Amanezco con la noticia varias veces publicada en medios de comunicación y portales de internet sobre el “robo” que sufrió Gerardo Fernández Noroña a bordo de una aeronave de Aeroméxico.

Y voy a contarles no una, sino varias anécdotas sobre este tipo de incidentes. Y es que debo ser clara en decir que casos como este no son responsabilidad de la línea aérea, porque resulta física y humanamente imposible tener control sobre los “amigos amantes de lo ajeno”.

Y vamos por partes. Primero ¿qué fue lo que le robaron a Gerardo Fernández Noroña?, no fue ni su equipaje, ni su cartera, sino una caja de carne. El día domingo 17, el senador de la república salió del Aeropuerto de Hermosillo con destino a la Ciudad de México, y aquellos que no hayan viajado a la capital del estado de Sonora, les platico que una de las cosas que más se venden en esa terminal aérea, son cajas con cortes de carnes.

Hasta el momento no sabemos si se trató de una “confusión”, o tal vez se trate de un acto totalmente premeditado e intencional, pero el senador dio a conocer este hecho a través de sus redes sociales:

“Pues todo indica que nos dieron baje con una cartera de carne en el vuelo de Hermosillo a la ciudad de México. Cuando salió @horacioeff ya no estaba en el compartimento encima de los asientos 4E y 4F @Aeromexico.”

Gerardo Fernández Noroña

Imaginémonos arriba de la aeronave; quien tomó esa caja solamente pudo haber sido un pasajero muy distraído, o alguien que con toda intención le quiso hacer “la maldad” al presidente del Senado de la República. Porque no pudo haber sido ni el personal de la aerolínea, ni el del aeropuerto. Lamentablemente este tipo de robos en el mundo de la aviación son más frecuentes de lo que se cree.

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En mis años como sobrecargo de Mexicana de Aviación tuve la mala suerte de sufrir “robos” en el avión, por parte de pasajeros “amantes de lo ajeno”. A quienes de pronto se les hace fácil ubicar tus pertenencias, y cuando comienzas a dar el servicio, asestan el golpe maestro, y te dan baje.

Podemos decir que en el caso del senador Fernández Noroña “lo único” que perdió fueron unos excelentes cortes de carne, a los que el ladrón seguramente les sacará jugo, directa o indirectamente.

Pero a mí, una vez saliendo del avión después de una jornada laboral, me percaté que olvidaba mi abrigo (con mi cartera en uno de los bolsillos) sobre el asiento de la última fila. Me tardé entre 3 y 5 segundos en reaccionar ya sobre el pasillo telescópico, pero cuando regresé a buscar mi abrigo, ya no estaba.

Simple y sencillamente “se esfumó” y había mucho personal, pues en cuanto sale el último pasajero entraban “las palomas” que limpiaban el avión, los de comisariato para avituallar el siguiente vuelo, personal de tierra y personal de operaciones ¿a quién culpar?

Recuerdo muy bien el caso de una amiga que iba a Buenos Aires trabajando como sobrecargo, y de pronto cachó a una pasajera hurgando en su bolsa. Por supuesto, la pasajera en cuestión se disculpó diciendo que se confundió con su bolsa. ¡Sí ajá! Una bolsa con el logotipo de Mexicana en toda la tapa, se iba a confundir.

Existe un gran número de ocasiones en los que el ladrón sí se salió con la suya. Hay casos de verdadera “cleptomanía”, el trastorno mental que se caracteriza por la incapacidad de resistir el impulso de robar objetos, sin necesidad de usarlos o de ganar dinero.

Recuerdo una compañera en Mexicana que solía robarse las carteras de con quienes volaba, y para despistar al enemigo, siempre decía que le habían robado su dinero, que no tenía viáticos para comer, y así es como “asaltaba” al resto de compañeros, que terminaban pagando sus consumos en los hoteles de pernocta.

Y aclaro: los robos, no solo se dan en nuestro país, porque ya me imagino que habrá quienes aseguren que solamente esos lamentables eventos se dan en nuestro país, pero la verdad es que son muy comunes.

Hubo un caso en un vuelo de Vietnam a Singapur, donde un pasajero les robó su dinero a sus tres acompañantes: ¡más de 20 mil dólares!, esto sucedió en diciembre del 2023, en la aerolínea de bajo costo Scoot, que maneja Singapore Airlines.

Otro caso sucedió en Colombia, cuando un pasajero le robó a una sobrecargo durante un vuelo que procedía de Aruba, tal y como lo dio a conocer el medio Infobae:

“Los detalles indicaron que una auxiliar de vuelo habría sido víctima del robo, pues notó la ausencia de su dinero y varios de sus objetos personales durante el viaje proveniente del país caribeño. Al llegar, cuatro uniformados de las fuerzas de seguridad ingresaron al avión tras su llegada al aeropuerto y aprehendieron al individuo responsable del delito.”

Infobae

Un caso más, ahora de la aerolínea estadounidense American Airlines, en un vuelo de Buenos Aires a Miami y que se descubrió gracias a la tripulación de cabina, que se percataron de un pasajero que se comportaba de manera “extraña”. Resulta que el joven de 29 años, de nacionalidad argentina, llevaba en su mochila más de 10 mil dólares y tarjetas de crédito que había hurtado a varios pasajeros.

Me encantaría decirles que en los vuelos nadie roba, pero los cleptómanos abundan, y no traen encima una letra escarlata que les delate, lamentablemente. Es muy difícil detectarlos, por eso es que siempre se debe tener cuidado al viajar, tomar las precauciones necesarias de dónde se guarda el dinero y las tarjetas. Yo prefiero traerlas siempre conmigo.

En este caso, del robo de los cortes de carne, poco podemos decir al senador; solamente que vuelva a viajar a Hermosillo, y ahora sí vigile bien su paquete, para que no le vayan a dar baje.

El acto es reprobable e inadmisible desde cualquier óptica, pero siendo honesta, a mí me suena más a que fue alguien que ya lo traía en la mira en el vuelo, y premeditadamente decidió quitarle el placer de degustar un buen corte de carne sonorense.

Sé muy bien que Gerardo Fernández Noroña es una persona inteligente, y sé que pasará este mal trago rápidamente, pues él sabe muy bien que “cuando la ignorancia envidia y critica, la inteligencia observa, escucha y se ríe”.