Acabo de ver una encuesta publicada en un medio conservador de México, en donde la presidenta Claudia Sheinbaum aparece con un 81% de aprobación. Dirán los malquerientes que esta aprobación se debe “gracias” al efecto Trump.

Pero la realidad es que en manos de un gobierno más inepto, dígamos uno de Fox o Peña Nieto, la aprobación de un presidente tembeleque andaría por los suelos.

¿Quieren ver un ejemplo? Ahí están los patéticos y olvidados líderes de Europa, hechos completamente a un lado por Donald Trump en sus negociaciones con Putin y con serios problemas de gobernabilidad, estabilidad y crecimiento económico.

En el sótano, según el compilado de Voronoi, anda el banquerito Emmanuel Macron, con un patético 18% de aprobación. Le sigue el gris y débil Olaf Scholz, quién acaba de entregar a su país a la extrema derecha en las elecciones de este pasado fin de semana.

Por ahí, en los infiernos del repudio popular, le sigue el entreguista vapuleado por Trump, Justin Trudeau, con apenas 22% de aprobación, aunque con el positivo de que su partido ha remontado un poco en las encuestas para elegir al próximo primer ministro.

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Compartiendo este cuadro de “horror”, se encuentran Keir Starmer, del Reino Un(d)ido, con apenas 27% y Pedro Sánchez, en España, con 33%. A ambos no los aprueban más de dos terceras partes de los ciudadanos. Pero eso sí, sueñan con seguir haciéndole la guerra a la Federación Rusa en Ucrania.

Para cerrar, el principal adversario de México, Donald Trump, anda en su habitual 44% de aprobación de acuerdo a encuestas recientes y con una desaprobación creciente en temas económicas. Así que cuidadito con aplicarnos aranceles. El gobierno de Trump y la motosierra de su aliado Musk tienen mucho que perder metiéndose con México.