So when you gonna tell her

That we did that too?

She thinks it's special

But it's all reused

That was our place, I found it first

I made the jokes you tell to her when she's with you

Do you get déjà vu when she's with you?

Do you get déjà vu? (Ah), hmm

Do you get déjà vu, huh?

(Entonces, ¿cuándo le vas a decir que hicimos eso también?

Ella piensa que es especial

Pero todo se reutiliza

Ese era nuestro lugar, yo lo encontré primero

Hice las bromas que le cuentas cuando ella está contigo

¿Sientes un déjà vu cuando ella está contigo?

¿Tienes un déjà vu? (Ah), hmm

¿Tienes un déjà vu, eh?)

Olivia Rodrigo

La tragedia de los muertos en el hospital del IMSS de Tula, Hidalgo pudo ser evitada. Desde el viernes 3 de septiembre a mediodía, la alcaldía de Tula advirtió a autoridades estatales y federales del desbordamiento del río que atraviesa la región. Se informó a la CONAGUA, a protección civil estatal y a Seguridad Pública sobre la urgente necesidad de evacuar a todas las personas. La súplica no fue atendida. El resultado: 16 pacientes muertos en el Hospital General de la zona número 5 del IMSS a raíz de la inundación. 16 personas que podían haber seguido con vida de haber hecho caso a la advertencia del alcalde.

Y poco importa que Zoé Robledo dijera que el IMSS (a nivel local y federal) no fue advertido por las propias instancias federales que ya conocían de la situación que se vislumbraba —lo cual, por cierto, deberá probarse— pues, independientemente de ello, el Instituto sí tenía la obligación de asegurarse que ese hospital —como cualquier otro del sistema— tuviera una planta de luz de emergencia que sirviera. La inundación no justifica de ninguna manera que esta —la que había— no estuviera con capacidad de operación. La tragedia muestra la desidia del IMSS central en asegurarse de tener los hospitales en condiciones óptimas. ¿Cuántos más así?

Hay responsabilidad del IMSS y Zoé Robledo es la cabeza de la dependencia, de toda la operación, de todo el personal y de todas las instalaciones que comprehenden al Instituto.

¿No lo consideran así? ¿No es precisamente eso lo que muchas voces que hoy detentan el poder achacaron a Juan Molinar Horcasitas luego de la tragedia de la Guardería ABC?

Siguiendo la lógica manejada antes y aún ahora por el lopezobradorismo, debiera haber una senda investigación y una sanción. Y sí, también la dimisión del chiapaneco como responsable último y que de paso se despida de toda posible futura candidatura a elección popular.

¿Ya olvidaron que tras la tragedia de la Guardería ABC, los hoy miembros de la 4T no cejaron en señalar y exigir la renuncia de Molinar Horcasitas de la dirección del IMSS como responsable de la muerte de los infantes?

Hoy, a pesar de los esfuerzos del personal de nosocomio por sacarlos con vida, 16 personas perecieron. Es solo lo justo y lo lógico exigir el mismo destino que en su momento se pidió para el panista. ¿O solo es justicia cuando se trata de señalar a críticos del lopezobradorismo pero es ‘capitalizar la tragedia’ cuando el responsable es un miembro de la Cuarta Transformación?

Por cierto, en el caso de la guardería mencionada también hubo indicios de aviso, como hubo ahora la advertencia del alcalde de Tula que nadie escuchó. Era esperable haber checado las condiciones en que operaban todas las guarderías de Seguro Social, como lo es de atender las revisiones y mejoras a clínicas y hospitales. Claro, a menos que la austeridad republicana y la honestidad valiente lo impidan …

Por congruencia, quienes exigieron la renuncia de Juan Molinar Horcasitas, hoy debieran pedir la dimisión de Zoé Robledo. Pero no lo harán. Los que hace años lograron la renuncia del panista, hoy gobiernan y guardan un sepulcral silencio.

El gobierno federal continua diciendo que se está aplicando a cabalidad el plan DNIII con el despliegue de más de mil elementos para atender a la población afectada en la entidad. El presidente López Obrador sigue sin entender las virtudes del FONDEN y clama que como no se necesita se realizará un censo en las casas inundadas. No tiene ni la más remota idea de cómo deben funcionar los programas y las políticas públicas más allá de quien sea la autoridad en turno.

Y lo más grave siguen siendo los muertos. Los muertos por los cuales hoy nadie quiere responsabilizarse.

El AMLO de antes decía que las cabezas de las secretarías y la misma Presidencia todo lo sabían y que de todo debían ser responsables. Pero ahora hace oídos sordos a esta máxima.

¿Habrá deslinde de responsabilidades y acciones conforme a derecho por lo ocurrido en Tula? ¿O eso solo era para cuando se trataba de autoridades emanadas del PAN? Es pregunta.