En Guerrero, el Congreso de ese estado aprobó por unanimidad la llamada Ley Camila, propuesta por la gobernadora Evelyn Salgado el pasado 8 de marzo y que pretende que quien cometa delitos sexuales y/o prive de la libertad a menores de edad, reciban penas de hasta 40 años de cárcel.
Esta reforma al Código Penal guerrerense ocurre a un año del secuestro y asesinato de Camila, una chiquita de tan solo ocho años que fue vista por última vez en casa de sus vecinos, a donde habría acudido a pasar un rato de esparcimiento.
La madre de la pequeña no volvió a saber de ella e incluso en el domicilio donde se suponía debería estar, negaron haberla visto. Transcurrieron 24 horas para que Camila fuera encontrada sin vida en unas bolsas de plástico en la carretera Taxco-Cuernavaca.
Las cámaras de seguridad de la calle donde ocurrieron los hechos mostraron a un hombre y una mujer salir en un taxi cargando unas bolsas negras de basura, y ante la lentitud de las autoridades, vecinos y familiares de la menor entraron al domicilio de los presuntos responsables y los lincharon, falleciendo una mujer de nombre Ana “N” mientras el acto era grabado y replicado en redes sociales, conmocionando a la sociedad.
Los hijos de Ana, también agredidos, fueron llevados a un hospital en calidad de detenidos.
La pareja sentimental de la mujer, recibió una condena de tan solo cinco años de prisión.
La respuesta de los habitantes de Taxco, aunque reprobable, fue el resultado de su hartazgo ante la lentitud de la justicia, que llega tarde o de plano no llega jamás.
Guerrero es un estado considerado violento, con un alto número de feminicidios y homicidios, tierra de nadie, le llaman algunos.
El linchamiento de los agresores de Camila y su infame asesinato alertó a las autoridades y legisladores de ese estado, que de forma increíblemente rápida aprobaron incrementar las penas a quienes atenten contra la vida e integridad de las infancias.
La Ley Camila debe ser un precedente en todo México en la lucha contra la impunidad de crímenes que dañen a nuestros niños, niñas y adolescentes.
Con esta iniciativa se pretende, además, fortalecer la protección a las niñas y evitar, según dijo la gobernadora, que la violencia machista no quede impune.
No creo que exista dolor más grande que sobrevivir al asesinato de una hija, pero con valor y en un acto de honrar la memoria de Camila, Margarita Ortega, madre de la menor, instó a la sociedad a proteger a nuestras infancias, y sobre todo, a no permanecer indolentes ante la violencia.
Actuar en ese sentido es tarea de todos y todas.