Bienvenidos amantes de la gastronomía. Las nuevas tendencias nos pueden dejar a veces sin aliento, y es el caso de una nueva forma de percibir la comida. Y no, no deben confundirse con un servicio de bocadillos y canapés, la tendencia de comer con los dedos o “food fingers” va más allá.
Para poner un ejemplo, ya la Ciudad de México cada vez más ofrece servicios de té inglés y entre lo atractivo de esto es degustar los sándwiches de dedo, que son literalmente del tamaño de un dedo y que se comen con las manos.
Pero es un tipo de comida que se puede adaptar, y que se le puede dar muchísima versatilidad al prescindir de vajillas y cubertería, y lo más atractivo es que se puede utilizar con un montón de cocinas diferentes.
Desde aperitivos mexicanos, digamos “garnachitas”, que pueden ser taquitos, sopecitos, huarachitos, caldo de camarón en un vaso tequilero o mole en cuchara. También es posible en un servicio de tapas: de jamón serrano con higos y miel, de tres quesos y chistorra, o de pan tumaca con morcilla de arroz.
Y nos podemos inclinar hacia la gastronomía japonesa y sus distintas variedades de sushi, e incluso a la comida italiana, con mini pizzas o mini calzones. No deben de descontar que también los guisos se pueden incluir en esta nueva tendencia, como un conejo asado a la cerveza, o una espuma e incluso algo de cocina molecular, como una esferificación.
Pensemos que ahora que viene la celebración de Halloween, podemos hacer una especie de buffet con “finger foods” para alegrar a nuestros invitados; en realidad sólo se requiere de tener imaginación.
Sabemos que es una práctica para nada nueva, pues se remonta al siglo XVIII y nace durante el esplendor de los “Luises” en Francia, en esos enormes y lujosos banquetes, que terminaron acabando con ellos; fueron los pioneros de comer “con los dedos” un tipo de canapé, que en realidad eran trozos pequeños de pan, aderezados con el famoso “foie gras”, por ejemplo, hasta con algún tipo de marisco o caviar.
El encanto radicó en que se podía comer sin la necesidad de sentarse a la mesa, y caminar mientras en una mano sostenían una copa de champaña, y en la otra un pequeño bocadillo. Esto es, les permitía “socializar” más.
Así que si se tiene una celebración en puerta, la “finger food” puede ser una perfecta idea, cuyo formato nos permite incluir una gran cantidad de platillos diferentes, y también funciona para menús de degustación, pues uno prueba de todo un poco.
No olviden que la finalidad es experimentar con nuestros sentidos, desde el tacto, el olfato, la vista, el gusto por supuesto e incluso el oído. Una experiencia completamente sensorial totalmente recomendable, donde la imaginación también es parte de este juego. Por eso cada vez es más popular, no solo en eventos privados, sino también en restaurantes que ofrecen este tipo de servicio.
Recomiendo que un día en casa, se den la oportunidad de hacer una “comida” diferente, y jugar con los comensales con las sensaciones que perciben de cada “platillo”. Una excelente ocasión para ser lúdicos, sin ningún motivo especial, tan sólo para disfrutar de la comida.
Imaginen que los hijos llegan cansados del colegio y en lugar de sentarse a comer en la mesa sus tres tiempos: sopa o ensalada, plato fuerte y postre, lo modificamos y servimos lo mismo pero con sándwiches de dedo, unos rellenos de jamón, otros de salmón y unos más de solo queso.
Agregamos unas cucharas de fideo seco decoradas con finas tiras de tortillas fritas, y usamos un vaso tequilero con crema de frijoles, espolvoreado de chicharrón y un pedacito de aguacate. Y les vamos preguntando qué sensaciones les despiertan, que otro tipo de platillo les gustaría para un futuro.
Además de crear una interacción distinta con ellos, estamos haciendo que utilicen sus cinco sentidos, y jueguen, dejando que libremente elijan lo que se quieran llevar a la boca. ¿Buena idea, no creen? Bon appetit.
Cat Soumeillera en X: @CSoumeillera