Son muy pocos los referentes de la lucha democrática del país que se han mantenido activos. Uno de ellos, que además es precursor de este proceso de transformación, es el mismo Marcelo Ebrard. Así calificamos una trayectoria política de un personaje que, desde mi punto de vista, tiene muchísimo futuro por delante. La propia encuesta que divulgó MetricsMx —para SDP Noticias— nos da un panorama más claro del grado de efectividad con el que realiza su trabajo. Hablamos, particularmente, de los encargados de alguna dependencia clave en el armado de Claudia Sheinbaum, presidenta constitucional de México. Podemos hablar de una tarea similar a la que realizaba desde la cancillería, pero con otras encomiendas claves para detonar el desarrollo económico del territorio nacional. Siendo así, la Secretaría de Economía, desde esa perspectiva, es crucial para dar equilibrio a la gobernabilidad y, de paso, mejorar las condiciones en la calidad de vida.
Como principio fundamental, hablando estrictamente de lo que significa una dependencia como esa, nos damos una idea de la magnitud y el nivel que se requiere para operar temas sustanciales, específicamente con el vecino país. Recordemos que, como tal, Marcelo Ebrard, en dos ocasiones, ha tenido participación directa en gestiones con el gobierno de EU. Lo hizo en la primera etapa de Donald Trump, eso sí, con un alto grado de efectividad en los tratados comerciales que se firmaron. Eso, sobra decirlo, estaba entre las principales metas del expresidente López Obrador, pues Marcelo, su hombre de todas las confianzas en ese momento, fue relevante para fortalecer la relación bilateral y, de paso, allanar las condiciones para que AMLO fuera recibido en la Casa Blanca.
Hoy, que el mismo destino le ha puesto desafíos más titánicos con el clima que se vive con el vecino país, Marcelo Ebrard ha estado a la altura de las circunstancias para manejar los asuntos no solamente relacionados con el rubro económico y comercial, sino también a consolidar la relación bilateral. Eso, por su experiencia, se le facilita, básicamente, en reuniones con los círculos más cercanos al mandatario estadounidense. De hecho, es bien sabido que toda esa coyuntura, nada fácil, por cierto, se ha manejado a la perfección. La misma Claudia Sheinbaum, en momentos como el que estamos atestiguando, echa mano de los buenos oficios de Marcelo. Y él, teniendo en sus manos varias encomiendas, ha garantizado diálogo para que se flexibilicen las negociaciones que, a la postre, nos lleven a estos efectos positivos. Lo mismo ocurre, propiamente dicho, ahora que la tensión ha comenzado a escalar por las manifestaciones que se llevan a cabo en algunos puntos del estado de California.
Es bastante obvio que Marcelo Ebrard ha estado viajando constantemente a los Estados Unidos. De igual manera, ha salido a flote que, más allá de la encomienda de negociar el asunto de los aranceles, el secretario de economía, como un canal de comunicación eficiente, está viendo la forma de aminorar todo el clima de tensión que está sucediendo en el tema migratorio. Es verdad, el tópico ha entrado a una fase de protestas y manifestaciones, sin embargo, esta resistencia ha hecho que la presidenta delegue más tareas a Marcelo en ese ánimo de apaciguar esta política rígida, sobre todo de alguien que tiene contacto directo con los círculos de gobierno de EU. Es cierto, la oposición, en ese afán de desesperación en el que ha entrado, augura los peores escenarios y el rompimiento de la relación bilateral que, a nuestro juicio, sabrá recomponer la jefa de Estado en conjunto con su gabinete, pues sea cual sea la atmósfera que se vive, México ha concretado buenos acuerdos de colaboración, máxime cuando se trata de los derechos de millones de mexicanos que radican en aquel punto del continente.
Tal parece que, de nueva cuenta, las mismas condiciones sociopolíticas vuelven a poner principal acento en Marcelo. Él, no cabe la menor duda de ello, está acaparando la atención por el eficiente trabajo que lleva en el vecino país del norte. No es una tarea sencilla y no cualquiera puede llevarla a cabo produciendo efectos positivos. Si nos detenemos en los periodos en que Trump ha estado al frente, sobra decirlo, le ha tocado a Ebrard abrir esa brecha, primero, para tomar decisiones con plena autonomía, eso sí, en beneficio de México.
Este punto, en concreto, no será la excepción: Marcelo Ebrard concretará buenos acuerdos con el vecino país. Tiene experiencia y madurez de sobra en este tipo de coyunturas. Desde luego, estamos en una fase de tensión en medio de un clima de protestas, sin embargo, la relación no se rompió. Hay canales de comunicación con Estados Unidos, en especial el que encabeza el secretario de economía, que, desde mi punto de vista, tiene una doble encomienda: fortalecer el desarrollo y, de paso, darle certidumbre a los lazos de amistad que, por años, nos unen al vecino país del norte. Eso, a todas luces, lo veremos en las próximas semanas, especialmente cuando hay capacidad para tejer fino como el excanciller.
Notas finales
Continúa el asunto de la presidenta municipal de Acapulco, Abelina López Rodríguez. El tema, de hecho, ha ido escalando en la opinión pública. No es para menos, hace falta que el ayuntamiento de esa demarcación aclare la utilización de casi 900 millones de pesos. Solamente la comprobación de estos gastos podrán quitarle esos señalamientos a la alcaldesa. Mientras, queda claro, los órganos encargados de realizar las auditorías están en todo su derecho de poner en marcha cualquier recurso legal. Esto, sobra decirlo, no es obra del gobierno del estado, como quieren desviar la atención, sino de la falta de transparencia y la rendición de cuentas de una alcaldesa que sigue metida en el ojo del huracán.