Inicio el presente ensayo haciendo una analogía de los hijos de los políticos con los hijos de los médicos.
Por más de 20 años fui profesor de la carrera de Medicina de varias universidades nacionales, y noté, muy reiteradamente, que en general los alumnos que eran hijos de médicos, sobre todo de padre médico, tenían como común denominador la falta de amor paterno total, y entre más famoso y/o más ocupado era el padre médico, más profunda era ésta falta, misma que se reflejaba con una notoria diferencia en cuanto a rendimiento escolar en comparación con los alumnos que sus padres no eran médicos.
Igual sucede con los hijos de los políticos, sobre todo cuando el padre es político, y entre más importante y/u ocupado esté, más falta de amor paternal van a sentir dichos hijos.
Es exactamente lo que ocurrió históricamente con el Rey Salomón, por la falta de amor paterno que no recibió del Rey David, decidió ser el hombre más millonario de la Historia y el más polígamo, tuvo 1000 esposas, aunque habría que reconocer que su reinado de 40 años ha sido el más prolongado de paz mundial.
Es por eso que vemos a hijos de políticos de todo el Mundo, y de todas las épocas, que buscan relaciones humanas superfluas, distractores psicológicos, maneras sociales de sobresalir, y hasta acumulación de bienes materiales para compensar dicha falta de amor paterno; el mejor ejemplo es Randolph, el hijo de Winston Churchill, quien decidió casarse con una mujer extremadamente guapa: Pamela Harriman, para compensar ese amor que su padre no le pudo dar, lo mismo ocurrió con el hijo de un Presidente de México que se casó con una actriz francesa igualmente muy guapa, también sucedió con el hijo de la Reyna Isabel, Carlos, al casarse con Lady Di, y con el hijo de Benjamín Netanyahu cuando portaba el estandarte de Primer Ministro de Israel.
También un ejemplo muy claro de esta falta de amor paterno es el caso de Ivanka Trump, una mujer que podría cambiar la Historia por su capacidad humanitaria, pero a quien también se le nota esa falta de apoyo, amor, tiempo y dedicación por partes de su padre Donald.
Otros ejemplos son los hijos de los políticos de todo el Mundo que buscan lujos, incluyendo a los hijos de los príncipes árabes, tanto de casas como de automóviles y pertenencias, no porque los necesiten para subsistir, sino más bien para suplir así el amor que no pudieron recibir de su padre, por haber estado demasiado ocupado resolviendo los problemas de su país.
Alberto Halabe en Twitter: @cancercuretop2