No voy a enumerar aquí todos los malos augurios de los malquerientes del presidente (hoy ya ex) Andrés Manuel López Obrador, que venían de lejos en el tiempo, principios de la década de los dos miles, cuando no pocos viles y otros tantos atarantados veían en él una amenaza: que si devaluación traumática, inflación galopante, eliminación de la autonomía del Banco Central y hasta su reelección indefinida. Huelga ahora ya afirmar con hechos que todo les resultó falso y en todas esas maldicientes la oposición hoy carga su castigo y es que a nadie le gusta haber sido engañado.
La presidente AMLO se va con un gobierno cuya balanza se inclina en positivo y con una popularidad y aceptación sin parangón de parte del electorado. Pero veamos que hay un punto en el que las aves de mal agüero, hoy sumidas en un estado de profunda y preocupante depresión atinaron el que “López Obrador no acompletará el sexenio”... Y es que así sucedió, pero no por alguna razón de perjuicio para el país, sino porque desde el año 2014 así se aprobó en el Congreso, la razón principal, que el nuevo ejecutivo no entrará en funciones el día 1 de diciembre de cada seis años, sino el 1 de octubre, con la finalidad de que el nuevo gobierno pueda convivir un par de meses más con la también nueva legislatura federal, sobre todo para planificar mejor el tema presupuestal para su primer ejercicio, haciendo pues que el gobierno de López Obrador dure cinco años con diez meses, no acompletando así entonces el sexenio.
¡Felicidades a la oposición, por ese augurio atinado!