Donald Trump, el señor de los aranceles, no quita el dedo del renglón. Con poca idea de economía, pero con mucho olfato político para la manipulación de las masas, antes de iniciar el Super Tazón, el presidente estadounidense soltó la bomba y el mundo financiero comenzó a opinar y maquinar respecto a sus declaraciones. Ahora los ojos de la opinión pública están puestos en el 12 de marzo, cuando comenzarían a cobrarse aranceles del 25 % al acero y al aluminio que entren a Estados Unidos.

Los economistas dicen y repiten que Trump se equivoca con el tema de los aranceles. Tienen razón. El secretario de Economía de México, Marcelo Ebrard, ha dicho en varias ocasiones que los aranceles son un balazo en el pie.

En lo referente al acero y al aluminio, México es el principal destino de las exportaciones de productos siderúrgicos totales de EU, representando el 52 % de sus exportaciones globales al cierre de 2024.

El superávit de EU es de 1.2 millones de toneladas anuales en promedio desde 2015 y, en 2024, alcanzó 2.3 millones de toneladas. En cambio, las exportaciones de México a EU han regresado a niveles de 2015-2017.

Los datos que presentó Ebrard son contundentes en este sentido, pero eso no importa, porque en Estados Unidos nadie lo escucha. Será hasta la siguiente semana, una vez ratificada su contraparte estadounidense, cuando los planteamientos de Ebrard se pongan sobre la mesa.

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El señor de los aranceles no actúa por impulso, sino con una estrategia y un plan que lo regresaron al poder. Sus decisiones y acciones tienen lógica política, no económica. Cumplirle a su voto duro es su prioridad; no cometerá el error de alejarse de su base.

Sin embargo, más allá de las acciones y decisiones de Trump, destinadas a cumplir con sus promesas de campaña, resulta pertinente colocar sobre la mesa la pregunta: ¿la etapa capitalista del libre comercio llegó a su fin? Al final de la Guerra Fría, cuando el capitalismo se erigió triunfante sobre el comunismo, el libre comercio avanzó rápidamente, primero en Europa, después en Asia y luego en América.

El libre comercio no fue miel sobre hojuelas. La ONU estableció los Objetivos del Milenio, los famosos Objetivos 2030. A cinco años del cumplimiento de la fecha fijada, puede afirmarse que la humanidad, al menos en el mundo occidental, fracasó en lo referente al combate a la pobreza y al cuidado del medio ambiente.

Todavía no cumple un mes en el poder y Trump ya retiró a EU del Acuerdo de París y de la OMS, además de poner fin a los apoyos al desarrollo social. En materia económica, el Brexit de hace unos años marcó un quiebre en la integración de Europa.

La verdad es que el libre comercio nunca fue tal. Siempre las naciones más poderosas establecieron mecanismos de protección a ciertos productos. Tal vez los desplantes de Trump no sean simples declaraciones, sino un llamado de atención para un nuevo orden económico internacional, ante el agotamiento de la era del libre comercio.

Eso pienso yo. ¿Usted qué opina? La política es de bronce.