El martes pasado leí en el periódico Financial Times un artículo muy interesante. Rupert Younger, director del Centro de Reputación Corporativa de la Universidad de Oxford, anticipa que muy pronto la Inteligencia Artificial (IA) se convertirá en el “director de operaciones” (COO) de las empresas. Tres factores clave respaldan esta predicción: los avances en la tecnología de IA, la demanda de eficiencia operativa y la necesidad de una toma de decisiones basada en datos.
“Los algoritmos de aprendizaje automático, el procesamiento del lenguaje natural y el análisis avanzado de datos han alcanzado niveles de sofisticación que eran inimaginables hace una década. El poder de la IA permite tomar decisiones complejas a un ritmo y con una precisión que a los humanos les resulta difícil igualar”, añade el autor.
Younger concluye que los sistemas de IA pueden realizar tareas complejas que requieren una toma de decisiones experta y ágil, una planificación estratégica e incluso una creativa resolución de problemas. Los humanos no están equipados para hacer esto a la escala en que puede hacerlo la IA.
A diferencia de los ejecutivos, los sistemas de IA pueden operar las 24 horas del día, los 7 días de la semana sin fatiga, procesar enormes cantidades de información a la velocidad del rayo y tomar decisiones basadas en datos con precisión.
El superpoder de la IA es su capacidad para tomar decisiones basadas en datos. Hoy se habla mucho aquí de “transformación”. La IA sería el verdadero instrumento de cambio. La IA es lo que está transformando rápidamente el panorama de la gobernanza en el mundo. ¿Por qué?
1. Ofrece oportunidades sin precedentes para mejorar la eficiencia, la transparencia y la prestación de servicios dentro de las burocracias y organizaciones gubernamentales. Al automatizar tareas rutinarias, analizar grandes conjuntos de datos y brindar información basada en evidencia, la IA está preparada para revolucionar la forma en que operan los gobiernos.
2. Tiene potencial para agilizar los procesos burocráticos. Los gobiernos a menudo lidian con tareas administrativas complejas, que consumen mucho tiempo. La IA puede automatizar muchos de estos procesos, como la entrada de datos, el procesamiento de documentos y la gestión de casos, liberando recursos humanos para centrarse en cuestiones más estratégicas y complejas.
Por ejemplo, los chatbots impulsados por IA pueden proporcionar respuestas instantáneas a preguntas comunes, reduciendo los tiempos de espera y liberando recursos humanos para tareas más complejas. Esto no sólo hace más eficiente la prestación de servicios, sino que también mejora la experiencia general de los ciudadanos.
3. Puede mejorar significativamente la toma de decisiones del gobierno. Al analizar grandes volúmenes de datos, los algoritmos de IA pueden identificar patrones, tendencias y anomalías que serían difíciles de detectar para los humanos. Esta información puede utilizarse para fundamentar el desarrollo de políticas, la asignación de recursos y la gestión de crisis.
Por ejemplo, la IA puede predecir patrones de tráfico, optimizar rutas de transporte público e identificar posibles amenazas a la seguridad pública.
4. Fortalece la transparencia y la rendición de cuentas, que son las piedras angulares de la buena gobernanza. Proporciona herramientas para el análisis y la visualización de datos. Al hacer que los datos gubernamentales sean más accesibles y comprensibles, la IA puede empoderar a los ciudadanos para que exijan cuentas a sus gobiernos.
5. Puede detectar y prevenir el fraude y la corrupción identificando anomalías en los datos financieros y señalando actividades sospechosas.
No cabe duda de que, en una era en que la tecnología está transformando rápidamente todos los aspectos de la vida, la IA es una herramienta fundamental para los gobiernos. La integración de la IA en la administración pública tiene el potencial de revolucionarla, haciéndola más eficiente, transparente y receptiva a las necesidades de los ciudadanos.
Lo más destacables es que una de las funciones más importantes de la IA en el gobierno es mejorar la prestación de servicios a los ciudadanos. Y eso es lo que verdaderamente importa en una transformación. Los procesos burocráticos tradicionales suelen ser lentos, engorrosos y propensos a errores, lo que genera frustración entre los ciudadanos que dependen de los servicios gubernamentales.
En México, una nueva presidenta municipal, una nueva gobernadora o una nueva presidenta de la república podrían tomar en cuenta que la IA es la que podría ayudarles a abordar estos desafíos. ¿Cómo?
1. Automatiza tareas rutinarias, como procesar solicitudes, administrar registros y responder consultas. Las burocracias gubernamentales suelen ser criticadas por ser ineficientes, con capas de personal que pueden retrasar la toma de decisiones y obstaculizar el progreso. La IA tiene el potencial de agilizar estos procesos al automatizar las tareas repetitivas y mejorar la gestión del flujo de trabajo.
Por ejemplo, la IA puede utilizarse para automatizar la introducción de datos, el procesamiento de documentos y otras tareas administrativas, reduciendo la carga de trabajo de los empleados públicos y permitiéndoles centrarse en tareas de mayor valor. Esto puede conducir a una toma de decisiones más rápida, un aumento de la productividad y un ahorro de costos.
2. Personaliza los servicios para satisfacer las necesidades específicas de las personas. Al analizar los datos sobre las preferencias y el comportamiento de los ciudadanos, la IA puede ayudar a los gobiernos a adaptar los servicios para que se ajusten mejor a las necesidades de los diferentes segmentos de la población.
Por ejemplo, la IA pueden identificar patrones en los datos de atención médica, lo que permite a las agencias de salud pública desarrollar intervenciones específicas para los grupos vulnerables. De manera similar, la IA se puede utilizar para optimizar los programas sociales, asegurando que los recursos se dirijan a quienes más los necesitan. De esta manera, la IA puede ayudar a los gobiernos a brindar servicios más efectivos y equitativos, mejorando en última instancia la calidad de vida de los ciudadanos.
3. Mejora la precisión y la confiabilidad de los procesos burocráticos al minimizar el error humano.
Por ejemplo, en áreas como la administración tributaria, el cumplimiento normativo y la contratación pública, la IA puede analizar grandes volúmenes de datos para identificar discrepancias, detectar fraudes y garantizar que los procesos se lleven a cabo de conformidad con las normas. Esto mejora la integridad de las operaciones gubernamentales y genera confianza pública.
4. Promueve la rendición de cuentas y la transparencia. La confianza pública en las instituciones gubernamentales suele verse socavada por las percepciones de corrupción, ineficiencia y falta de transparencia. La IA puede ayudar a abordar estos problemas proporcionando herramientas para supervisar y evaluar el desempeño del gobierno.
Por ejemplo, la IA puede rastrear el progreso de los proyectos gubernamentales en tiempo real, identificando demoras, sobrecostos y otros problemas que pueden requerir acciones correctivas. Esto permite tomar decisiones informadas y medidas oportunas para abordar los problemas.
La IA puede conducir a una mayor participación ciudadana en el proceso democrático, así como a una mayor rendición de cuentas por las acciones gubernamentales. Sin embargo, la integración de la IA en las tareas del gobierno también presenta desafíos:
1. La privacidad de los datos, el sesgo algorítmico y el desplazamiento laboral. Es esencial desarrollar marcos éticos y regulaciones sólidos para mitigar estos riesgos.
2. La inversión en infraestructura, capacitación y la mejora de las habilidades de la fuerza laboral para adaptarse al cambiante panorama tecnológico.
3. La garantía de que los sistemas de IA se diseñen e implementen de una manera que sea transparente, justa y responsable, con mecanismos establecidos para proteger los derechos de los ciudadanos.
4. La seguridad de que todos los servidores públicos tengan las habilidades y los conocimientos necesarios para trabajar eficazmente con tecnologías de IA.
5. Los sistemas y la energía eléctrica suficiente para gestionar y proteger las enormes cantidades de datos que la IA requiere para funcionar.
La IA tiene el potencial de transformar burocracias volviéndolas más eficientes, receptivas y responsables. Puede ayudar a los gobiernos a satisfacer mejor las necesidades de sus ciudadanos en un mundo cada vez más complejo y acelerado.
El exprimer ministro laborista Tony Blair advirtió recientemente, en el programa Today de la BBC, que si el gobierno del Reino Unido no aprovecha el potencial de la IA, “el futuro será uno en el que seremos más pobres. La única solución a largo plazo es la adopción total de esta revolución tecnológica”. Argumentó que alrededor del 40 por ciento de las tareas del sector público podrían ser realizadas por la IA.
Lo único que la IA no puede mejorar es la calidad del liderazgo.