Al arranque del proceso de revisión del T-MEC programado para julio de 2026, México, Estados Unidos y Canadá han lanzado consultas públicas para recoger opiniones sobre el funcionamiento del tratado. Este ejercicio democrático busca que los sectores más involucrados emitan libremente su perspectiva sobre el impacto y futuro del acuerdo.

En los últimos años, el T-MEC siendo uno de los pilares de la economía mexicana, ha asegurado acceso al principal mercado mundial, modernizado reglas, fortalecido sectores clave, impulsado reformas internas y posicionado a México como socio estratégico en el entorno global. Estos logros no derivan del acuerdo mismo, sino de la necesidad de ajustarse a reglas democráticas y a un Estado de derecho funcional.

Las consultas

Tienen como propósito evaluar el desempeño del tratado desde su entrada en vigor en 2020 hasta 2025, identificar avances, retrocesos y áreas de oportunidad, así como definir qué debe mantenerse, modificarse o añadirse.

A diferencia de otros procesos impulsados recientemente —como las reformas electoral o judicial—, las consultas del T-MEC no están controladas por el Congreso mexicano ni por mayorías afines al oficialismo. Se trata de un mecanismo acordado entre los tres países, con una duración de 60 días en que los sectores interesados podrán presentar comentarios, por lo que cada país desarrollará su propia consulta nacional, conforme a sus marcos institucionales, pero alineado al calendario conjunto.

El mecanismo acordado garantiza una consulta pública real que busca beneficiar el comercio regional, apartándola de la discrecionalidad política o filtros partidistas para fortalecer la integración económica de América del Norte y proteger los intereses comerciales del país. Una oportunidad inédita, más si se toma en cuenta el actual contexto político mexicano.

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Temas clave

Entre los temas que se abordarán destacan:

- Aranceles unilaterales, particularmente los aplicados por Estados Unidos y su impacto en industrias sensibles como la automotriz.

- Condiciones laborales y cumplimiento de obligaciones en materia de derechos laborales. Se revisarán mecanismos como el de Respuesta Rápida, ya activado en casos anteriores.

- Evaluación operativa del tratado: funcionamiento de comités, grupos de trabajo, mecanismos de solución de controversias y su efectividad desde 2020.

- Comercio digital, propiedad intelectual e inversión, como áreas estratégicas para la competitividad y la innovación en la región.

- Reglas de origen, especialmente, en el sector automotriz, dado su peso en las cadenas de suministro norteamericanas.

- Factores de competitividad regional, incluyendo inversión, productividad, liderazgo tecnológico y coordinación frente a prácticas económicas de terceros países.

- Impacto en pymes, análisis de barreras y propuestas para mejorar su integración a los beneficios del tratado.

- Temas ambientales, como el cumplimiento de compromisos en sostenibilidad y protección ecológica.

Otros temas emergentes que incluyen energía, movilidad laboral (visas de trabajo), e inversión en infraestructura.

Las consultas están abiertas a la sociedad civil, organizaciones sectoriales y especialistas, cuya participación será crucial para moldear la postura mexicana en la revisión del T-MEC, a partir de datos, experiencia y una visión de largo plazo.

La voz de los expertos

Figuras relevantes han comenzado a expresar sus opiniones. Tal es el caso de Ricardo Zaragoza Ambrosi, presidente de la Confederación de Asociaciones de Agentes Aduanales de la República Mexicana (CAAAREM), quien ha señalado que uno de los temas urgentes a abordar es la corrupción en las aduanas. Un problema que se ha agravado tras el control otorgado a las Fuerzas Armadas y tiene implicaciones directas en la competitividad comercial del país.

También Kenneth Smith Ramos, exjefe negociador de México para el T-MEC, con amplia experiencia en tratados comerciales y comercio exterior. Su participación técnica aporta una voz indispensable para garantizar que las prioridades estén alineadas con una visión estratégica y de integración.

El Instituto Mexicano de Ejecutivos en Comercio Exterior también abrió consulta a sus asociados, este prestigiado instituto, hará propuestas serias que buscarán que México supere el bache de ocurrencias en eL que hemos caído.

En este proceso aún no se ha dejado ver el control a través del gobierno con personajes como el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Francisco Cervantes, quien terminó siendo un operador de control de parte de la 4T y un gestor de grupos empresariales como Grupo Carso de Carlos Slim.

Al final, la posición que México lleve a la mesa en 2026 será la clave para definir su rol en América del Norte durante la próxima década.

Esta revisión no puede estar guiada por intereses partidistas, visiones aislacionistas o agendas ideológicas. Se requiere una postura firme, informada y propositiva, que defienda la integración económica, promueva la competitividad y asegure el desarrollo de sectores estratégicos.

El T-MEC no solo es un tratado comercial. Es una plataforma para consolidar el crecimiento, atraer inversión, generar empleo y fortalecer la posición internacional del país. La consulta pública representa una oportunidad única para corregir lo que no ha funcionado y potenciar lo que sí. México debe asumir el proceso con seriedad, altura y mantenerse abierto a las voces que realmente conocen y viven los efectos del acuerdo.

X: @diaz_manuel