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Se viven momentos de tensión y nerviosismo y la verdad es que no es para menos, en Morena y sus aliados está en marcha quizá la que será la definición más importante en su breve, pero muy consistente vida partidista, pues de la selección de quien quede al frente de la coordinación de los comités de defensa de la 4T, ergo la candidatura presidencial, depende el presente de ese partido y en buena medida el futuro de los mexicanos.

Queda claro que después de este proceso, sigue una contienda electoral donde al menos el Frente Amplio por México, como ha dado en definirse la alianza del PRI-PAN-PRD, ya definió a Xóchitl Gálvez, en un suceso largamente anticipado por el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador.

Sin embargo, el asunto del que todos estamos pendientes es de cómo sale el proceso interno de Morena, quien resulta al final de cuentas vencedor y como es que se operará la cicatrización de una fase en la que tiene que haber solo un ganador y 5 perdedores, que recibirán sus respectivos premios de consolación.

Cómo se sabe, parte de los compromisos es que el segundo lugar va al Senado y se convierte en presidente de la llamada cámara alta, que el tercero va a la Cámara de Diputados y se convierte en cabeza de esa pieza del poder legislativo federal y los 3 restantes pueden optar (como es el caso de Ricardo Monreal) por competir por una candidatura o bien, por integrarse en el futuro gabinete de gobierno.

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Se puede hablar así en ese tono triunfalista, partiendo de la perspectiva de que todas las encuestas dan a Morena como el potencial ganador de una elección presidencial con ventaja hoy de 32 puntos.

También se puede hablar de un eventual triunfo de Claudia Sheinbaum Pardo, a quien todas las encuestas serias le concedían en la fase final una ventaja de 10 o más puntos, sobre Marcelo Ebrard.

Y claro, al plantear en el proceso interno (que ya cerró ayer, por lo que no estamos induciendo la opinión al escribir sobre el particular en este momento) ese escenario, ya inició el pataleo.

Marcelo Ebrard, otra vez, salió a quejarse y a decirse preocupado, sin definir cuál es la línea de su preocupación, aunque salió a decir esto la tarde y noche del lunes, justo al momento del cierre de la consulta, asumo yo que con la expectativa de ganar en margen de maniobra y presionar a la dirigencia y Consejo Político de Morena.

Sin embargo, el asunto es inexorable, la comisión de procesos internos de Morena, Mario Delgado y Alfonso Durazo, darán un resultado el miércoles, en lugar y horarios todavía por definirse, en un asunto que tiene atento a todo el país y que plantea al menos este escenario que hoy vivimos, que es la tensa calma, que precede a una tormenta.

Sobre lo que pueda pasar a partir del anuncio de quien resulte triunfante, pues ya sabemos, puede haber acuerdos, puede haber pataleo o puede haber ruptura.

De buenas a primeras Marcelo Ebrard puso la nota negativa, y por momentos pareció seguirlo Gerardo Fernández Noroña, quien sin embargo minutos más tarde corrigió y dijo que aceptará el resultado, sea cual sea, aunque anticipó la posibilidad de que haya sorpresas.

Al final del día, el juego de las “corcholatas” está a unas cuantas horas de definirse y tendrá un impacto y repercusiones profundas en este momento que vive nuestro país.

De hecho, no es coincidencia que apenas unos días atrás se haya dado el quinto informe del presidente López Obrador, quien se manifiesta listo para entregar el bastón de mando a quien sea que resulte triunfante del proceso interno, un asunto que marcará justo el principio del fin de su gobierno y de un liderazgo político que ha sabido conducir a México a un momento importante en su historia.

Del anuncio del miércoles dependen muchas cosas y es por eso que el país está en vilo.

Correspondencia a demiandu1@me.com | En Twitter: @Demiandu