Hace un par de días el columnista de El Universal Salvador García Soto dio a conocer una “nota médica sobre el internamiento, diagnóstico y el cateterismo que le practicaron al fiscal Gertz Manero en el hospital ABC de Santa Fe”.
Es un delito grave —si no legal, sí éticamente muy grave— filtrar información médica de cualquier persona.
Si fue un profesional de la medicina quien entregó al columnista el diagnóstico del titular de la Fiscalía General de la República se le deberá quitar su licencia e inclusive encarcelarlo.
El periodista no tiene ninguna responsabilidad ni puede ser señalado por dar a conocer información que él considera es de interés público. Probablemente yo en lo personal no lo habría hecho por respeto a Alejandro Gertz Manero y a su familia. Pero no cuestiono a García Soto por su actuación.
Lo que sí creo es que la Fiscalía de la Ciudad de México, encabezada por la abogada Bertha Alcalde, tendrá que coordinarse para encontrar al culpable y sancionarlo severamente.
Además de lo anterior, las autoridades del sector salud, que dirige el doctor David Kershenobich —un médico de primer orden que ha entregado toda su vida al tratamiento de enfermedades— tendrá que sancionar muy fuertemente al Centro Médico ABC por la criminal irresponsabilidad de permitir que circule la ficha médica de una persona.
La dignidad del fiscal Gertz Manero, como la de cualquier persona, debe ser respetada por las instituciones de salud, especialmente si hacen un negocio lucrativo como el hospital ABC de Santa Fe. Porque, con lo que cobran, de que ganan dinero, ganan muchísimo dinero.