En momentos de tan grave crisis como la que hoy atraviesa el mundo como consecuencia de los daños, económicos, ambientales, de empleo, educativos y de salud pública, los gobernantes requieren de sus colaboradores no solo eficiencia en el desempeño de sus colaboradores más importantes, sino que demanda consejos de amigos para poder estructurar una estrategia de respuesta a la emergencia.

Sin duda que el nuevo titula de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, es uno de los personajes cercanos a López Obrador que puede cumplir, con mucha pertinencia y, sobre todo, con indiscutible compromiso de amigo.

Hablemos un poco del perfil del nuevo Secretario de Hacienda.

Rogelio Ramírez de la O es ampliamente reconocido por ser un estudioso apasionado de la economía de México y sus relaciones con la economía global.  El licenciado en economía por la UNAM y doctor por la Universidad de Cambridge en el mismo ramo, se ha desempeñado exitosamente como consultor y asesor de empresas mexicanas y extranjeras con inversiones directas en nuestro país. Tiene publicados cerca de 40 trabajos de investigación sobre política económica, deuda externa, política monetaria e integración económica según datos del portal de la misma SHCP.

Pero su encomienda no se suscribe exclusivamente a los temas económicos y fiscales. Fuentes muy cercanas a la burbuja presidencial aseguran que se han hecho cada vez más recurrentes y extensas las charlas personales entre el presidente y el secretario de Hacienda. Y sorprendentemente, nos confía la misma fuente, al mandatario le interesa específicamente el punto de vista político que Ramírez de la O expresa sobre los temas coyunturales de la agenda nacional.

Uno supondría que serían temas reservados para la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, o para el experimentado Canciller Ebrard, incluso que analiza posturas con la jefa de Gobierno Sheinbaum. Seguramente el presidente intercambia reflexiones con estos personajes pero el secretario de Hacienda, por su preparación, claridad de conceptos y profundidad de análisis, se ha convertido ya en su consigliere favorito para temas políticos.

Y recientes decisiones económicas evidencian ese tacto político implementado.

Trascendió por ejemplo que una solicitud para aceptar el cargo de secretario de Hacienda fue la necesidad de apuntalar las relaciones con los países de América del norte cuyo trato está bastante desgastado por temas del tratado de libre comercio. Hay preocupación por la certeza jurídica y la confianza en las instituciones para las inversiones norteamericanas en México.

Buena señal en materia de generación de energía fue el cambio en días recientes del director de CENACE cuya institución se había convertido en un embudo para inversiones y la realización de proyectos de energías limpias, un tema del mayor interés para los países norteamericanos por las repercusiones en inversiones y cambio climático.

Al presidente se le apoya, primero cumpliendo el encargo que le dieron a cualquier personaje, de una manera profesional, sensata y llena de competencia.

Y algo muy parecido a lo anterior es lo que está haciendo Ramírez de la O con su amigo de siempre Andrés Manuel López Obrador.