Por ahí, hace unos días, un actor argentino de quinta categoría salió a balbucear en un programa de YouTube su amor por personajes de ínfima categoría cómo el autoritario Bukele y el ladronzuelo cripto “coimero”, Javier Milei, que no gobierna, más bien recibe órdenes de su hermana, por quién nadie votó, por cierto.

Otro “analista” mexicano que odia a México decía hace aproximadamente un año que “ahora venía lo bueno” para Argentina, con el desquiciado corrupto que actualmente hace cómo que despacha en la Casa Rosada.

No menciono nombres porque en su falta de humildad les cuesta mucho, muchísimo, reconocer el que siempre terminan por equivocarse, pero eso sí, les encanta hacerse las “vístimas” (sic), cuando les recordamos de sus patéticos gazapos lanzados al éter digital.

De quién si podemos hablar es de una servidora pública (es un decir ) que llegó al hueso gracias a Morena y a quién, si el pueblo no le pone un alto, tendremos que mantener por largos, larguísimos, 12 años en el Senado vomitando insultos e incoherencias.

La señora Lilly Téllez quería traer al ladronzuelo argentino Milei a darle clases a nuestra presidenta y presidente sobre cómo gobernar y ahora el liberfacho tiene a su país hundido en la ruina, con precios a más del doble en productos básicos en comparación con México, como puede atestiguarse en una reciente investigación de la cadena argentina c5n en la ciudad fronteriza de Tijuana, Baja California.

En fin. Esos y otros paleros ahora tienen que guardar un humillante silencio. Porque Milei no solo es tonto, sino también es un ladrón y podría enfrentar cargos dentro y fuera de Argentina por facilitar el robo de cientos de millones de dólares con la “criptomoneda” basura $Libra. Una vez más, quedan humillados.