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La organización Oxfam publicó hace unos días un estudio llamado “La ley del más rico” donde este movimiento alerta sobre los niveles extremos de desigualdad en el mundo que se han acentuado en los últimos años y como las personas más acaudaladas del orbe casi han duplicado su fortuna desde el 2020 acaparando casi el doble de riqueza que el resto del mundo y como los beneficios empresariales a los grandes corporativos de energía y de los alimentos son los principales precursores de la inflación.

La investigación señala que las poderosas empresas productoras de alimentos no solo están provocando que los consumidores tengan que asumir los incrementos de los gastos de producción, sino que también estén sacando provecho de la crisis sanitaria del Covid-19 y la guerra en Ucrania utilizándola como “cortina de humo” para aumentar todavía más sus precios.

El aumento generalizado de los últimos meses de los precios de los productos y servicios, no es un fenómeno exclusivo de México, ya que muchas regiones del mundo están sufriendo lo mismo. Una de las explicaciones por lo que se está dando este suceso es por la inyección de recursos a la población que han dado los gobiernos debido a la pandemia de Covid-19 lo que ha estimulado la demanda, pero la oferta se ha restringido por los meses de cierre de muchas industrias que se dio en casi todo el orbe con el fin de frenar la propagación del virus del SARS-CoV2.

Según datos de la organización que lucha por combatir la desigualdad “95 empresas energéticas y de alimentación ha revelado que obtuvieron 306 mil millones de dólares en beneficios extraordinarios en 2022, de los cuales el 84% se pagó a su accionariado, haciendo aún más ricos a quienes ya lo eran”.

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Para Oxfam la invasión de Rusia ha provocado un aumento del precio de la energía en todo el mundo, pero en el caso de los incrementos en los precios de los alimentos estos ya habían comenzado a subir de una forma por demás impetuosa desde antes de la conflagración bélica y la cancelación del abasto de granos de esa parte del planeta lo cual agravo el problema.

La alta inflación ha hecho que los grandes corporativos de energía y de los alimentos “hayan más que duplicado sus beneficios en 2022, distribuyendo 257 mil millones de dólares en dividendos a sus ricos accionistas, mientras más de 800 millones de personas se acuestan con hambre todas las noches”.

El gobierno de la Cuarta Transformación ha subsidiado los precios de las gasolinas y diésel para los consumidores como una medida para detener la inflación lo que ha tenido efectos favorables en lo que se refiere a frenar el alza de los precios de muchos productos y servicios, pero en donde no han tenido buenos resultados es en detener la carestía de los alimentos.

El mercado de los alimentos en el país azteca cada vez está controlado en menos manos de corporativos privados. De hecho, el sector agroalimentario va en camino de convertirse en un oligopolio dominado por apenas una docena de grandes corporativos.

En 2021, el producto interno bruto (PIB) de la industria de los alimentos y bebidas en México rondó los 703,608 millones de pesos mexicanos. Durante el mismo año, la industria de la elaboración de productos de panadería y tortillas fue el sector que más aportó al PIB de la industria alimentaria, con una aportación de más de 210,000 millones de pesos.

La producción de la harina de maíz, que es uno de los principales insumos para la elaboración de tortillas está altamente concentrada y dominada por un duopolio formado por: GRUMA la empresa líder la cual fue fundada por Roberto González Barrera y Minsa (Bunge) de Luis García Cerrato, entre ambas producen más del 90% de la harina a nivel nacional, el resto se encuentra en manos de otras pequeñas empresas.

Grupo Bimbo de la familia Servitje es una de las empresas panificadoras más grandes del mundo. En México controla el mercado del pan empaquetado en todos los rubros: pan de caja, en más de 95%; de dulce, 98%, y pastelitos, 99%.

Otras de las empresas que controlan el mercado de los alimentos en México son: Nestlé que tiene el monopolio de la leche en polvo, leche evaporada y del café soluble. Leche Lala que controla gran parte de la comercialización de leche fresca, Huevos San Juan y Sigma alimentos es la empresa dominante en embutidos y quesos.

Oxfam propone que para luchar contra la desigualdad y las ganancias abusivas de las empresas energéticas y de alimentos los gobiernos apliquen impuestos temporales a estos corporativos sobre sus beneficios extraordinarios.

El gobierno que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador ha podido detener el alza de precios de los energéticos por contar con una empresa estatal como es Petróleos Mexicanos (Pemex), pero ha sido incapaz de detener la carestía de los alimentos porque este mercado está controlado por grandes empresas privadas.