Hay en los medios analistas con prestigio, pero la mayoría sin patriotismo: desean el fracaso de Claudia Sheinbaum, aunque ello signifique la ruina de México. La presidenta no puede contar con tales personas.
No existen en México líderes empresariales de clase mundial. Abundan, eso sí, los hombres y las mujeres de negocios que ganan mucho dinero, pero no por su capacidad innovadora, sino porque se benefician de mercados muy poco competitivos o, de plano, por haber sido durante demasiado tiempo proveedores, concesionarios o contratistas favorecidos por los distintos gobiernos, sobre todo los del PRI y del PAN. A la presidenta Sheinbaum tales empresarios y empresarias sí la apoyan, pero solo con aplausos fariseos en los eventos a los que se les convoca en calidad de acarreados de lujo. La verdad sea dicha, nuestra clase empresarial no sirve para mucho más.
Claudia Sheinbaum depende solo de su propio esfuerzo y del realizado por su equipo. Algo deben estar haciendo bien, a juzgar por las estadísticas del tracking diario ClaudiaMetrics:
Ayer, la aprobación de la presidenta era de 80.4%, altísima. Muy probablemente ninguna otra persona gobernante, en ningún lugar del mundo, goza de una popularidad tan elevada.
La gente evalúa muy positivamente lo que Claudia y su gabinete han hecho para enfrentar la agresiva política arancelaria de Donald Trump: el 72.5% de las personas entrevistadas piensa que el gobierno de la presidenta de México está siendo exitoso en lidiar con el presidente de Estados Unidos.
A Claudia Sheinbaum le ha funcionado su gabinete. Enseguida los resultados de una pregunta importante del tracking ClaudiaMetrics —“Del gobierno de Claudia Sheinbaum, ¿qué funcionario o funcionaria considera usted ha desempeñado mejor papel?”—:
- El 23.4% opina que el mejor desempeño es el de Marcelo Luis Ebrard Casaubón, titular de la Secretaría de Economía.
- El 23.2% opina que el mejor desempeño es el de Omar Hamid García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
- El 10.9% opina que el mejor desempeño es el de Minerva Citlalli Hernández Mora, titular de la Secretaría de las Mujeres.
- El 8.1% opina que el mejor desempeño es el de Alejandro Gertz Manero, titular de la Fiscalía General de la República, que quizá no participe formalmente en el gabinete, pero evidentemente sí es del equipo de la presidenta.
- El 7.9% opina que el mejor desempeño es el de Juan Ramón de la Fuente Ramírez, titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
- El 7.9% opina que el mejor desempeño es el de Rosa Icela Rodríguez Velázquez, titular de la Secretaría de Gobernación
- El 3.4% opina que el mejor desempeño es el de David Kershenobich Stalnikowitz, titular de la Secretaría de Salud.
- El 1.9% opina que el mejor desempeño es el de Raquel Buenrostro Sánchez, titular de la Secretaría de Anticorrupción y Buen Gobierno.
(Nota: En anteriores ediciones de ClaudiaMetrics se había evaluado a otras personas del gabinete de la presidenta Sheinbaum).
El caso Ebrard
Ayer presenté una más que adelantada encuesta de preferencias electorales, de MetricsMx. Lo hice solo para comparar nuestros números con los que ya calculan otros medios o sitios informativos de internet. Si ya arrancaron, arrancamos nosotros: así lo exige el espíritu competitivo, ¿o no? Repasemos los datos:
- El ganador no es de Morena, sino de Movimiento Ciudadano, Luis Donaldo Colosio Riojas.
- Pero como lo cierto es que ese partido opositor no tiene fuerza para enfrentar a Morena con posibilidades de éxito, el nombre relevante es el del segundo lugar, Marcelo Ebrard. Ojo con esto.
- La tercera posición correspondió a Andrés Manuel López Beltrán, quien no participa en el gabinete presidencial, pero sí en el partido de izquierda, del que es fundador y en el que actualmente tiene un cargo directivo de relevancia.
- La cuarta posición fue para “una mujer, que sería la segunda presidenta de México”. Obviamente se está hablando de una mujer militante de Morena. ¿Quién podría ser? Luisa María Alcalde, dirigente del partido; Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobernación; Luz Elena González, secretaria de Energía; tal vez Clara Brugada, jefa de gobierno de la Ciudad de México; Raquel Buenrostro, secretaria Anticorrupción, o la secretaria de Mujeres, Citlalli Hernández. No veo muchas otras opciones femeninas con méritos para participar en la gran contienda política
- El quinto lugar fue de Omar García Harfuch.
- El sexto de Gerardo Fernández Noroña.
- Y en la última posición quedó un panista, Ricardo Anaya.
(Nota: Por sus números francamente ridículos en todas las encuestas, MetricsMX no incluyó a los impopulares morenistas Ricardo Monreal y Adán Augusto López ni tampoco a liderazgos del Partido Verde muy desprestigiados como Manuel Velasco).
Lo más destacable de la encuesta de MetricsMx es que, otra vez, Marcelo Ebrard es el personaje más importante de un gabinete presidencial de izquierda —ya lo había sido en el gobierno del presidente López Obrador—.
Ni duda cabe, Ebrard está construyendo, ya en un tercer intento, su candidatura presidencial. En las dos ocasiones anteriores no tuvo éxito. Por el bien de la izquierda mexicana, y de la propia presidenta Sheinbaum, deseo que él vuelva a fracasar.
El problema es que ahora Marcelo Ebrard no parece enfrentar rivales verdaderamente capaces de derrotarlo. En 2012 Andrés Manuel López Obrador era muy superior a Ebrard. Y el sexenio pasado Claudia Sheinbaum, mucho más preparada, lo venció en todas las etapas de la contienda.
Con la pena, pero a pesar de su innegables eficacia y popularidad no veo a Harfuch con los tamaños políticos que se necesitan para derrotar a Ebrard; quizá los adquirirá antes de cinco años, pero si el tiempo acaso le alcanza, además le costará mucho trabajo, y esto a veces agota.
¿Noroña? Podría crecer si aprendiera a moderar su lenguaje y algunas de sus actitudes excesivamente pendencieras; ojalá lo haga.
¿Una mujer de Morena? Tal vez Claudia deberá, ya pronto —el tiempo vuela—, llamar a Luisa María, a Rosa Icela, a Clara, a Luz Elena, a Raquel y a Citlalli para recordarles que son políticas y que, por lo tanto, no solo deben ser eficientes en su trabajo formal, sino también trabajar muy fuertemente para trascender; es decir, más o menos lo que en su momento hizo la presidenta de México para triunfar en la durísima carrera sucesoria del pasado sexenio.
O alguien en el gabinete se pone las pilas o Ebrard llegará sin mucho esfuerzo, paseando con toda tranquilidad, a esa meta que tan enfermizamente ha perseguido durante tantos años y que por fortuna no ha podido alcanzar.