Desde hace algunos años parece inocultable el hecho de que la UNAM, de la mano de sus élites y casta dorada ha perdido el rumbo. Su puestos directivos, capturados por egresados de universidades privadas, permean en una ideología derechista, neoliberal e individualista que se traslada de alguna manera u otra a su alumnado.
En la más reciente imagen de la Gaceta UNAM, aparece la profesionista mexicana Luisa Alejandra Santos Borráez a los pies del soldado ucraniano Sergey, a quien esta publicación presume haberle diseñado una prótesis a un soldado que participó como soldado del régimen fascista y criminal de guerra liderado por el dictador Volodímir Zelenski.
Le recordamos a los liberales pazguatos de la UNAM que Zelenski tiene más de un año siendo dictador de Ucrania ya que suspendió las elecciones que debían hacerse el año pasado e ignoró las disposiciones de la propia constitución ucraniana. Y que los soldados del régimen de Kiev, incluyendo sus escuadrones neonazis de élite cómo el “Batallón Azov”, han participado en crímenes de guerra cómo el asesinato de civiles en el Donbás, así cómo de actos terroristas en territorio ruso.
¿Que sigue para la UNAM? ¿Presumir prótesis o apoyo a soldados israelíes, esos que presumen el asesinato de menores y el robo de prendas íntimas femeninas de mujeres palestinas en redes sociales?
Realmente las élites de la UNAM han caído bajo y en sus delirios neoliberales arrastran el prestigio de la otrora indiscutiblemente máxima casa de estudios de México.
