Después de 6 años de 4T, AMLO y los suyos no solo destruyeron y mandaron al diablo las instituciones, la democracia y el estado de derecho; también desmantelaron a la oposición, lo hicieron porque era necesario para cumplir su objetivo primario, pero también por la debilidad de los actores políticos que encabezan los partidos contrarios al regimen.

El PRI con Alito y su banda a la que pertenece, con Beltrones el “hermano” y cómplice de Monreal, con el talibán de José Murat y su vástago que hoy ya milita en Morena, con los exgobernadores que hoy son activos del partido guinda y cómplices de AMLO, con los miles de militantes “destacados” o mejor llamados caciques que fundaron el partido del tabasqueño y que en cada entidad federativa se pusieron de tapetes con el poder político, porque comparten origen y corruptelas.

Por su parte el PAN, que parecía el último reducto de la oposición, hizo lo mismo con su recién relevado dirigente, Marko Cortés quién además de traicionar a su candidata presidencial Xóchitl Gálvez, se convirtió en socio de las corruptelas de los morenistas, con lo que le dio la espalda a su militantes mientras confesaba públicamente sus negocios de las notarías, puestos y presupuestos. “Lord aguacates” no tuvo empacho en mostrar cinismo y desfachatez.

Ambos dirigentes nunca se les vio en defensa de sus principios de las instituciones o del estado de Derecho que quebrantó la 4T, al contrario, sirvieron de comparsas para comprar inmunidad y tener manos libres para robar, tranzar y mantenerse en el pandero de la política aunque sea de vasallos de la 4T.

No faltaron los impresentables que cambiaron sus principios -aunque en realidad nunca existieron-, como Javier Corral quien ahora es un férreo defensor de la “transformación”.

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Layda Sansores la hija de uno de los más grandes caciques del PRI, el negro Carlos Sansores, nombró sorpresivamente a Jorge Luis Lavalle, un expanista que fue recluido en un penal por acusaciones delavado de dinero y corrupción por el tema de Odebrecht la empresa brasileña que aportó fuertes recursos a la campaña de AMLO a través de Lavalle, Rocío Nahle la recaudadora.

En ese marco también están los oscuros Yunes, traidores al voto ciudadano que les fue otorgado, hoy se encuentran bajo la protección de Adán Augusto López, gozan de total impunidad y son capaces de lo que sea con tal de mantener el estatus quo morenista.

Con licencia para robar y hacer lo que les venga en gana, los corruptos políticos veracruzanos, serán los sucios operadores de esa clase política corrupta de antaño, que se reunió nuevamente décadas después para destruir todo a su paso. El defensor más férreo ahora de esa familia de impresentables es nada más y nada menos que Gerardo Fernández Noroña.

En el PAN las cosas van de mal en peor, Marko Cortes y Ricardo Anaya dejan al tercer eslabón de la cadena de corrupción y entreguismo con Jorge Romero en la dirigencia nacional del PAN. Un personaje que no se le escucha, que no se le ve, que no fija la posición de su partido y menos coordina la defensa de sus principios y propuestas en el congreso de la unión, baste ver como vota su bancada en los temas trascedentales de México.

Aún el PAN tiene un pequeñísimo resquicio de dignidad, principios y talento, que no se amilanan, no se achican y se mantienen fuertes y dignos ante la avasalladora imposición y autoritarismo de la 4T. Adriana Dávila, ex aspirante a dirigencia del PAN, y los ex Gobernadores panistas Martín Orozco y Alberto Cárdenas, exigieron al líder blanquiazul Jorge Romero apurar la renovación del partido.

Al respecto y ante la próxima Asamblea Nacional del PAN, Adriana Dávila escribió: En la medida en la que se armen las comisiones propuestas, reiteramos nuestra intención de reconstruir y revitalizar al PAN. Como militantes de @AccionNacional es necesario que todos juntos saquemos al partido de la irrelevancia política en la que se encuentra.

Necesario que el PAN escuche la voz de Adriana Dávila y de los dos exgobernadores de Aguascalientes y Jalisco si es que al PAN le queda algo de dignidad y de interés de representar a una muy buena parte de la sociedad que comulga y distingue a ese partido, el tema ahora es ¿estarán a tiempo aun de corregir?, ya veremos.