Vestidos de blanco, “armados” con pancartas, gorras y bloqueador solar y escasos en número, así marcharon en la CDMX y un puñado de ciudades del país los opositores que no gustan de las políticas de Andrés Manuel López Obrador, pero que tampoco quieren que sea sometido a la revocación de mandato.
En un país en donde dos terceras partes de los votantes aprueban la gestión del presidente, los únicos argumentos de la oposición terminan siendo los de siempre: niños con cáncer, Ovidio, casa gris rentada en Texas. No proponen nada, no presentan ningún plan de gobierno, nada de nada.
Lo único que coaliga a este mazacote de wannabe fifís, aspiracionistas, fascistas y panistas es su odio contra AMLO. Más allá de eso, no cuentan con una coherencia estructural que los haga ya no digamos hacer eventos que reúnan una cantidad masiva de gente como lo hizo en su momento López Obrador, sino al menos volver a juntar los miles que en su momento logró reunir FRENA.
Así las cosas, quienes hace unas semanas no cabían de la emoción por haber reunido 60 mil personas en un “space” de Twitter, no pudieron ni rebasar las 10 mil en total. Ellos festejarán un “momento fundacional” en su “movimiento”, mientras que este próximo domingo los ciudadanos votarán porque López Obrador termine su mandato y en 2024, por la continuidad de su proyecto.