Juan Antonio Vera Carrizal intentó matar a María Elena Ríos en 2019. El ex diputado fue liberado. A pesar de las llamadas de auxilio, de terror que expresó la saxofonista en sus redes sociales: “con una audiencia maquillada y un acuerdo pactado hoy, mi agresor ha quedado libre”.
“Si lo liberan me mata” declaró la joven Ríos. “Su liberación podría significar una nueva agresión que esta vez sí termine con mi vida”.
Después del terror en que ha vivido María Elena, después del dolor por las quemaduras que derritieron parte de su rostro y cuerpo, de nuevo el pánico se apoderó de ella al saber que el juez Teódulo Pacheco Pacheco estaba aprobando todos los medios de prueba falsificados y sin metodología para hacer pasar a Vera Carrizal por enfermo.
El juez Pacheco Pacheco liberó al ex diputado bajo el argumento de tener problemas de salud y le concedió la medida cautelar de prisión domiciliaria.
En México, mueren de manera violenta diez mujeres al día. Diez madres, hermanas, hijas, son asesinadas en este país. ¿Seguiremos siendo indiferentes? ¿Seguirán libres feminicidas, asesinos por las decisiones de jueces corruptos? ¿Cuánto habrá recibido Pacheco Pacheco por dejar en libertad a un criminal?¿La vida de una joven le es indiferente al juez? ¿Es necesario que le quite la vida para que de verdad exista una causa para encerrar de por vida a este criminal?
La vida de María Elena Ríos ha sido un infierno de dolor físico, mental. No ha dejado de lucha para obtener justicia. Ahora, vivirá con el terror de saber que aquel quien quiso asesinarla estará rondándola, amenazándola.
Estas injusticias, abren las puertas para que los “machos”, los misóginos tengan las puertas de la impunidad abiertas para poder seguir asesinando mujeres… ¿Pacheco Pacheco no tuvo madre? ¿No tiene hijas, sobrinas? Lo que sí no tiene, y sin duda, es ni un ápice de empatía. ¿Qué nunca vio el rostro de María Elena? ¿No sabe de todas las cirugías a las que ha sido sometida?
María Elena Ríos una joven de 26 años quien desde los ocho años comenzó a estudiar música soñando con tocar el saxofón fue atacada el 9 de septiembre de 2019 con dos litros de ácido por orden del exdiputado priista Juan Antonio Vera Carrizal su expareja sentimental.
El infierno de María Elena comenzó el día en que comenzó a laborar en la oficina de prensa de Vera Carrizal. Malena tenía necesidad para solventar sus gastos y pagar sus cursos de saxofón. Después de un tiempo, la relación de trabajo se transformó en una relación sentimental que se convirtió en un martirio para María Elena.
La relación se volvió tormentosa y María Elena no le contó a nadie de su familia. Después de un tiempo ella decidió terminar con la relación. Juan Vera le suplicaba que no lo dejara, le llamaba llorando y le imploraba que volvieran, a lo cual ella se negó porque sabía y estaba convencida de que quería dedicarse de lleno a la música.
Después, las lágrimas del arrogante Vera Carrizal se transformaron en amenazas e insultos, sobajando e insultando de manera constante a María Elena llamándola puta, muerta de hambre, fea, diciéndole que sin él ella no era nadie. “Sin mí no vas a hacer nada”. “Me hacía ese tipo de ataques psicológicos, me hablaba de que muchas mujeres lo querían; fue bajando demasiado mi autoestima, y mi miedo fue acrecentándose porque empezó a amenazarme que si yo lo dejaba me iba a pasar algo. Que yo sólo iba a estar segura mientras estuviera con él y que para dejarlo lo pensara dos veces; que yo no sabía qué tipo de persona era, que yo no conocía el gran poder que él tenía: económico y político”, detalló María Elena.
La última llamada fue en julio…
Juan Antonio Carrizal, de 56 años, fue diputado local de Oaxaca en la 63 Legislatura. Fungió como presidente municipal de Silacayoapan y fue presidente de la Unión de Gasolineras del Estado de Oaxaca. Ahora, es empresario gasolinero y posee una radiodifusora. Llama la atención que en este país muchos diputados terminan siendo millonarios; viviendo como reyes, con propiedades y empresas de dudosa procedencia sabiéndose intocables, creyéndose merecedores de todo…
En septiembre mientras Malena laboraba en su oficina un sujeto llegó para decirle que iba para solicitar el pasaporte de su madre. María le preguntó en dónde estaba su mama y él le dijo que llegaría en veinte minutos. Ella notó que el hombre llevaba una cubeta. Supuso, tal vez mil cosas, pero nunca imaginó que esa cubeta contenía dos litros de ácido sulfúrico.
Cuando ella se sentó en su escritorio, el agresor empujó la mesa de trabajo hacia ella para imposibilitarla, le vació la cubeta bañando su rostro, brazos, manos, abdomen y piernas con ese fuego líquido, transparente…
El ácido rápidamente deshizo su ropa y comenzó a quemar su piel, deshaciéndola, haciéndola jirones; comenzó a desprenderse. Sus gritos alertaron a su madre quien la abrazó quemándose también brazos y manos. El sujetó huyó del lugar; gracias a las cámaras se logró su identidad y se supo que iba en compañía de su hijo.
Ya en la ambulancia, María Elena Ríos le marcó a Vera Carrizal; “fuiste tú”, le dijo.. mientras su rostro, sus bellas facciones se iban desvaneciendo, se iban borrando para siempre. El ácido penetraba por todo resquicio provocando heridas que jamás serán sanadas, quemando una tersa y joven piel que jamás será recuperada.
El exdiputado se defendió en un programa de su cadena de radio: “María Elena trabajó conmigo y tenemos una amistad pero eso no implica nada. Si tienes un estilo de vida sano así te va, pero si tienes un estilo de vida fuera de lo normal vas a tener problemas”. Detalló Vera Carrizal…
Los médicos del instituto Nacional de Rehabilitación de Quemados de la capital mexicana han pronosticado un tratamiento de años para su recuperación. María Elena perdió un ojo y la movilidad de la mitad de su cara. Ha sido necesario injertarle piel de su espada que su cuerpo ha rechazado.
“Mejor me hubiera matado” dijo María Elena. “No puedo verme en el espejo, no me reconozco, soy otra. Me duele la piel cuando me cae agua cuando me baño. Le temo al agua. Me duele. No puedo mover el brazo derecho. Sólo me he visto una vez en el espejo. No me atrevo volverme a ver… no me reconozco.” “Quiero estar dormida todo el día…”.
“Quisiera no estar en este cuerpo, es un cuerpo doliente, no soy yo. Tengo pesadillas, que no puedo describir. Para mí mi vida se acabó…”.
En abril la UIF congeló las cuentas de Vera Carrizal en las que se detectaron movimientos financieros por alrededor de 503 millones de pesos. Tal vez fueron descongeladas y con eso habrá comprado su libertad…
No olvidemos nunca a María Elena, exijamos que Juan Antonio Vera Carrizal pague por haber destrozado la vida de una hermosa joven llena de talento.
Esperemos que su música sólo esté en una dolorosa pausa.
Exijamos para que se haga justicia, que las mujeres tengamos el derecho a vivir sin pausas, sin miedo. María Elena Ríos tiene derecho a vivir tranquila y Vera Carrizal el conocido criminal arder en el infierno.