Dentro de todos los elementos que incluyen un viaje, existe precisamente el de los sabores, que pueden evocar desde una pequeña región, hasta un país completo. Quienes gustan y saben, dentro de sus múltiples actividades no puede faltar la de probar la gastronomía del lugar que visita.
El martes de esta semana pude “viajar” a Seúl gracias a que Aeroméxico presentó el menú que desde el 1° de marzo de este año ofrece, en la Clase Premier del vuelo a Corea del Sur.
Sin duda los pasajeros del vuelo que hace Aeroméxico al país asiático podrán sumergirse dentro de dicha cultura, pero es un plus que esa experiencia no comience al llegar al destino, sino desde que el pasajero sube a la aeronave.
La aerolínea del caballero águila puso un gran empeño en crear toda una atmósfera que te transporte, a través de los sabores, a la capital de Corea del Sur y lo hace de una forma magistral de la mano de la chef Minae Seo, quien es originaria de Gimcheon (Corea del Sur) y que ahora lleva las riendas de “Kasina Café”.
“Una joya”, como dice la gente de Aeroméxico, cuando descubrieron este lugarcito en la colonia Roma, que les permite llevar sabores auténticos a más de 34 mil pies de altura. Un menú muy interesante elaborado con productos de altísima calidad, muchos provenientes de Corea del Sur, pero un poco “tropicalizados” para el gusto de todos los pasajeros.
Descubrí que la cocina coreana es picante, y muy distinta a otras comidas del continente asiático que suelen tener sabores incluso más dulces o agridulces; en este caso no, pues son sabores salados, picantes, intensos, pero a la vez refrescantes. Sí lo sé, es muy curioso, pero es una mezcla muy encantadora.
El menú que se sube a los vuelos de Aeroméxico en Clase Premier, es el de “Primavera”, tanto para el servicio de comida/cena como desayuno, son platillos típicos de Corea del Sur como el Bibimbap, que es originario de ciudades como Tongyeong, Jeonju y Jinju, obvio, cada quien, con su propia versión, podemos decir que es un “arroz mixto”.
De este platillo se tiene registro desde el año 1590, nada más para que vean la importancia cultural que tiene, y que por cierto es uno de los platos favoritos de los pasajeros coreanos que vuelan por la aerolínea del caballero águila. La chef buscó adaptar este gran plato, para que en colaboración con el comisariato, se pudiera subir al avión.
Aunque parece un plato muy sencillo, no lo es. Lleva una serie de verduras a las cuales se le agrega arroz al vapor, para luego ponerle una pasta de chile y una salsa de ajonjolí, y se procede a mezclar todo para comerlo haciendo una especie de “taquitos” con hojas de alga “nori”.
Se acompaña de una sopa miso con tofu, además de “Bachan”, que son unas calabacitas rellenas de camarón que, de verdad, es lo más delicioso que he probado; jamás me hubiese imaginado tal combinación, armonizada con un ligerísimo capeado.
Otro de los complementos es el Japchae, que son “fideos de camote”, simplemente extraordinarios. Es un tipo de fideo transparente que se elabora como un “stir fried” (método de cocción con aceite de ajonjolí en un wok), el cual va acompañado de zanahoria, espinacas, cebollas y setas; sin duda un gran acompañamiento.
También nos ofrecieron Kimchi, otro platillo coreano famosísimo, elaborado a base de col fermentada un poco picante. Nos comentan que el Bibimbap es un platillo que va de cajón, porque mucha gente lo busca y que en este nuevo menú lo nuevo que se ofrece es una BBQ coreana, y nos comentaron que la carne se marina con manzana y otros ingredientes secretos, las cuales hacen que esté deliciosa.
Se prepara igual como taco, pero el sabor de la lechuga y la hoja de ajonjolí (que nunca había probado), le aporta una frescura al platillo, equilibrando el sabor ahumado de la carne, espectacular, al que también se le pone arroz al vapor.
De hecho, Aeroméxico imprimió las instrucciones de cómo comer el BBQ coreano, y de verdad que es una delicia. Estos increíbles platillos “aterrizan” en la cocina de comisariato, y suben en una bandeja al avión. Ahí es cuando surge la magia.
Y para cerrar esta comida tan extraordinaria, llena de sabores nuevos, nada más que un cheescake de ajonjolí negro, cremoso, untuoso con un sabor potente. El ajonjolí negro termina por elevar esta experiencia gastrosensorial a otros niveles. Mientras vuelas, sientes que ya estás en Corea, y eso es justo lo que Aeroméxico quiere lograr.
Agradezco al equipo de la aerolínea que tuvieron la deferencia de invitarme a degustar de este menú en tierra, que me permitió viajar hasta la tierra del K-Pop, el skin care y de una cultura milenaria riquísima que hay que descubrir.
Como datos adicionales, en el servicio de desayuno también se sirve un Bulgogi, que es otro platillo tradicional de la cocina coreana, que consiste en ternera de res cortada en tiras, y se acompaña con verduras y arroz al vapor.
Un punto importante es que desde tierra puedes pre-seleccionar el menú que quieras degustar cuando viajes en Clase Premier; eso sí, con tiempo porque estos platillos cumplen con los más altos estándares de calidad para ser transportados en avión, por eso el pasajero que quiera previamente elegir un platillo en especial debe hacerlo con tiempo de anticipación. En el caso de vuelos internacionales con 24 horas de anticipación y el servicio se llama “Meal Preselect”.
También se ofrece un menú occidental si es que no son tan aventureros con su paladar, así como comidas especiales (kosher, vegetarianas, veganas, etc.). El punto es complacer a los clientes en sus preferencias alimentarias.
La ruta se reinició en el mes de agosto del año pasado, con una frecuencia diaria que sale de la Ciudad de México, hace escala en Monterrey, porque hay una gran comunidad coreana en la sultana del norte, para luego de aproximadamente 15 horas de vuelo, aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Incheon. El regreso sí se hace directo de Incheon a la Ciudad de México.
Esta ruta opera en aviones Boeing 787 Dreamliner, como el emblemático “Quetzalcóatl”, un avión de doble pasillo, con 36 asientos de Clase Premier y 238 pasajeros en clase turista.
Mi especial reconocimiento a la chef Minae Seo por mostrarnos cómo pensó y trabajó para la elaboración de este menú de primavera, por su sencillez y trato cordial y por recibirnos en su restaurante. Si pueden dar una vuelta, lo encontrarán en el número 13 de la Calle Guadalajara, en la Roma Norte. No lo duden, vale muchísimo la pena.