El SNTE y su grupo disidente, la CNTE, han causado daños inconmensurables al país. No solo han sido directamente responsables –al lado de los gobiernos– del fracaso del modelo educativo en México y del paupérrimo estado de la educación pública, sino que han causado serias complicaciones a los ciudadanos y al Estado mexicano en términos de gobernabilidad.

La CNTE lo ha hecho de nuevo. A pesar del reciente incremento salarial anunciado por la presidente Sheinbaum y del desmantelamiento de la reforma educativa de Peña Nieto en 2019, este grupo disidente continúa provocando disturbios, a la vez que siembra el caos en la Ciudad de México.

Lo hace ahora, a unos días del 1 de junio. ¿Cómo se explica? Sin el ánimo de entrar de lleno en los ejercicios especulativos, se antoja atípico que la CNTE, siempre aliada incómoda del gobierno en turno (con excepción de Peña Nieto) se haya lanzado de nuevo a destruir el orden y a perturbar la vida de millones de mexicanos.

Según se vaticina, la participación en las próximas elecciones judiciales será históricamente baja, alrededor del 15 por ciento. No es sorprendente, si se consideran la ridiculez y las complejidades de la elección. Si se verifican estos números, la reforma judicial será, incluso desde la óptica del régimen, un auténtico fracaso, pues Sheinbaum no podría salir ufana a cantar la “victoria del pueblo”. No puede permitírselo la jefa del Estado mexicano.

Por lo anterior, y con la idea de poder justificar el desinterés del “pueblo” demostrado la jornada del 1 de junio, planearían responsabilizar a la CNTE de boicotear los comicios.

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La CNTE, por su parte, estaría bien dispuesta a asumir el golpe mediático. ¿Qué organización sufre de un más lastimado prestigio que la nefasta coordinadora? ¿No estaría feliz de servir como chivo expiatorio a cambio de unas concesiones adicionales por parte de este gobierno, mismo que no está ni mínimamente interesado en la educación de los niños y jóvenes mexicanos? ¿Quién mejor que la CNTE para ser responsabilizada del fracaso de la elección judicial?

En resumen, la presidenta Sheinbaum y sus voceros tendrían todo planeado. Ante la bajísima tasa de participación el 1 de junio, culparán a la CNTE. Lo que no dejarán de hacer –queda bien claro– es cantar, el lunes que viene, sus eslóganes demagógicos que serán el epitafio de la democracia mexicana.