En los últimos días, hemos sido testigos de un nuevo intento legislativo que, si bien podría tener una intención noble, amenaza con desencadenar consecuencias desastrosas: la prohibición de calibres de uso exclusivo deportivo en la reforma a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos. Es una de esas propuestas que, al estar plagada de ambigüedades y falta de conocimiento, pone en riesgo no solo los derechos de los cazadores, sino también la economía rural y el medio ambiente de México.
Lo que este proyecto parece olvidar es que la caza deportiva, lejos de ser una amenaza, es una herramienta clave para la conservación de la biodiversidad en nuestro país. Para entender esto, basta con echar un vistazo al modelo norteamericano de conservación, un enfoque que ha demostrado ser exitoso durante décadas. En Estados Unidos, el modelo Pittman-Robertson destina un porcentaje de los ingresos generados por la venta de armas de fuego y municiones al financiamiento de programas de conservación. Es decir, los mismos cazadores que utilizan esas armas están contribuyendo directamente a la protección de los hábitats naturales y las especies vulnerables.
Este modelo, junto con la North American Model of Wildlife Conservation (NAM), refuerza la idea de que la caza, cuando se practica de manera ética y regulada, no solo es compatible con la conservación, sino que la impulsa. En México, ya tenemos estructuras como las Unidades de Manejo Ambiental (UMAs), que funcionan con principios similares. A través de las UMAs, los cazadores invierten millones de pesos cada año en la preservación de ecosistemas y fauna silvestre. La caza deportiva, por tanto, se ha convertido en un pilar de la conservación en nuestro país, además de generar importantes ingresos para comunidades rurales que viven de la derrama económica del turismo cinegético.
Ahora, el proyecto de reforma a la Ley de Armas de Fuego pretende prohibir calibres como el .7 MM Remington Magnum, el .30-06 Springfield o el .300 Winchester Magnum, utilizados casi exclusivamente para la caza mayor. Calibres que, además, nunca han estado asociados a crímenes violentos. ¿Qué sentido tiene prohibirlos, cuando representan una actividad legítima, responsable y regulada?
La falta de conocimiento sobre la materia cinegética y la ambigüedad en la redacción de esta reforma ponen en riesgo a los cazadores y, por ende, a la conservación de los ecosistemas que dependen de ellos. No solo eso: esta prohibición afectaría directamente a los ejidatarios y comuneros, personas de bajos recursos que viven en comunidades rurales y que dependen de los ingresos generados por el turismo de caza. Son miles de familias que podrían quedar desprotegidas ante una medida mal planteada.
Pero esto va más allá de los derechos de los cazadores. Si se implementa la prohibición, estaríamos condenando a muchas áreas rurales a una crisis económica, y al mismo tiempo, estaríamos poniendo en peligro la biodiversidad de nuestro país. Y todo esto por una idea mal entendida de lo que significa la caza deportiva.
La propuesta debería ser otra: en lugar de prohibir estos calibres, debemos adoptar modelos como el de Pittman-Robertson y el NAM, que permiten que los cazadores contribuyan de manera directa y significativa a la conservación de la vida silvestre. En lugar de cerrar puertas, abramos un diálogo informado y responsable con los legisladores, para que comprendan que la caza deportiva es parte de la solución, no del problema. No podemos permitir que una mala interpretación condene a nuestras comunidades y nuestro medio ambiente.
Es tiempo de que el Congreso demuestre flexibilidad y apertura al diálogo. Estamos dispuestos a participar en un debate constructivo, a proponer soluciones y a mejorar la propuesta legislativa, para que esta reforma, en lugar de ser un paso atrás, sea un avance en la protección de nuestros ecosistemas y en la defensa de los derechos de los cazadores.
No podemos permitir que la ignorancia en torno a la caza deportiva defina nuestras leyes. La caza regulada, ética y responsable es la clave para un futuro sostenible. Es hora de que lo entiendan.
X: @HECavazosA