Hipocresía es la principal característica de quienes se decían luchadores sociales y terminaron por convertirse en todo aquello que juraron combatir, no peleaban contra el poder, esperaban su turno para llegar, perpetuarlo y ser peores.
Personajes como Gerardo Fernández Noroña, otrora defensor del pueblo, se han convertido en voceros del poder, e intentan justificar lo injustificable sin importar caer en absurdos. La izquierda que prometió justicia, ahora persigue a quienes se mantienen en pie de lucha en un México de masacres, desapariciones, tráfico de personas y complicidad del Estado.
El país se encuentra al borde de la recesión y los programas del gobierno en salud, educación o el campo, no son más que el mecanismo para alimentar a la base electoral, es decir, no buscan resolver problemas estructurales, sino perpetuar el control político.
Promesas y políticas fallidas
Al llegar prometieron que creceríamos al 6% porque los “neoliberales“ apenas mantuvieron un “mediocre” 2.5%, pero la realidad es muy diferente. El Banco de México ha ajustado a la baja sus pronósticos de crecimiento económico y se prevé que el PIB de México crezca solo 0.6% en 2025.
Por otra parte, de acuerdo con datos del INEGI la economía mexicana ha entrado en una zona de “recesión de crecimiento” y así lo confirman indicadores como la caída del PIB, la reducción del empleo formal y la menor confianza del consumidor.
En 2018 AMLO aseguró que era necesario cambiar el modelo económico para generar mayor justicia social y crecimiento, pero el primer año de su gobierno México registró una recesión que se estimó en -0.01%, algo que no se había presentado en 25 años. Luego vino el Covid que le cayó como “anillo al dedo” a la retórica hipócrita y engaña bobos y, al final, México fue el peor país en el rebote postpandemia.
Primero el nepotismo
AMLO se jactaba de no aceptar “bajo ninguna circunstancia”, que miembros de su familia “hagan gestiones, trámites o lleven a cabo negocios con el gobierno en su beneficio por favor de sus recomendados, eso incluye a mí esposa, hijos, hermanos, hermana, primos, tíos, cuñados, nueras, concuños y demás miembros de mi familia cercana o distante…”
Una de sus más falsas aseveraciones que ha costado millones al erario. Muy pronto al hijo mayor se le vinculó con temas de conflicto de interés y cuando se destapó el escándalo de la Casa Gris en Houston, salió en su rescate uno de sus amigos de la oligarquía cuatrotera, Daniel Chávez Moran de Vidanta.
Mantener lazos de amistad con la familia de Andrés ha sido el boleto ganador de la lotería para un sin número de funcionarios públicos que llegaron sin preparación, sin experiencia y sin talento a ocupar los más altos cargos.
Personajes como el impuesto subsecretario de hacienda Juan Pablo De Botton Falcón, hoy flamante secretario de finanzas de la CDMX, pero dueño de la escuela Logos donde estudiaron los hijos de AMLO y una pandilla de más de 30 elementos que iniciaron en la Ayudantía de Presidencia y acabaron con altos cargos públicos.
La hija del secretario particular del expresidente, Alejandro Esquer, es la directora de compras internacionales de Pemex y tuvo mucho que ver con la esposa de José Ramón y las empresas proveedoras de la paraestatal. La hermana de Adán Augusto fue administradora general de la Auditoría Fiscal Federal del SAT y esposa del exgobernador de Chiapas, Rutilio Escandón; otra de sus hermanas es esposa de Humberto Mayans, administrador central de la Coordinación Estratégica de Auditoría de Comercio Exterior y su padre Humberto Mayans Canabal, fungió como consejero independientes de Pemex.
Luisa María Alcalde, la actual presidenta de Morena, cuando fue secretaria del trabajo puso a más de 17 familiares directos en altos cargos. Lo mismo la impuesta presidenta del INE Guadalupe Taddei, la lista del nepotismo de la 4T es muy larga, incluyendo los hermanos de AMLO, la prima Felipa, sus hijos y sus negocios en el Tren Maya.
Pero el colmo y orgullo del nepotismo de Andrés fue dejar a su vástago Andrés López Beltrán en Morena y ya lo señalan como sucesor de Claudia Sheinbaum.
Lucrar con la tragedia
Exprimieron hasta que se cansaron la tragedia de los estudiantes de Ayotzinapa, sin embargo, ahora que ha dado vuelta al mundo el holocausto de las narco-fosas clandestinas que aparecieron durante el sexenio de AMLO, se niegan rotundamente a aceptarlo, a pesar de las mil evidencias.
Los derechos humanos pasaron a la historia, destruyeron la CNDH y a toda organización defensora. En México la violencia tiene permiso, la corrupción es política de Estado y el nepotismo parece requisito para pertenecer a los cuadros que nos gobiernan.
Este gobierno prefiere reprimir a los migrantes para complacer al vecino del norte antes que garantizar sus derechos.
El pasado no era perfecto, pero al menos entregaba resultados. Hoy, lo que domina es la simulación, el saqueo y la mentira. México no sólo enfrenta una crisis económica, también una crisis moral, con líderes que han traicionado la causa social en favor de su propio beneficio ¿hasta cuándo lo vamos a permitir?
X: @diaz_manuel