado frente al USD, por ejemplo, y es la tercera moneda más importante, lo que afecta severamente a la economía japonesa, hay desequilibrios severos), y de una guerra económica que se intensifica. China verá afectada su moneda el yuan y tomará medidas. Y hay una guerra militar en una parte de Europa. El cóctel es brutal.
Los riesgos son muy grandes. Si Europa bajo la égida de la OTAN se niega a pagar en rublos y Putin suspende el suministro de gas, el conflicto puede llegar a su máxima expresión y después de ello, cualquier cosa puede pasar.
Sensatez por favor.