En los últimos días, principalmente después de la carta de respuesta a las bravatas del presidente electo Donald Trump, amagando a México con imponer aranceles del 25% si no se acceden a sus demandas de cerrar la frontera y detener el tráfico de fentanilo, se puede percibir un cambio interesante en la manera en la que se habla de México y su gobierno en medios internacionales.
Mientras que, por desinterés, racismo o cualquiera que sea la razón, los poco menos de seis años del expresidente Andrés Manuel López Obrador fueron ampliamente ignorados en medios internacionales, incluyendo las visitas oficiales que hizo a los Estados Unidos, tanto con el presidente Biden, como con el presidente Trump a cargo.
El realce de la presidenta en medios del extranjero tiene un origen multifactorial: tanto el hecho histórico de que en nuestro país se haya electo a la primera presidenta de norteamérica, cómo a la renovada importancia de México a nivel mundial gracias al gran trabajo del predecesor de Sheinbaum y la nueva realidad de la multipolaridad y la relocalización.
También, hay que ser sinceros, existe un grupo de medios estadounidenses que resaltan la figura de la presidenta como un contrapeso contra Trump, no necesariamente por sus buenas intenciones, sino para buscar una confrontación entre ambos países que les reditúe algún triunfo, el que sea, después de la vergonzosa derrota de su candidata preferida en las urnas.
Sin duda, se avecina un sexenio (y un cuatrienio) interesante en el frente mediático.