Las prioridades están claras: el dinero. Por esta razón, los ojos de las naciones están puestos en los aranceles que Donald Trump ha impuesto al mundo en una nueva versión del colonialismo estadounidense. Si las prioridades fueran otras, sabríamos que la noticia del mes —quizá del año— es la resurrección del Lobo Terrible, una especie que se extinguió hace 10 mil años.

El lobo es una especie que existió y existe en casi los mismos lugares en los cuales se extendió el hombre primitivo. Algunos de ellos fueron domesticados y evolucionaron en perros y, por medio de cruzas y selección genética, llegaron a las razas que ahora son paseadas en carreolas en centros comerciales y parques.

El lunes 7 de abril, la empresa Colossal Biosciences anunció el nacimiento de tres cachorros de este lobo, una especie que vivió en América y que se extinguió en los albores de la humanidad. Estos tres cachorros son, oficialmente, la primera especie desextinta del planeta.

La desextinción (también conocida como de-extinción) es el proceso científico que busca revivir especies desaparecidas mediante técnicas de biotecnología, genética y reproducción asistida. Se trata de un milagro de la ciencia, que pone sobre la mesa un debate fundamental: las consecuencias éticas y ambientales de regresar, por medio del dinero y la ciencia, a especies ya desaparecidas.

La creación y manipulación de la vida no es un juego. En la historia de la Tierra, la existencia del hombre apenas representa unos minutos. La inmensa mayoría de los grandes dinosaurios se extinguieron; algunos llegaron a nuestros días como aves. Los campeones de la supervivencia —lagartos, tortugas, reptiles y pequeños mamíferos— sobrevivieron a las siguientes glaciaciones y cambios climáticos a través de la evolución y selección de las especies.

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El hombre es el único animal que, de manera deliberada, ha propiciado la extinción de otras especies. Se estima que alrededor de 15 mil especies animales se extinguen cada año a causa de la acción humana. Sin embargo, es difícil saber con exactitud cuántas especies se pierden. Causas de la extinción: la destrucción de hábitats, la sobreexplotación de recursos terrestres y marinos, y la caza ilegal. La esencia misma del capitalismo es la devastación de la naturaleza.

El logro de traer de regreso a una especie extinta representa un paso significativo para la ciencia. Los avances que pueden lograrse en diversos campos del saber humano son notables, pero también representan una ilusión. La existencia de tres ejemplares de una especie no es una resurrección, porque para que esto tuviera un impacto real hablaríamos, no de tres ejemplares, sino de una población viable y de su hábitat. El hábitat del Lobo Terrible ya no existe. Estos cachorros serán curiosidades de laboratorio.

Hablamos de animales de diseño, para satisfacer egos como el de Elon Musk, que desea que le creen un mamut enano, y de caprichos por el estilo. Lo que necesitamos es una nueva cultura ecológica y una nueva relación con la naturaleza, pero eso choca con la esencia misma del sistema económico. El dilema está a la vista. Eso pienso yo. ¿Usted qué opina? La política es de Bronce.

Lobo Terrible. X/@_LosTitulares