Un economista famoso, el coreano Ha-Joon Chang ha escrito en el diario ultraderechista Financial Times que la teoría económica “está fallando a los estudiantes al ignorar los mayores desafíos sociales, políticos y ecológicos que enfrenta el mundo hoy en día”.
Es interesante lo afirmado por Ha-Joon Chang. Lo sintetizo en 10 puntos:
Primer punto. Que “después de la mayor crisis financiera en tres generaciones en 2007, los estudiantes de economía del Reino Unido y de otros lugares organizaron un levantamiento, exigiendo una reforma fundamental de su plan de estudios”. Argumentaban los estudiantes que no se les había enseñado historia económica o que los mercados pudieran implosionar.
Segundo punto. Ahora mismo, “los desafíos a los que se enfrenta la humanidad se han multiplicado e intensificado: crisis ecológicas, enfrentamientos geopolíticos, profundización de la desigualdad y movimientos antidemocráticos…”. Pero el plan de estudios sigue siendo el mismo.
Tercer punto. Existe el movimiento académico Rethinking Economics, que en su página de internet se presenta como “una red global de estudiantes y organizaciones que luchan por una nueva forma de enseñar y practicar la economía que realmente nos ayude a abordar los desafíos del mundo real que todos enfrentamos hoy, como el colapso climático y la desigualdad”.
Cuarto punto. El movimiento Rethinking Economics “recientemente hizo un balance del estado de la economía que se enseña en las universidades del Reino Unido”. Encontró que “la crisis climática y las cuestiones socioecológicas están ampliamente ausentes de los planes de estudio económicos”. El 75 por ciento de las universidades “no enseñan ninguna economía ecológica”. Tal análisis muestra que las principales facultades de economía, “a menudo tienen el peor desempeño en la preparación de los estudiantes para el mundo real”.
Quinto punto. Dice el coreano Ha-Joon Chang: “Estamos entrenando a los futuros economistas para que fracasen de nuevo”. Lo peor es que las consecuencias de una mala enseñanza de economía “dan forma a nuestras políticas, nuestros ingresos y nuestro clima”.
Sexto Punto. “La economía, tal como se ha practicado durante los últimos 40 años, ha sido perjudicial para muchas personas. Y, sin embargo, nuestro mundo no solo se niega a aprender de este daño, sino que parece decidido a repetirlo hasta la destrucción económica y ambiental”.
Séptimo punto. “El dominio de la economía neoclásica en nuestros planes de estudio universitarios ha creado un mundo en el que se nos dice que no hay alternativa, solo ajustes técnicos a un sistema que es fundamentalmente justo, racional y eficiente. Pero esto es ficción. La economía de hoy se asemeja a la teología católica en la Europa medieval: una doctrina rígida custodiada por un sacerdocio moderno que afirma poseer la única verdad”.
Octavo punto. Se necesita “entender la economía no desde un punto de vista puramente económico, sino también desde perspectivas políticas, sociales y psicológicas”.
Noveno punto. “Reformar los planes de estudio de economía no es una distracción académica, es un imperativo social”.
Décimo punto. “El progreso nunca llega fácilmente”. Los grandes cambios positivos para la sociedad no han aparecido por sí solos: ha sido producto de duras luchas políticas, sociales, culturales. “El movimiento para reformar el plan de estudios de economía, por esotérico que parezca, es parte de esa lucha”.
La nueva economía de la 4T
Invito a los y las economistas de Rethinking Economics y al coreano Ha-Joon Chang a evaluar el cambio de paradigma económico en el México de la 4T, en el que, por ejemplo, como ha dicho la presidenta Claudia Sheinbaum, el tamaño del PIB no es lo importante, sino incrementar el bienestar de millones de personas en situación de pobreza.
Cito a la presidenta: “Puede crecer mucho el Producto Interno Bruto y seguir la pobreza. Por eso, lo importante es que ese crecimiento tenga distribución, que se traduzca en bienestar”. Se está logrando en México con tres ejes clave: (i) Apoyo a la gente, con los programas sociales garantizados. (ii) Aumento del salario mínimo, como medida para fortalecer el ingreso de las familias. (iii) Promoción de la inversión privada, a través del Plan México, que busca reactivar polos industriales, atraer inversiones estratégicas y generar empleos.
Lo que ha puesto en práctica la 4T no es ningún tipo de socialismo —lo aclaro para anticipar críticas fanáticas—; se trata nada más de un sistema económico con amplísima participación de inversionistas privados nacionales y extranjeros pero con el Estado garantizando que cada día más gente deje de ser pobre. Es lo menos que se podía hacer en una nación tan desigual.
Ojalá los y las especialistas de Rethinking Economics y el señor Ha-Joon Chang se den una vuelta por la mañanera. Un buen diálogo con la presidenta Sheinbaum les aportará algo de conocimiento tan novedoso como objetivo.
Y de pasada, que tales economista del Reino Unido —y de Corea— den aquí lecciones a los extremistas de derecha de nuestra prensa, como los queridos Sergio Sarmiento y Carlos Mota, tan apasionada como dogmáticamente defensores del modelo neoliberal, a pesar de que este ha exhibido muchísimas fallas.