Desde que escuché algunos de los testimonios que protagonizaron la caída del PRI a manos de Vicente Fox, no he podido dar crédito al estupor que sintieron cuando los resultados salieron a la luz pública, especialmente Ernesto Zedillo. Él, siguiendo este tradicional mensaje presidencial, no tuvo más remedio que aceptar no solamente el resultado, sino el trasfondo de lo que significó la caída hegemónica del PRI. Desde luego, nadie quería estar el los zapatos de Labastida, que terminó por ser el principal verdugo. Se hablaban de teorías conspiratorias para entregar el gobierno, y muchos otros aspectos que pueden ser creíbles si consideramos que, durante décadas, la sociedad del PRIAN siempre ha existido. Quienes tengan recuerdo de ello sabrán que, tanto Francisco Labastida, como Vicente Fox, han quedado en el basurero de la historia.
De esa magnitud, aunque de menor escala, podemos calificar lo que significa perder un gobierno del estado. El más claro ejemplo fue uno de los principales bastiones del PRI durante casi un siglo. Hablamos de la dominación que tuvo el Revolucionario Institucional. No le alcanzó para más; la corrupción y muchos aspectos que perdurarán por años solo son elementos que, en sí, quedarán grabados en la memoria de millones de ciudadanos del Estado de México. De hecho, eso no lo han podido superar por el impacto que provocó, especialmente, los miembros activos del Grupo Atlacomulco. A lo que vamos es que, en esos cambios constantes, no será la primera vez ni la última que nos toque presenciar la caída de un partido tan predominante. Pero así como giró el eje de la silla presidencial, entre muchos enclaves sustanciales para la derecha, estamos en el momento perfecto para ver caer, por primera vez en la historia, al panismo en Aguascalientes, Chihuahua y Querétaro.
No es un secreto a voces la crisis institucional que vive Acción Nacional, luego del golpe contundente que les propició Claudia Sheinbaum el 2 de junio del año pasado. Esa misma decadencia, en efecto, los ha llevado al borde de la desesperación. Se nota en el grado de comentarios en los que aluden a las siglas de Morena. Es más, su narrativa que transmiten tiene una enorme dosis de pavor al saber que, respecto a la encomienda que el pueblo les delegó, el tiempo se les acaba en la administración. En Querétaro, por ejemplo, es la segunda vez que el gobernador Mauricio Kuri arremete contra Morena. Es demasiada la grilla que está esgrimiendo como para no darnos cuenta de que, en sí, le preocupa que él, como lo fue Labastida en el año 2000, sea el verdugo de Acción Nacional. En aquella ocasión fue al contrario; es decir, el PRI entregó la estafeta al panismo de Vicente Fox, que resultó un fiasco.
La historia parece estar destinada a esa coyuntura política que nos tocará vivir en un par de años más, específicamente en las elecciones intermedias. Morena, que hará gala de su poder político, es inmensamente favorito para ganar todos los puestos de elección popular. Querétaro, que no será la excepción, formará parte de ese bloque de enclaves que pasarán a manos de Morena. Desde luego, Mauricio Kuri procurará que no sea así; sin embargo, eso no lo decide él, sino el pueblo de México. Son, en efecto, otras épocas y otras circunstancias que permiten tener más certeza de las decisiones que tomen los distintos segmentos. Hay, de igual manera, mayor organización y cuidado en todas las secciones. Es muy difícil cruzar la línea de la legalidad cuando los ojos del mundo están colocados en este tipo de ejercicios.
Aunque a Mauricio Kuri se le ha hecho costumbre salir ante la opinión pública a descalificar a Morena, él mismo le entregará la estafeta del gobierno estatal. Tendrá que asumir esa responsabilidad y, por ende, tener madurez política para poder digerir la debacle que se le avecina. Desde hace bastante tiempo, poco después de las elecciones del pasado 2 de junio, el partido guinda ha venido despegando, lo que hace previsible los pronósticos que hemos fundamentado con aspectos que, es evidente, se han comprobado que juegan a favor. De entrada, Claudia Sheinbaum, a nivel de aprobación, tiene mayor apoyo que Kuri. Esos datos, como tal, dan cuenta de una distancia muy considerable que puede ser el punto decisivo.
Otro de los aspectos, debido al rechazo que tiene el PAN en la actualidad, es otro de los elementos que suma a favor de Morena. Ahora, si nos vamos al comparativo de las encuestas, Morena, en este momento, ya emparejó la intención del voto en Querétaro. Ese brinco, como era de esperarse por la crisis del panismo, abre la brecha a la coalición Seguimos Haciendo Historia. Esto resulta esencial, sobre todo ahora que al gobernador le ha dado por reaccionar ante los medios. Si hay algo de lo que podemos estar muy seguros, más allá de los datos de aprobación que pueda presumir Mauricio, es que cuando las condiciones están dadas, como pasó en Yucatán, no hay nada que pueda detener el tsunami, pues ahora que la democracia se hace presente y que reina la participación, nadie puede impedir el valor sagrado de la voluntad del pueblo.
Mauricio Kuri, gobernador de Querétaro, podrá realizar cualquier postura; sin embargo, detrás de un posicionamiento, sea cual sea, está el poder del pueblo. Y como los vientos soplan a favor de la alternancia en 2027, el mandatario estatal, con todo y lo desafortunado que será para él, tendrá que entregarle la estafeta a Morena, y al mayor activo político de aquella entidad. Todos sabemos a quién nos referimos ahora que tiene una encomienda clave para promover la economía de México. A él, que hizo un papel preponderante en la fórmula del Senado el pasado 2 junio, podemos ya considerarlo como el candidato virtual de la coalición Seguimos Haciendo Historia.
Notas finales
La encuesta que publicó uno de los diarios nacionales más importantes de México, propiamente dicho, coloca a Morena en la mejor situación para ganar las elecciones del 2027 en su inmensa mayoría. Eso, por supuesto, conlleva un proceso de reivindicación sobre los valores de un movimiento que está cargando con las causas del pueblo de forma responsable. Con esa premisa, y con capacidad de movilización, el gobernador de Michoacán mostró la fuerza que ha ido construyendo en el Consejo Estatal de Morena, celebrado hace unos días. Todos cerraron filas en torno al proyecto que encabeza la presidenta electa y, de paso, se comprometieron a promover la elección para ministros, jueces y magistrados que se celebrará el próximo 1 de junio. De hecho, precursores y liderazgos de la región se dieron cita para no postergar más temas sustanciales de la agenda. En ese mismo marco, por inusual que así parezca, habrá que preguntarse: ¿por qué se ausentó Raúl Morón?