El mal clima se ha tornado en una tormenta perfecta. Las tensiones con Estados Unidos aumentan arrastrando al antecesor de Claudia Sheinbaum y a sus principales aliados. La decisión está en defenderlos o deslindarse.
La secretaria de seguridad nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, acusó a Sheinbaum de alentar “protestas violentas” en Los Ángeles. La situación se escaló cuando se reveló que uno de los operadores de esas protestas era Jesús Ramírez Cuevas, ex vocero de AMLO y actual coordinador de asesores de la presidenta.
A lo anterior se suman revelaciones de corrupción en España, específicamente en el entorno del presidente Pedro Sánchez, a través de contratos y financiamientos irregulares relacionados con el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas, que involucran al operador Koldo García y a México.
La situación se agrava
Como medida inmediata a la investigación del Departamento del Tesoro de EE.UU. en contra de tres instituciones financieras con sede en México: Vector Casa de Bolsa, CIBanco e Intercam por presunto lavado de dinero, el Tesoro estadounidense prohibió cualquier “transmisión de fondos” con estas entidades.
En la misma línea Pam Bondi, fiscal general de EE.UU., incluía oficialmente a México en la lista de “países adversarios enemigos”.
Fue durante una audiencia ante el Comité de Apropiaciones del Senado que Lindsey Graham le preguntó sobre las amenazas internacionales en el contexto del conflicto con Irán e Israel. Bondi respondió:
“Trump lo ha dicho alto y claro: no nos dejaremos intimidar. Mantendremos a Estados Unidos seguro no solo de Irán, sino también de Rusia, China y México”.
Justificó la inclusión de México señalando que es una amenaza externa “ya sea que quieran matarnos esencialmente o llenando a nuestros hijos con sobredosis de drogas”.
Cuando el general iraní Qasem Soleimani fue abatido por el ejército estadounidense en Bagdad, Mike Pence, entonces vicepresidente de EE.UU., lo vinculó con organizaciones criminales en México, como el Cártel de Los Zetas.
La postura internacional de AMLO, alineada con regímenes como los de Rusia, Cuba, Venezuela, Bolivia y Colombia, generó desconfianza en Washington. Permitió a Rusia el uso del espacio aéreo mexicano e incluso un contingente militar ruso participó en el desfile del 16 de septiembre, situación duramente criticada por sectores diplomáticos y de seguridad.
Megaproyectos alcanzados por la corrupción transnacional
Las obras del Tren Maya y Dos Bocas están siendo señaladas como instrumentos de financiamiento opaco, con presunta triangulación de recursos vinculados al entorno de Pedro Sánchez.
En este contexto, las sanciones del Departamento del Tesoro contra instituciones mexicanas adquieren una nueva dimensión. Las declaraciones recientes de capos detenidos en EE.UU., como Genaro García Luna, “El Chapo” Guzmán y “El Mayo” Zambada, apuntan a que la justicia estadounidense está tras la pista del dinero, más que de los discursos.
Una de las piezas clave de este entramado es Alfonso Romo, dueño de Vector Casa de Bolsa y exjefe de la Oficina de la Presidencia con AMLO. Romo fue el principal operador financiero del expresidente y enlace con empresarios. Ahora su empresa ha sido señalada por facilitar operaciones de lavado vinculadas al narcotráfico y al comercio de insumos químicos con China para la fabricación de fentanilo.
¿Cómo responderá Claudia Sheinbaum ante este panorama? Durante la Segunda Guerra Mundial, México inicialmente vendía petróleo a la Alemania nazi. Solo después del ataque al Buque Faja de Oro, el presidente Manuel Ávila Camacho declaró la guerra a las potencias del Eje.
¿Tomará Sheinbaum una postura de ruptura con estas alianzas cuestionadas o continuará la ruta trazada por AMLO? ¿Se alineará con Washington o apostará por la ambigüedad geopolítica?
La historia parece repetirse, pero esta vez las consecuencias podrían ser aún más profundas. Lo que está en juego no solo es la política exterior, sino la soberanía financiera, la seguridad nacional… Y la viabilidad de un gobierno que recién comienza.
X: @diaz_manuel